Océano, clima y tiempo, indisociables para combatir la crisis climática
● Las aguas marinas atrapan más del 90% del calor generado por las emisiones de dióxido de carbono ● Su mayor temperatura puede provocar episodios de tiempo adverso más violentos
Elena Sánchez Laso (Efe) Océano, clima y tiempo deben abordarse de manera indisociable para mejorar y hacer más precisas las predicciones meteorológicas en un contexto actual de cambio climático, en el que sólo las aguas marinas atrapan más del 90% del calor en la Tierra generado por las emisiones de CO2.
Un océano más caliente significa más “combustible” para alimentar los ciclones tropicales, además de mayor aporte de humedad para las borrascas de latitudes medias, lo que se puede traducir en episodios de tiempo adverso aún más violentos, explicó Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Con motivo de la celebración hoy del Día Meteorológico Mundial, que este año lleva por lema El océano, nuestro clima y nuestro tiempo, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) hace hincapié en que al hablar de tiempo y clima, los ciudadanos “sólo piensan en la atmósfera e ignoran los océanos”, pasando por alto una parte esencial del conjunto.
El calor almacenado por los océanos desemboca en un aumento de la frecuencia e intensidad de las olas de calor marinas, lo que también implica consecuencias en los ecosistemas oceánicos, al reducirse la mezcla entre capas de agua
Las inundaciones que afectan desde la semana pasada al este de Australia, las peores en décadas, han obligado a la eva
y, por tanto, el suministro de oxígeno y nutrientes fundamentales para la vida marina.
Del Campo subrayó que el nivel del mar se ha elevado unos 15 centímetros durante el siglo XX, elevación acelerada en los últimos años como consecuencia de la pérdida de hielo en Groenlandia y la Antártida, y también por la propia expansión térmica de las aguas al aumentar su temperatura.
Esta situación –añadió– agrava los riesgos de inundaciones costeras en pequeñas islas y zonas situadas a baja altitud con la llegada de fuertes tempestades, como huracanes o borrascas profundas.
En el entorno peninsular, el Mediterráneo, un punto caliente del cambio climático, las áreas ribereñas se están calentando más rápido que la media del planeta y son algunas de las regiones más vulnerables del mundo a efectos del calentamiento global, al ser cada vez más cálidas y más secas, aclaró.
Paradójicamente, en estas zonas los episodios de lluvias torrenciales podrían ser más extremos (aspecto que ya comienza a observarse en zonas concretas de España), ya que un mar más cálido aportaría más energía a la atmósfera para que así ocurriera.
En la misma línea, Francisco Martín, meteorólogo de Meteored, detalló que los océanos son elementos primordiales del tiempo y del clima, y abogó por la necesidad de “mantener la salud de los océanos y de concienciar a la sociedad” para preservar estos ecosistemas marinos.
Asimismo, incidió en que la investigación y los servicios oceánicos son ahora más importantes que nunca en un escenario donde las repercusiones del cambio climático no dejan de aumentar, mutiplicando los riesgos a los que están expuestos cientos de millones de personas.
Respecto al gran desafío de la meteorología actual, ambos expertos coincidieron en que en un planeta más cálido y con más fenómenos extremos, “el gran reto es poder realizar predicciones del tiempo más precisas y trasladarlas a los organismos de protección civil y público en general con la premura y claridad suficientes para proteger eficazmente vidas y bienes”. Aunque para ello, incidió Del Campo, es primordial “invertir en ciencia”.