Magrudis vendió carne en mal estado durante nueve meses antes del brote
● El perito sostiene que todos los lotes producidos desde noviembre de 2018 son sospechosos de estar contaminados
Jorge Muñoz
Los propietarios de Magrudis vendieron carne contaminada durante nueve meses, entre noviembre de 2018 y julio de 2019, cuando se detectaron los primeros casos. Ésta es una de las conclusiones a las que ha llegado el perito designado por el juzgado para esclarecer las causas del mayor brote de listeriosis detectado en España y que causó la muerte de cuatro personas, seis abortos y más de 200 afectados. En un informe que amplía los emitidos con anterioridad, el perito asegura que dado que “no se han presentado evidencias de un adecuado control del riesgo de listeria, entendemos que todos los lotes producidos entre mediados de noviembre de 2018 hasta el cese de la actividad de producción, preventivamente deben ser sospechosos de estar contaminados de listeria monocytogenes”.
En el informe, el perito Mario César Acosta recuerda que la contaminación cruzada por las “malas prácticas en la producción de la carne mechada, junto con el cultivo dentro de la propia industria de listeria por una ineficiencia en la ejecución del plan de limpieza y desinfección, unas malas prácticas en general, etcétera, hizo que la carga bacteriana fuese cada vez mayor”. De hecho, en la causa se ha acreditado que los dueños conocían desde febrero de 2019 que la listeria estaba presente en los productos, dado que un análisis realizado por Microal les advirtió de la presencia de la bacteria en un lote de carne mechada casera etiquetado el 20 de diciembre de 2018.
El perito también se pronuncia sobre el sistema de autocontrol diseñado por la empresa Microal, y aunque considera que “no presenta defecto o carencia técnica en cuanto al tratamiento de los procedimientos, análisis de los peligros y puntos de control críticos” ni respecto a la temperatura y tiempos de cocción recomendados, sí advierte de que “si no hay seguridad de que el documento no se adaptase perfectamente a la realidad de la industria, pues no se puede asegurar que los técnicos de Microal la visitasen antes del diseño y después del diseño, sino que es totalmente documental y basado en un plano que le aporta la industria, el sistema de autocontrol es muy débil, ya que no se adapta a la realidad de la industria”.
El experto insiste en que “un buen diseño del sistema de autocontrol pierde sus garantías y lo convierte en un sistema de control muy débil, cuando no se adapta a la realidad de la industria. Máxime contando con que nunca se verificó de forma regular, ya que ese servicio no fue contratado por Magrudis”. A la misma conclusión llega sobre el plan de autocontrol redactado por Biocontrol –que sustituyó a Microal–, por cuanto “no consta que se realizasen las verificaciones que a todo sistema de autocontrol compete (como uno de los principios del HACCP –análisis de peligros y puntos de control críticos–) y que para éste en particular estaban previstas, por lo que al no estar verificado, el sistema de autocontrol era débil y desconocía si estaba o no controlando los peligros”.