Después del microhíbrido, un full hybrid
EL Arkana ha sido toda una sorpresa para Renault, según la compañía. Su primer SUV coupé se ha convertido, a decir de la misma, en un polo de atracción de clientes que ha generado un alto tráfico a su red. Y, además, con una enorme efectividad en ventas: uno de cada cuatro realizó un pedido.
A la versión de lanzamiento microhíbrida con arquitectura de 12 voltios y 140 CV se sumará una de 160 CV, también con un 1.3 TCe como motor de combustión; pero ahora la protagonista es la versión full hibrid, la E-Tech: tal cual la que el Captur recibía meses atrás. Con este SUV del que le separan 34 cm de largo, el Arkana, de 4,57 m, comparte plataforma CMF-B.
Este sistema híbrido de 145
CV cuenta con dos motores eléctricos y uno de gasolina, un 1,6 litros de 94 CV. Los eléctricos son dos: de 20 CV, éste con la tarea fundamental de hacer de motor de arranque, y el que se vincula directamente, no por correa, a través del cambio a la cadena cinemática, de 49 CV.
Ambos pueden, muy puntualmente, sumar su empuje para mover al Arkana, aunque lo normal es que sea sólo este último el que lo haga en modo eléctrico o apoyando al 1.6. En solitario, según Renault, puede mover hasta el 80 por ciento del tiempo al Arkana en ciudad; y, cuando ayuda, reducir un 40 el consumo de gasolina.
Con terreno a favor, es factible que lo primero ocurra: lo hemos podido comprobar en un breve recorrido atravesando de norte a sur Madrid por el eje de su arteria principal. Ahora bien, si no hay abundantes situaciones de frenada regenerativa es poco probable que pase cuando se circula en llano: como es habitual en los híbridos no enchufables, la batería de 230 voltios no es particularmente capaz, con 1,2 kWh.
Circulando sólo con electricidad, algo que puede conseguirse en tanto esta batería tenga energía acelerando suavemente, pero también forzarse con la tecla que hay en la consola central, se puede llegar a 75 km/h, además de conseguir que, a velocidades más altas y manteniendo un ritmo de crucero, el motor de gasolina se apague y sea sólo la electricidad la encargada de mantenerlo.
En todo caso, la activa participación de este motor eléctrico permite reducir muy considerablemente el gasto de combustible, tal cual hemos podido comprobar haciendo un recorrido de unos 60 km, en el que la mitad fue por ciudad y autopista urbana, y la otra mitad por vías rápidas, el gasto registrado por el ordenador de viaje fue de 5,0 l/100 km.
El trabajo sucesivo de los motores no provoca tirones o saltos perceptibles, de modo que la conducción del Arkana ETech híbrido es muy agradable por suave. Sólo cuando se acelera al máximo se rompe esta atmósfera en tanto que el cambio busca la máxima capacidad de empuje del motor y lleva al 1.6 al régimen más alto posible. La operación se demora unos instantes -no hay posibilidad de elección de la marcha manualmente, sólo de elegir un grado de retención mayor en B que en D- y, si bien permite sacar el máximo provecho del motor, las reacciones no son fulgurantes. En todo caso, el ETech no es un coche de rápido: la versión de 140 CV lo es más.