Vivir más con menos tóxicos
● El Plan de Lucha contra el Cáncer presentado por la Unión Europea apunta al medio ambiente y la alimentación como claves en prevención
“La pandemia ha demostrado que existe una fuerza enorme en la colaboración, la solidaridad y la unidad de objetivo. Esta lección también se aplica en gran medida a la prevención, el tratamiento y la atención del cáncer”. Es una de las frases con las que concluye el documento de algo más de 30 páginas que la Unión Europea presentó hace dos semanas. En total, Bruselas destinará un total de 4.000 millones de euros durante los próximos siete años al nuevo Plan Europeo contra el Cáncer, un tema que asumió como prioritario la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. Una de las reflexiones que aporta este plan es que “la atención del cáncer ya no es responsabilidad exclusiva del sector de la salud” y que “requiere compromiso y participación de una amplia gama de sectores y partes interesadas”.
Uno de los aspectos clave es la prevención y ahí la alimentación es una de las patas fuertes. El plan europeo destaca la importancia de reducir la exposición a sustancias tóxicas para prevenirlo. El documento reconoce que las normas y acciones adoptadas hasta ahora han sido insuficientes. El plan ha sido bien acogido por algunas entidades europeas que trabajan en la concienciación acerca de la relación entre medio ambiente y salud, como es el caso, en España, de Hogar sin tóxicos. Para su responsable, Carlos de Prada, “el plan europeo, si se aplica bien, podría marcar un hito importante en la prevención de aquellos cánceres que tienen que ver con la exposición a sustancias tóxicas”.
Uno de los aspectos positivos del plan, tal y como señalan en Hogar sin tóxicos, es el anuncio de que se van a promover activamente las dietas saludables a fin de reducir la ingesta de contaminantes cancerígenos presentes en los alimentos. Apunta Carlos de Prada que “la alimentación es una vía importante de llegada al cuerpo de sustancias tóxicas, como los residuos de pesticidas, por ejemplo, y es clave fomentar la alimentación ecológica como forma de reducir la exposición humana, especialmente en países como España, que es el país de la UE que más pesticidas usa”.
El Plan europeo contra el cáncer también se propone regular un mayor número de sustancias tóxicas teniendo en cuenta la evidencia científica más reciente. Asimismo, pone el acento en el riesgo que para los consumidores, sobre todo para los niños y otras personas vulnerables, representa la presencia de una serie de sustancias tóxicas en numerosos produc
La alimentación ecológica es esencial para reducir el impacto de los pesticidas
tos cotidianos. “Muchas personas, sin saberlo, porque no se informa debidamente de ello, se exponen diaria e inadvertidamente a sustancias tóxicas que pueden estar en plásticos, productos de cosmética, aseo personal y limpieza, ambientadores, pinturas, tejidos… Esperemos que el nuevo plan de la UE sirva realmente para reducir ésos riesgos”, incide Carlos de Prada, que lleva años concienciando sobre este problema desde Hogar sin tóxicos.
El documento de la Comisión aporta datos concretos para cuantificar el problema: más de un cuarto de millón de muertes por cáncer en Europa cada año por causas ambientales; 400.000 muertes prematuras anuales (por cáncer de pulmón, enfermedades cardiacas, accidentes cerebrovasculares, etc.) por contaminantes procedentes de la energía, el transporte, la agricultura o la industria; o un 52% de las muertes ocupacionales anuales en la UE por cánceres relacionados con el trabajo.
El documento comunitario explica que, además del cáncer, los tóxicos pueden tener efectos negativos respiratorios, endocrinos, reproductivos, cardiovasculares o inmunológicos, y que esto último, en concreto, aumenta la vulnerabilidad ante las enfermedades, incluido el cáncer, reduciendo además la capacidad del cuerpo para responder a las vacunas. El plan se coordinaría con el Pacto Verde y su Plan de acción de contaminación cero europeos, y anuncia un endurecimiento de las normas sobre calidad del aire en 2022, límites más exigentes para algunos contaminantes en aguas superficiales y subterráneas.