“La abuela de García Márquez le contaba historias de La Guajira”
Francisco A. Gallardo
–Colombia ha sido protagonista de la Feria del Libro de Madrid. ¿Nunca un país tan cercano había estado tan lejos de España? –Colombia ha sufrido mucho por la guerra de colombianos contra colombianos. La pandemia nos golpeó fuerte, la migración venezolana ha desbordado las ciudades; ser invitados a la Feria de Madrid es un soplo de aire fresco. Reconocemos este gesto de amistad y apoyo. El alcalde de donde vivo me dio la bandera de la ciudad y se ha reseñado la participación de una indígena wayuu en una feria europea. En el avión, el piloto homenajeó a la comparsa del Carnaval de Barranquilla y todos aplaudieron. No somos indiferentes a esta señal de afecto y solidaridad de los españoles. –¿Cómo nos convencería para que conociéramos su país?
–En 2019 Colombia recibió 4.516.000 turistas extranjeros. En la Costa Caribe el verano es eterno. Cada región ostenta sus platos típicos y los sabores son infinitos. El paisaje es exuberante y la gente cálida y allí resulta económico hacer turismo.
–Las raíces de Andalucía están muy presentes en Colombia. ¿Cómo lo percibe usted?
–Lo percibo en la arquitectura, en la religiosidad, con las imágenes traídas de España, la música como el joropo, la comida, los apellidos, nombres de ciudades Lo impregnaron todo. Eso es lo que nos hace diversos: lo indígena, lo afro y lo andaluz unidos en la cultura. –¿La vida de un indígena en Colombia ha sido hasta ahora muy diferente a otros compatriotas?
–En 1991, cuando la Constitución Nacional declara a Colombia un país pluriétni
Eso es lo que nos hace diversos en Colombia: lo indígena, lo afro, lo andaluz, unidos en la cultura”
co y multicultural, fuimos reconocidos y se nos otorga el derecho a tener dos senadores indígenas, aceptar a las autoridades tradicionales en sus territorios y promover la conservación de las lenguas nativas, entre otros logros. Los 102 grupos indígenas del país tenemos usos y costumbres vigentes y una cosmovisión diferente. Eso nos hace distintos al resto del país –¿Cómo surgió la idea de contribuir a la literatura infantil?
–Vi a los niños de mi ranchería maltratar a una iguana y decidí enseñarles con una historia que los animales sienten. Los ancianos a través de mitos nos enseñan normas de comportamiento, aconsejan; así que usé la pedagogía wayuu. Les leía la fábula que construí: La Señora Iguana, y observé que trataban la naturaleza con respeto. Hoy esta narración se imprime incluso en braille. Si queremos cambiar el mundo debemos formar valores en los niños; los valores equilibran la sociedad.
–¿Ha cambiado mucho la vida de los niños indígenas en estos años?
–Los indígenas antiguamente construían sus juguetes con barro y trozos de madera y en los juegos todos ejercitaban una habilidad. Los mayores fallaron en trasmitir ese saber y los juegos tradicionales cayeron en desuso. Hice una investigación y los compilé en una cartilla. Ahora, algunos maestros los han retomado y los han llevado a las escuelas. Los jóvenes están abstraídos por la televisión y por las redes, pero tenemos un grupo que hace vídeos con sus celulares, todo con temática indígena. Otros montan en las redes sus poesías, cuentos, pinturas, dan cursos de wayuunaiki, y eso es maravilloso porque somos un pueblo que todo lo que nos sirve lo adoptamos, y así hacemos con las nuevas tecnologías.
–¿Está usted desbordada de realismo mágico?
–La Guajira es una tierra mágica. Subsistir sin ríos y
Esta horrible costumbre de alejarme de ti, La señora Iguana Danza de tortugas en el mar