El delta lávico podría derrumbarse y generar gases, explosiones y olas
● Los científicos advierten de que la fajana ha alcanzado el límite de la plataforma insular ● El aeropuerto de Tenerife Norte, afectado por la ceniza
Los científicos advierten de que, si continúa el avance a profundidades mayores en el mar del delta lávico o fajana generado por la erupción volcánica en La Palma, se podría producir un derrumbe de su frente que estaría acompañado de la liberación brusca de gases, con explosiones hidromagmáticas y olas.
La portavoz del comité científico del Plan de Emergencia Volcánica de Canarias (Pevolca), María José Blanco, señaló ayer en una rueda de prensa que esta situación podría darse debido a que la fajana ha alcanzado el límite de la plataforma insular y, por lo tanto, es previsible que continúe su avance.
Blanco añadió que las condiciones meteorológicas son desfavorables para la calidad del aire, que de momento sigue en nivel “regular”, aunque la previsión es que mejore hoy con el giro del viento a componente norte entre los 1.500 y 5.000 metros, y una elevación de la inversión térmica, estancada ahora en los 700 metros.
Hasta que se produzcan esos cambios meteorológicos a partir de hoy, el penacho de ceniza y dióxido de azufre que se extiende desde el volcán está afectando a la operatividad de los aeropuertos de La Palma y Tenerife Norte y podría llegar hasta los aeródromos de Tenerife Sur y de La Gomera.
Aparte de las complicaciones atmosféricas, todos los parámetros que se monitorizan para el seguimiento de la erupción volcánica, que comenzó el 19 de septiembre, indican que desde hace unos días se sigue en una fase estable o “valle”, en palabras del director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende.
Así, las emisiones diarias de dióxido de azufre desde el volcán alcanzan las 4.994 toneladas y la emisión difusa de dióxido de carbono 1.668 toneladas diarias, valores parecidos a días anteriores, y tampoco hay patrones significativos en las deformaciones.
Solamente la sismicidad ha seguido aumentando en número e intensidad, siempre a gran profundidad de más de 10 kilómetros, lo que hace que la posibilidad de un nuevo centro eruptivo alejado del cono principal sea, de momento, “escasísima”.
La lava cubría ayer una superficie de 471,8 hectáreas, 40,6 hectáreas más que el jueves, tras producirse una bifurcación cerca de la costa, al suroeste de la colada principal, un apéndice que se encuentra a unos 150 metros del mar y de momento se proyecta sobre El Charcón, formado en la erupción del San Juan en 1949.
La colada principal “está rellenando huecos y buscando cabeceras de pequeñas cuencas”, por lo que no se descarta que el magma acabe cubriendo la superficie que la separa del apéndice.
En cuanto a los cultivos, las últimas mediciones indican que hay 120 hectáreas afectadas, de las cuales 59,39 son plataneras, 33,43 viñedos y 7,36 aguacates.
Las cifras de edificaciones destruidas no fueron actualizadas ayer y se encuentran en torno a 726, según mediciones del catastro realizadas en días anteriores, mientras que las carreteras cubiertas por la lava suman 26,47 kilómetros.
Al ser la calidad del aire regular, las personas del Valle de Aridane, donde se registraron algunas mediciones puntuales que superaron los niveles de alerta de dióxido de azufre que luego remitieron, pueden hacer vida normal pero con mascarilla, excepto los que padezcan afecciones pulmonares o bronquiales, asma, problemas cardíacos, embarazadas y niños pequeños, a los que se recomienda salir lo mínimo al exterior y siempre con mascarilla FFP2.
Los responsables del Pevolca han insistido en que la limpieza de las cenizas no se debe hacer nunca con sopladores, que lo que hacen es aventarlas y ponerlas de nuevo en circulación.
Por su parte, la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno de Canarias impulsará un primer paquete de medidas económicas valoradas en aproximadamente 10,5 millones de euros con el objetivo de mitigar las consecuencias de la erupción volcánica en el sector primario de La Palma.