El Dia de Cordoba

¿Dónde están los respirador­es que se fabricaron en Málaga?

● Se encuentran almacenado­s en una nave de Antequera “a disposició­n de la sanidad pública de Andalucía” y se consideran una “reserva estratégic­a”

- Leonor García MÁLAGA

¿Qué pasó con aquellos respirador­es diseñados y fabricados contrarrel­oj en Málaga en plena primera ola de la pandemia? ¿Aquellos equipos fruto de la capacidad de investigad­ores, ingenieros y médicos de Málaga que el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, definió como “realidades contundent­es que deben se una palanca que impulse nuestra tierra”?

En la actualidad, estos aparatos –que costaron unos 675.000 euros– están almacenado­s en un depósito logístico en una nave de Antequera, “a disposició­n de la sanidad pública de Andalucía”.

Fueron diseñados como una “respuesta de emergencia” ante la falta de respirador­es por profesiona­les del Instituto de Investigac­ión Biomédica de Málaga (Ibima), profesores de Ingeniería de la Universida­d malagueña y médicos de los hospitales Regional y Clínico. Luego fueron fabricados por Fujitsu, en su planta de esta ciudad. Se hicieron 300, de los que una treintena finalmente fueron cedidos a Ecuador. El resto sigue en la nave de Antequera porque aquella ola cedió y ahora no son necesarios.

Cuando se le pregunta al alma mater del proyecto, el cirujano cardiovasc­ular Ignacio Díaz de Tuesta, sobre el destino de estos aparatos –ahora que la presión en los hospitales ha bajado y que hay más respirador­es de los convencion­ales que hace un año– responde que eso es un asunto de gestión política.

Pero deja muy claro que constituye­n una “reserva logística y estratégic­a por si hubiera una nueva hecatombe” causada por otras cepas del Covid o por otros virus. “Sería suicida no tener esa reserva estratégic­a. Hay que tener una reserva por si las cosas se van de madre”, acota. Y precisa que Estados Unidos, por ejemplo, tiene unos 20.000 respirador­es sin uso precisamen­te como colchón para una emergencia sanitaria.

El facultativ­o asegura que están “en perfecta situación de uso para cuando haga falta” y que no es un error que estén en un almacén. Porque recuerda que cuando ocurre una pandemia, el problema es que muchas administra­ciones quieren comprar a la vez esos aparatos y la industria no dispone de capacidad suficiente de suministro. Más o menos, como ha ocurrido con las vacunas.

Insiste en que los equipos diseñados y fabricados bajo el paraguas de Andalucía Respira fueron “una solución de emergencia”.

Frente a los respirador­es convencion­ales, que comparó con un coche “Mercedes”, los participan­tes en el proyecto construyer­on “un Seat 600”; con lo más básico. “Pero es una opción para [salvar vidas] cuando se agotan los Mercedes”, ejemplific­ó.

Desde la Administra­ción sanitaria, ante la consulta de este periódico sobre el destino de esos equipos señaló: “Se fabricaron durante la primera ola, de manera urgente ante las expectativ­as de que no hubieran respirador­es convencion­ales. Andalucía y su I+D supo responder. Dichos respirador­es cuentan con la autorizaci­ón de la AEMPS [Agencia Española del Medicament­o]. Este organismo autoriza el uso de este dispositiv­o siempre y cuando no hayan convencion­ales disponible­s. En estos momento se encuentran a disposició­n del sistema sanitario público de Andalucía para cuando sea necesario”.

Díaz de Tuesta apuntó que con la crisis epidemioló­gica registrada en la India a cuentas del virus, Andalucía le ofreció parte de esos aparatos. Pero al final no se le cedieron porque la sanidad del país asiático precisaba en realidad botellas de oxígeno, que era una necesidad más básica aún que la de respirador­es.

Blanca Hermana, CEO de Dento Ten España [antigua Fujitsu], recuerda que la empresa fabricó los 300 respirador­es “de forma altruista” para la Junta de Andalucía. “No cobramos ni el diseño de línea ni la fabricació­n”, afirma. Se vendieron a la Administra­ción autonómica al precio simbólico de un euro. Fue la forma de esta empresa de arrimar el hombro en la pandemia.

Por su parte, Víctor Muñoz, catedrátic­o de Universida­d del área de Imagen de Sistemas y Automática de la UMA –que también fue una pieza clave en el proyecto junto con el profesor titular de ese área, Carlos Pérez del Pulgar– destaca que los aparatos se construyer­on en “17 días”. Y se enorgullec­e: “La NASA tardó más...”. Recuerda que el 17 de marzo de 2020 lo llamaron desde Ibima con el reto. De inmediato, se pusieron a buscar los componente­s necesarios en los hospitales y los polígonos para hacerlos una realidad.

Esos modelos son “respirador­es compasivos”, para mantener vivos a los pacientes y aliviar el estrés de los profesiona­les. Equipos que respiran por el enfermo cuando está en una situación clínica extrema, pero que vienen a ser rígidos en su funcionami­ento.

Ahora, avanza que están trabajando en el prototipo de un respirador inteligent­e que se adapte al paciente de modo que acompañe su evolución. Es decir, como si fuera flexible, según lo que necesite cada enfermo y en cada momento.

Ignacio Díaz de Tuesta

Pieza clave del proyecto

Sería suicida no tener esa reserva logística y estratégic­a de respirador­es”

 ?? M. H. ?? El presidente de la Junta de Andalucía, durante su visita a la fábrica de Fujitsu en Málaga, en abril de 2020.
M. H. El presidente de la Junta de Andalucía, durante su visita a la fábrica de Fujitsu en Málaga, en abril de 2020.
 ?? M. H. ?? El prototipo creado a partir del diseño de Ignacio Díaz de Tuesta.
M. H. El prototipo creado a partir del diseño de Ignacio Díaz de Tuesta.

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