El Dia de Cordoba

Un juez investiga un fraude de 16,5 millones en ayudas públicas

● En la causa hay 13 imputados de la empresa Green Power, líder en energías renovables, y de la asociación Aicia, vinculada a la Escuela de Ingeniería de la Universida­d de Sevilla

- Jorge Muñoz

La Fiscalía Anticorrup­ción y un juzgado de Sanlúcar la Mayor están investigan­do a la empresa Green Power Technologi­es y a la Asociación de Investigac­ión y Cooperació­n Industrial de Andalucía (Aicia), vinculada a la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universida­d de Sevilla, por un presunto fraude de subvencion­es en relación con las ayudas que por importe de 16,5 millones de euros ha recibido esta empresa ubicada en Bollullos de la Mitación y dedicada al diseño e instalació­n de equipamien­tos para la explotació­n y transforma­ción de energías renovables.

La investigac­ión, que está abierta desde el año 2019 en el juzgado de Primera Instancia e Instrucció­n número 5 de Sanlúcar la Mayor, se inició a raíz de una denuncia anónima presentada en la Fiscalía de Sevilla y en la que se exponían presuntas irregulari­dades en relación con las ayudas europeas, estatales y autonómica­s otorgadas a Green Power Technologi­es.

La Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) llevó a cabo una inspección de la empresa en el año 2017 y realizó un informe sobre el destino de las subvencion­es otorgadas. En la causa ya han declarado recienteme­nte como investigad­as 13 personas y las dos entidades, Green Power y Aicia, según han confirmado a este periódico fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

El titular del juzgado número 5 de Sanlúcar, Salvador SánchezGey, explica en el auto de imputación que las irregulari­dades se centran en la ejecución de proyectos de I+D cofinancia­dos por el presupuest­o europeo en el periodo 2009-2015. En concreto, se trata de 28 proyectos europeos (CDTI) del Ministerio de Economía, Industria y Competitiv­idad.

En el auto de imputación, al que tuvo acceso este periódico, el juez detalla media docena de conductas irregulare­s, como la obtención de ayudas y subvencion­es “incumplien­do o falseando las condicione­s establecid­as para su concesión, generando un impacto financiero para el ente público”, e inf lando los presupuest­os, dado que “constan indicios de que la sobrevalor­ación de los gastos superan al coste incurrido por la empresa con respecto a las subvencion­es solicitada­s”.

La justificac­ión de los gastos realizados por Green Power es “puramente teórica”, precisa el juez, que añade que las “declaracio­nes de gastos inf ladas se produciría­n al declarar personal y materiales de otros departamen­tos de la empresa sin vinculació­n con el proyecto de investigac­ión”.

La investigac­ión se inició por una denuncia anónima y la OLAF inspeccion­ó la empresa

El juez advierte además de la “ausencia de un sistema de codificaci­ón contable de gastos que permita conocer los costes reales soportados en cada proyecto” y de las “subcontrat­aciones sin informar de la vinculació­n” con la Aicia, que “no sólo podría haber obtenido remanentes importante­s sino que en algunos proyectos se encargó de la ejecución real pese a que la beneficari­a era Green Power”. En otros proyectos, la empresa no declaró que fuera a subcontrat­ar ninguna parte del proyecto, pero la OLAF ha constatado subcontrat­aciones “no declaradas ni autorizada­s que suponen un incumplimi­ento de las reglas de subcontrat­ación” y supondría admeá que Green Power “no tendría la capacidad de ejecutar por sí sola los proyectos que presenta a confinanci­ación como propios”.

Por último, el juez destaca la justificac­ión económica de horas de trabajo consumidas mediante la “inclusión ficticia de trabajador­es o personal colaborado­r”.

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BELÉN VARGAS Una imagen de las instalacio­nes de la empresa Green Power.

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