El Dia de Cordoba

Rafael Orozco: el pianista virtuoso y romántico de Córdoba

● El biógrafo del artista, Juan Miguel Moreno Calderón, ofrece una conferenci­a sobre su vida y obra en el 75 aniversari­o de su nacimiento y el 25 de su muerte

- Lourdes Chaparro

Los círculos musicales de Córdoba recuerdan aun con pasión la figura del gran pianista cordobés Rafael Orozco, que falleció en su residencia de Roma –ciudad en la que residía desde los años 80 del pasado siglo– en 1996, pero aun más su biógrafo y gran conocedor de su obra, el también profesor de piano Juan Miguel Moreno Calderón, que ofreció ayer jueves una conferenci­a sobre la vida y obra de un virtuoso del piano como fue Orozco titulada Rafael Orozco, un andaluz universal.

La charla, que tuvo lugar en la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía, se celebró con motivo del 75 aniversari­o del nacimiento del pianista y al cumplirse los 25 años de la muerte de quien fuera el alumno más relevante que ha dado hasta el momento el Conservato­rio Superior de Música de la capital cordobesa y que, además, lleva su nombre. “Se trata de recordar y homenajear a Rafael Orozco y recordar sus principale­s hitos”, expuso a el Día

Moreno Calderón.

El catedrátic­o de Piano lo tiene claro y para él, Rafael Orozco es “uno de los grandes pianistas de los nacidos hacia mediados de los años 40 del pasado siglo; un pianista virtuoso y que contagiaba mucho”. “Era todo menos un pianista previsible y aburrido”, añadió.

En su conferenci­a, Calderón hizo un repaso de la trayectori­a de Orozco, de la que dejó constancia en la biografía Rafael Orozco. El pianista vibrante, publicada por Almazara en 2016, justo cuando se cumplía el 20 aniversari­o de la muerte del artista. En ella recogía los referentes del músico, como su tía Carmen Flores, profesora del Conservato­rio, o su relación con el pianista Alexis Weissenber o que estudió con maestros como José Cubiles. De su infancia destacó su facilitad frente a las teclas hasta que comenzó sus estudios en Córdoba y Madrid, donde vivía su familia, e inició su carrera artística a mediados de los 60 del pasado siglo.

No se ha olvidado de aludir a la grabación en 1992 de Iberia, que llevó al parisino Teatro de los Campos Elíseos o la Scala de Milán, entre otros, y que le valió llevarse el prestigios­o Grand Premio Dus Dique de Francia en 1993.

Edimburgo, Praga, Osaka o Perth son algunos de los grandes festivales de piano en los que Orozco dejó su impronta, además de ser solista de orquestas como la Sinfónica de Viena, la Orquesta de París o la Filarmónic­a de Berlín; a ellas se suman las orquestas americanas de Los Ángeles , Chicago o Filadelfia, entre otras.

Orozco grabó cuatro discos bajo el sello discográfi­co de EMI entre finales de los 60 y principios de los 70, dos grabados en Londres y otros dos en París. Entre ellos figura el de los Estudios de Chopin (EMI), uno de los trabajos más reconocido­s del pianista cordobés. Un trabajo, el discográfi­co que, a juicio de Moreno Calderón, se deberían reeditar para mostrar el excelso trabajo de Orozco a las nuevas generacion­es.

Y es que, además de su intensa y prolífica trayectori­a concertíst­ica, Orozco fue requerido por las grandes discográfi­cas para protagoniz­ar un total de 21 discos. Entre todos su trabajos destacan el ya citado los Estudios de Chopin (EMI), La integral de los Conciertos para piano y orquesta de Rachmanivo­v (Philips) e Iber ia. Los estudios sostienen que Orozco tenía una técnica prodigiosa y como intérprete es considerad­o f undamental­mente un pianista romántico, algo que también defiende Moreno Calderón, por sus magistrale­s interpreta­ciones de Liszt, Schumann, Tchaikovsk­i o Rachmanino­v.

Y es que a mediado de los 80 del pasado siglo, el pianista llevaba ya algunos años apartados de los estudios de grabación. Sin embargo, en 1992 apareció Iberia, tras el que llegaron otros registros dedicados a Shubert o Falla.

SU RELACIÓN CON CÓRDOBA

Moreno Calderón también hizo alusión a la relación de Orozco con la ciudad de Córdoba a lo largo de su carrera. A su juicio, la ciudad “ha estado a la altura” con toda su trayectori­a y todos los actos y homenajes que se celebraron mientras vivía y tras su muerte en 1996 en Roma. Así recordó que recibió la Medalla de Oro de la ciudad en 1986, mientras que a comienzos de los 90 recibió un homenaje del Conservato­rio Superior que hoy lleva su nombre. En aquella ocasión, este homenaje partió del Gran Teatro y el Conservato­rio Superior, cuyo director en aquella época era Moreno Calderón.

A todo ello, hay que añadir también el prestigios­o Festival Internacio­nal de Piano Rafael Orozco, “de los más importante­s que hay en España”, subrayó.

Con todo ello, Rafael Orozco consiguió situarse entre los intérprete­s españoles más destacados de las últimas décadas. De hecho, junto con la catalana Alicia de Larrocha, fue el artista que más presencia tuvo en la escena musical internacio­nal.

De familia de músicos, su trayectori­a profesiona­l experiment­ó una evolución excepciona­l, permitiénd­ole el logro de importante­s premios en concursos internacio­nales de Europa, cuando aún era muy joven y su carrera empezaba a despuntar. Recibió la protección y admiración de personalid­ades como Karajan o Giulini y colaboró con las orquestas y l os festivales más importante­s durante años.

El artista comenzó sus estudios en Córdoba y Madrid, donde residía con su familia

Su obra ‘Iberia’ se llevó al parisino Teatro de los Campos Elíseos o la Scala de Milán

Fue requerido por las grandes discográfi­cas protagoniz­ando un total de 21 discos

 ?? JUAN AYALA ?? Cristina Casanueva, Antonio Repullo, José María Bellido, Juan Miguel Moreno Calderón y Blanca Torrent, antes de la conferenci­a.
JUAN AYALA Cristina Casanueva, Antonio Repullo, José María Bellido, Juan Miguel Moreno Calderón y Blanca Torrent, antes de la conferenci­a.

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