Crece el tiempo de demanda de ayudas a Prolibertas para cubrir necesidades básicas
● Aumentan las solicitudes de colectivos como los de inmigrantes procedentes de América Latina y menores ex tutelados
La cobertura de la Fundación Prolibertas en Córdoba disminuye ligeramente en el número de familias y personas atendidas conforme se pierde de vista la pandemia. Su contrapunto es que aumenta la temporalidad de demanda de las necesidades básicas con períodos que se prolongan incluso hasta los seis meses en algunos casos. Los inmigrantes procedentes de América Latina, demandantes de programas de asilo o refugio, y menores extutelados ascienden en la lista de personas solicitantes de ayuda.
Así lo expuso en la mañana de ayer el delegado de Prolibertas en Córdoba, Eduardo García, durante la renovación del convenio firmado con el Ayuntamiento de Córdoba para un programa dividido en la atención socioeducativa a personas sin hogar y cobertura de necesidades básicas para familias con menores a cargo en situación de vulnerabilidad social. El proyecto suscrito está dotado con 56.000 euros de los que 50.000 son aportados por la delegación de Servicios Sociales.
Prolibertas ha atendido en su centro de día a 952 personas sin hogar o en riesgo de exclusión hasta el pasado 31 de octubre, es decir, personas a las que se les ha completado una ficha personal tras entrevista, de las que 400 continúan en seguimiento. Mientras que en 2021 fueron atendidas 979 personas, los servicios de comedor han descendido de los 32.000 hasta los 26.800 registrados hasta octubre. La media de atención diaria se sitúa entre 130 y 140 servicios, cerca de los datos que se ofrecieron durante la pandemia.
Respecto a las familias que acuden a Prolibertas, propuestas por los Servicios Sociales comunitarios, 129 han sido beneficiarias de este programa en lo que va de año, lo que se traduce en 454 personas (203 adultos y 251 menores). Se han repartido 640 servicios de comida y 54 de ropero.
Estas cifras hacen intuir a García que están “en un momento muy complicado”. Sobre las características que presenta el demandante habitual coinciden la pérdida de empleo o salarios mínimos. “Nosotros no hacemos estudio sociológico, pero la inflación, la guerra de Ucrania y la pandemia están relacionadas”, insistió.
Respecto a 2004, el primer año que se puso en marcha este programa en Córdoba, la comparación es apabullante: entonces el convenio contó con 12.000 euros y una previsión para atender a 400 personas, con una media de 50-60 personas diarias. “Son números que se han quedado obsoletos”, afirmó el delegado de Prolibertas.
Este convenio les hace agrandar “su coordinación”, explicó García, ya que no solo se centra en atender las necesidades básicas de las familias, sino que permite “ir más allá” a través de un asesoramiento y seguimiento profesional individualizado de cada una de las personas, que se combina con proyectos grupales de ocio cultural, salud o técnicas de inserción laboral entre otros.
Para este programa, Prolibertas se apoya en una nómina que supera los 70 voluntarios “en activo” –denominación para aquellos que acuden al menos un día a la semana– y el apoyo económico de entidades públicas y privadas, además de las donaciones de los cordobeses. García agradeció la predisposición de ambas partes y, a pesar de los tiempos difíciles que se auguran, piden “que se mantenga esta colaboración ciudadana”.
La Fundación Prolibertas, además, está pendiente de una ampliación de su sede en Córdoba (calle Sagunto) mediante una cesión de espacio del antiguo Cuartel de Lepanto que solicitó al Ayuntamiento de Córdoba y que la Gerencia Municipal de Urbanismo se comprometió a impulsar el pasado mes de febrero. Dentro de dicha actuación se daría cabida al Comedor Social San Juan Bautista de la Concepción –actualmente en Ronda del Marrubial– y al Centro de Día Prolibertas.
Hasta el momento la puesta en marcha de este centro social está paralizada, ya que no ha habido avances en la rehabilitación de este espacio por parte de Urbanismo. La Fundación, por su parte, se hará cargo de la adecuación de espacios al uso específico de centro social en diferentes fases.
El proyecto está dotado con 56.000 euros de los que 50.000 los aportan los Servicios Sociales
Han atendido en su centro de día a 952 personas sin hogar o en riesgo de exclusión