ESPAÑA, CON MUCHO QUE DECIR HOY EN SAN SIRO
FUE tan formidable el juego del pasado miércoles ante los anfitriones que nos está legitimado pensar que hacerse con la Liga de Naciones no es un imposible. Echar prácticamente del campo al vigente campeón de Europa da pie a soñar que en el mismo sitio y a la misma hora es posible doblegar al actual campeón del mundo. Soñar sale gratis y mientras más cerca está la cita, la imaginación vuela y nos situamos ante una misión posible.
Una misión difícil, pero el chorreo de fútbol que le salió al equipo por las botas hace que a Francia no la veamos inabordable. Dicho lo cual hay que meterse por los vericuetos del análisis y ponerse en situación con toda la frialdad posible. Y llegados a ese punto nos encontramos con un rival que combina galácticos con gente aguerrida para competir con una tropa de nuevo cuño en la que la inexperiencia puede jugarle en contra y llevar el pleito a un duelo de niños contra adultos.
La sobredosis de dinamita que almacena el tridente de vanguardia galo quita el sueño, claro que sí. Entre los tres se las aviaron para empatar un partido que parecía destinado a Bélgica y que acabó resolviendo Theo Hernández con un zapatazo que no vio Courtois. Hasta que apareció la liaison de los tres galácticos, la partida fue para los belgas y desde entonces pienso que hubiéramos preferido a De Bruyne y la compaña en vez de Benzema, Griezmann y Mbappé.
¿Está claro el pronóstico y ese juega en nuestra contra? No, tampoco es eso. Las sensaciones que emitió España durante más de una hora fueron tan esperanzadoras que cuando esta noche salten a la yerba de San Siro y se lance la moneda, la suerte no estará echada. El nuevo experimento de Luis Enrique tiene toda la pinta de que dará opción a gritar eureka. Es una empresa complicada, nadie lo duda, Francia es el campeón del mundo, pero el duelo hay que librarlo.
El último experimento de Luis Enrique da pie a la ilusión de ganarle al campeón del mundo