El TS confirma los 122 años para la etarra Anboto en su primer juicio en España
El Tribunal Supremo ha confirmado 122 años de prisión para la ex jefa de ETA Soledad Iparraguirre, Anboto, por ordenar el asesinato del comandante del Ejército de Tierra, Luciano Cortizo, en 1995, en León, al explotar una bomba lapa bajo el asiento de su coche cuando conducía con su hija, que resultó herida grave.
Ratifica así la sentencia que dictó la Audiencia Nacional sobre el primer juicio al que se enfrentó Anboto en España, después de ser entregada en 2019 por Francia, donde ha cumplido varias condenas, para ser juzgada por 12 causas.
Desde entonces, Iparraguirre se ha sentado tres veces en el banquillo: fue condenada en el primer juicio, resultó absuelta del segundo, relativo a un atentado perpetrado en Oviedo en 1997, al considerarlo “cosa juzgada”, y está pendiente de conocer la sentencia del tercero, por su presunta participación en un atentado
Fue entregada en 2019 por Francia para ser juzgada por una docena de causas
frustrado contra la Policía en el polideportivo de Mendizorroza (Vitoria) en 1985.
Tras ser condenada por la Audiencia por el atentado a Cortizo, la ex jefa de los denominados comandos legales de ETA, acudió al Supremo con el argumento de que no hay pruebas que acrediten que ella era la persona conocida como Anboto, que dio las instrucciones para la comisión del atentado.
La Sala lo rechaza de plano a tenor de las pruebas que sí acreditan la relación entre ese apodo, con el que se conocía a quien dio las órdenes, y la acusada; y que nadie relacionado con ETA era sospechoso de usar ese nombre.
Esa Anboto era, según un escrito aparecido en un registro, una persona con capacidad de ordenar actuaciones a miembros del comando para llevar a cabo en ejecución de la criminal estrategia de la banda.
El Supremo se apoya, entre otros elementos, en las declaraciones que los presos de ETA Ibón Etxezarreta Etxaniz y Agustín Almaraz prestaron en otras causas, donde identificaron a la acusada con Anboto.