El brillo cada vez más tenue de la ‘Chica Dorada’
● Paulina Rubio cumple 50 años en pleno declive de su carrera, nublada por las polémicas en torno a su ex, Colate, y sus supuestas adicciones
M. R. (Efe) · F.D.
Brillo, una voz única de rebeldía y su autenticidad han sido la marca de Paulina Rubio, una ‘Chica Dorada’ brillando a medio gas que ayer cumplió 50 años con una larga trayectoria, musical, y también de polémicas, a sus espaldas.
La controversia y el éxito han ido de la mano de la cantante mexicana. Su voz ronca y su acento españolizado le han dado un toque particular e inconfundible no solo a su música, también a su imagen. “Paulina es un personaje importante no sólo de la música, sino en general de la cultura pop de nuestro país y de Hispanoamérica”, asegura el analista y crítico musical Noé Mercado. Y entre sus mayores logros está el posicionamiento internacional de éxitos en español y la vigencia durante casi 40 años de su trayectoria. “Hoy es muy fácil hablar de que un cantante se pueda dedicar a la música en nuestro idioma, pero no siempre fue así, hubo artistas que abrieron esa brecha y Paulina es una de ellas. Ella nos ayuda a entender el ahora de nuestro estatus musical en el ámbito pop e incluso rock”, explica Mercado.
Nacida en Ciudad de México en 1971, Paulina Rubio encontró su vocación a muy temprana edad. Hija del abogado Enrique Rubio y de la reconocida actriz Susana Dosamantes, vio en los focos su destino con tan solo diez años. Creció frente a las cámaras y su transición a la pubertad está documentada. Tanto ella como sus compañeros de Timbiriche marcaron los años 80 y principios de los 90 en Latinoamérica y sentaron las bases para que Rubio se convirtiera en la ‘Chica Dorada’, como se la apodó artísticamente.
Esto se afianzaría gracias a su rubia cabellera, sus vestuarios brillantes y sus constantes alusiones al oro y a los lujos que se anunciaban en sus portadas del comienzo de su carrera en solitario.
La polémica se instaló en su vida desde el inolvidable encontronazo físico en el escenario con Thalía, en el que ambas cantantes terminaron agarrándose de los cabellos cuando formaban parte de Timbiriche. Este hecho, sumado a sus dimes y diretes lanzados a comienzos de los 90 en canciones hacia Alejandra Guzmán, por la supuesta atracción amorosa que ambas sentían por Erik Rubín, dieron material a los medios de comunicación para mantenerla en el ojo del huracán constantemente. “Estas rivalidades hicieron que se simbolizaran unas y otras. Sin todas ellas no se podría explicar el impulso que llegaron a tener sus carreras, y la personalidad de Paulina en especial fue muy atractiva para los medios de comunicación”. Sus dos matrimonios y su separación de Colate (Nicolás Vallejo Nájera) han sido alimento para la prensa rosa.
Sus 40 años de carrera también incluyen algunas incursiones en la actuación, así como su labor como coach y juez en programas televisivos. Hoy en día su camino musical es incierto tras su salida de la discográfica Universal y, en el ámbito personal, su primer novio conocido fue Ricardo Bofill Jr. La cantante ha tenido que enfrentarse a varios procesos legales en contra de su ex pareja, Colate, por la custodia del hijo que tienen en común, Andrea Nicolás. Con su otro ex y padre de su segundo hijo Eros, Gerardo Buzúa, tampoco se lleva nada bien y él ha llegado a acusarla de impedirle ver a su hijo. “Nadie te conoce bien”, escribió en redes sociales. Sus dudosas adicciones también han sido tema recurrente en revistas y redes sociales.
Aunque ya no tenga el esplendor de la ‘Chica Dorada’ su imagen sigue estando muy presente y sigue siendo relacionada con la rebeldía juvenil. Su lanzamiento más reciente fue una colaboración de cumbia junto a Raymix y según apuntan los rumores, su regreso musical llegará pisando fuerte.