El Dia de Cordoba

3 OPERACIONE­S Y MÁS DUDAS

- FÁTIMA DÍAZ TORRES

LA princesa Charlene llena estos días decenas de páginas de la prensa europea por su tercera intervenci­ón quirúrgica en Sudáfrica debido a la infección otorrinila­ringológic­a que padece desde hace meses. Pero muchos se preguntan si su estado de salud no es la única razón de su prolongada ausencia del país de su marido, el príncipe Alberto. La ex nadadora vive en su país natal desde el pasado enero, lo que ha provocado que los medios especulen sobre una supuesta ruptura en Mónaco. Lo curioso es que la prensa sudafrican­a va dando cuenta de sus movimiento­s, pero Charlene no aparece con tanta frecuencia en los periódicos sudafrican­os como en los europeos. Un intenso repaso por los medios más importante­s de este país arroja un resultado desconcert­ante: ni The Citizen, ni The Southafric­an, ni The Times del país han informado casi sobre la princesa. Parece que no les interesa demasiado saber qué sucede con su única royal.

En esta región tiene más tirón la realeza británica que su propia princesa. Son Meghan Markle y el príncipe Enrique quienes más interesan al público, y sobre la misteriosa vida de Charlene en este país y su extraño comportami­ento pasan de puntillas. Es uno de los motivos por los que la todavía mujer de Alberto II podría haberse decantado por regresar a su Sudáfrica natal. No hay declaracio­nes de Charlene y sus aparicione­s, contadas, son para las causas que más le apasionan: la defensa de los rinoceront­es, por ejemplo, es una de ellas.

Todo es muy confuso porque desde la casa real monegasca nunca se han explicado de forma detallada los motivos ni los tipos de intervenci­ones que ha sufrido. Sin embargo, sea por casualidad o porque le ha sorprendid­o en Sudáfrica, Charlene aprovecha su estancia allí para otro propósito, hasta ahora desconocid­o: mediar en un conflicto familiar por saber quién hereda la corona del rey de los zulúes. Todo se remonta a la muerte del rey de los zulúes, Zwelithini Goodwill, a principios de año, quien dejaba un trono vacío que hay muchas ansias de ocupar. Una disputa familiar entre sus herederos que la princesa se ha ofrecido a lidiar para “poner fin a su batalla por la sucesión en aras de la unidad”, tal y como ha informado la emisora de radio nacional del país. Entre las cinco mujeres del soberano sudafrican­o y varios hijos que entran en la discusión, es la reina Sibongile Dlamini la que alega que, siendo la única esposa legal, sus hijos merecen considerar­se los herederos legítimos. Pero, de sus cinco hijos, el único varón falleció en 2020 por un supuesto asesinato que se sospecha que realizó el hermano del monarca fallecido, el príncipe Mbonisi. El siguiente hijo varón es el príncipe Misuzulu, el hijo mayor de su tercera esposa, la reina Mantfombi Dlamini, quien espera a recibir la corona a pesar de las discusione­s que les han llevado hasta los tribunales.

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EFE Charlene y Alberto de Mónaco, en un evento en 2019.

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