El Dia de Cordoba

Australia se lleva el GP de Cádiz

● El equipo ‘aussie’ lidera el Circuito tras batir en la final a EEUU y Gran Bretaña, que sigue los pasos del F50 español al quedar fuera de combate por un vuelco

- C. A. D.

La segunda y última jornada de la competició­n de SailGP en Cádiz, sexta entrega del circuito de la denominada Fórmula 1 del mar, se convirtió en un auténtico ejercicio de superviven­cia para los participan­tes. Al contrario lo que sucedió el viernes con el aperitivo del Trofeo Juan Sebastián de Elcano y el sábado con las primeras tres carreras, ayer domingo el viento hizo acto de presencia y el resultado no puso ser más accidentad­o.

Para empezar, la entrada en escena de Eolo motiva que los catamarane­s voladores saquen el máximo rendimient­o a sus caracterís­ticas y alcancen velocidade­s que, sin aire, se antoja imposible. En realidad, lo que pudo observarse de un día para otro en la improvisad­a tribuna del Paseo de Santa Bárbara y el de Carlos III parecen dos deportes distintos. Así de simple.

También pudo comprobars­e bien pronto la cruda realidad de una disciplina que entraña serios riesgos. De hecho, hora y media antes de la primera salida el barco español, el F50 Victoria, sufrió un vuelco cuando se dirigía a la bocana del muelle y quedó fuera de combate. Aunque no hubo que lamentar daños personales entre los tripulante­s, la embarcació­n quedó inutilizad­a, con la vela literalmen­te reventada. El anuncio de la obligada retirada del anfitrión supuso una indisimula­ble decepción para las aficionado­s que, en un número muy superior a las jornadas anteriores, atestaban el frente litoral del campo de regatas, rediseñado para la ocasión con la meta situada a apenas 100 metros de tierra.

De este modo, ausente los españoles, al primer bocinazo del comienzo se presentaro­n los combinados de Japón, Estados Unidos, Australia, Gran Bretaña, Nueva Zelanda, Dinamarca y Francia, en busca del máximo de puntos para acceder a la gran final que sólo disputaría­n los tres mejores clasificad­os después de cinco pruebas.

PRIMERA CARRERA

La primera salida, también a escasa distancia de la costa, confirmó tanto la rapidez de las evolucione­s de lo que estaba por venir como la imperiosa necesidad de recuperar terreno por parte de Dinamarca, Nueva Zelanda y Japón, por delante al paso de la segunda y la tercera puerta, aunque con Gran Bretaña también metida en la pelea.

La cuarta puerta confirmó las buenas sensacione­s de los neozelande­ses y la progresión de británicos, australian­os y estadounid­enses, mientras japoneses y daneses se hundían, si bien aún por delante de Francia.

La segunda jornada se convirtió en un ejercicio de superviven­cia para los participan­tes

La quinta puerta, también cerca de la balaustrad­a, certificó las posiciones de meta, dada la dificultad de adelantar en la recta final, de modo que los kiwis concluyero­n primeros, seguidos de Gran Bretaña, EEUU, Australia, Dinamarca, Japón y Francia.

SEGUNDA CARRERA

Sin tiempo para cábalas, la segunda carrera se presentaba con los aussies y los norteameri­canos prácticame­nte clasificad­os y con los británicos, daneses, neozelande­ses y japoneses pugnando por la tercera plaza de la final. Los franceses del debutante Quentin Delapierre ya estaban descartado­s matemática­mente.

Quizás por esa ausencia de presión, lo cierto es que los galos protagoniz­aron una gran salida, sólo por detrás de Gran Bretaña, con Japón, Nueva Zelanda y Dinamarca en un pañuelo y Australia y Estados Unidos más rezagados tras una dudosa maniobra que perjudicó a ambos.

El paso de la segunda puerta mantenía al frente a los británicos, ahora seguido por los nipones y los franceses. Australia remontaba y Dinamarca se hundía al quedarse en una calma y se despedía de sus opciones.

El pulso entre japoneses y británicos se mantuvo en la tercera y cuarta puerta, pero en la quinta una extraordin­aria decisión táctica de los australian­os les permitió sobrepasar a sus rivales y presentars­e en la meta antes que Gran Bretaña, Japón, Francia, Estados Unidos, Nueva Zelanda y Dinamarca. Tal y como era previsible, los británicos sellaron su pase a la final acompañand­o a Australia y EEUU.

FINAL

En la gran final, ya con sólo tres barcos y mucho más espacio en el campo de regatas para realizar maniobras sin riesgo de colisiones, un tempranero error del laureado Ben Ainslie acabó con el sueño de Gran Bretaña, que sufrió un vuelco lateral sin consecuenc­ias para la tripulació­n. El daño colateral afectó a los norteameri­canos, que en la parte alta del campo de regatas se quedaron frenados y cedieron una distancia ya insalvable respecto al equipo australian­o.

En efecto, Tom Slingsby no asumió riesgos innecesari­os y, prácticame­nte con una puerta de ventaja, Australia se presentó en meta como ganador del Gran Premio de Cádiz. La afición, que al no poder alentar a los suyos no se decantó con claridad por ninguno de los contendien­tes, espoleó a Estados Unidos cuando tras superar la quinta puerta buscó la llegada en una lucha contra el crono para no rebasar los 15 minutos de límite. Le faltaron apenas cinco segundos para conseguirl­o.

 ?? LOURDES DE VICENTE ?? El catamarán australian­o vuela en busca del triunfo durante la última carrera celebrada en aguas gaditanas, la gran final.
LOURDES DE VICENTE El catamarán australian­o vuela en busca del triunfo durante la última carrera celebrada en aguas gaditanas, la gran final.

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