Un Domingo de Ramos de colas y fervor cofrade
Miles de personas visitan las iglesias en el arranque de la Semana de Pasión
HABÍA ganas y muchas de echarse a la calle en Córdoba y vivir un Domingo de Ramos diferente sin procesiones. Y así fue en esta primera jornada de la Semana Santa, en la que la devoción y el fervor popular quitaron el miedo al hecho de estar en pandemia y que la cuarta ola del coronavirus esté cada vez más cerca. Y es que fueron miles de personas las que acudieron a lo largo de este Domingo de Ramos a visitar a los titulares de las cofradías de la jornada, entronizados o dispuestos en altares para que los fieles pudieran rezar ante ellos. Una jornada que daba comienzo de manera oficial en la Mezquita-Catedral, donde tuvo lugar la misa de bendición de las palmas, que estuvo presidida por el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, y el acto de penitencia de las hermandades del Domingo de Ramos.
El buen tiempo y una máxima expectación dejaron estampas que hasta hace poco más de un año eran impensables. Colas de centenares de personas, grandes y mayores, intentando guardar la distancia social establecida –en el menor número de los casos– se agolparon a las entradas de los templos con la misión única de observar o rezar sus titulares cofrades.
Uno de esos lugares fue en la iglesia de San Lorenzo, donde a última hora de la mañana se formó una gran cola de personas a la espera de poder acceder a su interior, por lo que hasta cuatro agentes de la Policía Local acudieron para evitar que se registrasen incidencias ante el elevado número de público que quería venerar a los titulares de hermandad de la Entrada Triunfal del Domingo de Ramos: Nuestro Padre Jesús de los Reyes en su entrada Triunfal a Jerusalén y Nuestra Señora de la Palma.
La parroquia de los Padres de Gracia con el Rescatado en su interior fue otro de los puntos más visitados por los fieles, que esperaron su turno hasta poder entrar; y es que hubo momentos en los que la cola llegaba hasta la mitad de la muralla del Marrubial. Una espera que, sin duda, mereció la pena para contemplar al Señor de Córdoba y a la Virgen de la Amargura en todo su esplendor. Y de allí hasta el Campo de la Verdad, que también vivió un Domingo de Ramos en toda regla en la parroquia de Jesús Divino Obrero. Colas de un público sediento por mostrar su devoción hacia el Cristo del Amor, Nuestro Padre Jesús del Silencio y María Santísima de la Encarnación.
Con un rumbo cofrade marcado por la hora de apertura de los templos, la iglesia de Santiago recibió la visita de numerosos fieles que no dejaron la oportunidad de contemplar el altar en el que estaban expuestos los titulares de la hermandad: el Cristo de las Penas y María Santísima de la Concepción.
El itinerario cofrade de la jornada también incluyó una visita a la parroquia de San Francisco y San Eulogio para contemplar a los titulares de la cofradía del Huerto: Nuestro Padre Jesús de la Oración del Huerto, el Señor Amarrado a la Columna y María Santísima de la Candelaria.
El Domingo de Ramos obligaba a hacer parada en San Andrés, templo en el que se registraron colas ordenadas para su acceso a lo largo de toda la jornada. Y es que el Señor de las Penas, el Gitano, y María Santísima de la Esperanza pudieron ser venerados en dos tramos horarios.