Claves para ‘salvar’ la Atención Primaria
● Desde las trincheras y desde las oficinas del SAS, este reportaje recoge la visión del problema que rodea la puerta de entrada al sistema sanitario a través de las miradas de médicos, enfermeras y gestores sanitarios
Las protestas se contagian. Y la llama encendida por decenas de miles de personas que abrieron la veda en Madrid para denunciar el maltrato a la sanidad pública por parte de Isabel Díaz Ayuso ha encontrado gasolina en otras comunidades ya caldeadas. Andalucía no escapa de esa quema y Sevilla ya fue ejemplo de ello el pasado fin de semana cuando miles de personas se echaron a la calle en defensa de la sanidad pública.
Pero “esto sólo ha sido el principio”, decían entonces algunos de los convocantes de la protesta. El contagio del descontento de los profesionales sanitarios amenaza, incluso, con la posibilidad de una huelga de batas blancas a finales de enero. En el foco, la Atención Primaria, la puerta de entrada del sistema sanitario tildado por aquellos que trabajan por mejorarla como la hermana pobre del sistema.
Una crisis ante la que hay que actuar y hay que hacerlo ya porque el tiempo apremia y el problema se agudiza. ¿Cómo? En este reportaje vamos a desgranar las claves para entender por qué la Atención Primaria languidece y, sobre todo, qué se está haciendo y se debe hacer para parar el incendio sanitario en Andalucía.
El problema se vive desde tres frentes diferentes: personal sanitario, Administración y pacientes. Este periódico logrado recoger la visión conjunta de la situación actual a través de las miradas de tres de los factores directamente implicados y su opinión sobre en qué punto se encontrará esa puerta de entrada al sistema sanitario en los próximos años si no se actúa.
Desde el Sindicato Médico de Sevilla, su presidente, Rafael Ojeda, se remonta al origen de la crisis. “En España se hizo una apuesta muy ambiciosa a finales de los años 70 con el reconocimiento de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria, situando la Atención Primaria como el eslabón en el que quedarían solucionados muchos problemas de salud, sin llegar al ámbito hospitalario. Se hizo una buena inversión y había mucha ilusión en el sector”, explica. No obstante, “la alegría duró poco”, advierte. “Esa apuesta empezó a desinflarse por falta de inversión y el nivel asistencial ambicioso que se le dio en un principio a la Primaria empezó a limitarse y el médico de familia se vio obligado a asumir cada vez más trámites burocráticos y a sufrir limitaciones para la realización de pruebas complementarias y diagnósticas. Con lo cual todas las ilusiones se derrumbaron”, añade.
Y así llegamos al escenario actual. ¿A qué se debe esta desbandada general que está dejando sin profesionales sanitarios a la Atención Primaria y sobrecargando hasta niveles difícilmente soportables a los que quedan al pie del cañón? Los entrevistados coinciden en que no sólo se trata de un problema económico y aluden a varias explicaciones. Entre ellas, destacan los salarios poco competitivos en relación a otras especialidades médicas, pero hay muchos más. Enormes cargas de trabajo y una escasa incentivación que dificulta la llegada de nuevos profesionales también están detrás de esta crisis. Según indican, todo se traduce a una causa principal que podría englobar a todas los anteriores: la falta de financiación.
“Es el resultado de ajustar, ajustar y ajustar. La inversión en Primaria tiene que mejorar muchísimo. Somos la segunda comunidad de España con menos inversión en este servicio. Eso se traduce en la limitación de la capacidad de los médicos, limitación de la contratación de médicos, sobrecarga de las agendas... En definitiva, en hacer un sistema que no funciona porque no tiene recursos suficientes para funcionar y eso acaba desincentivando completamente el ejercicio de la Atención Primaria”, destaca y advierte: “Eso hace que muchos médicos, o bien no eligen la especialidad, o bien, la eligen, y cuando la terminan, se dan cuenta de que prefieren repetir el MIR y hacer otra especialidad o marcharse al extranjero o, incluso, a las urgencias de los hospitales”.
Desde las trincheras, cortar esa desbandada de médicos empieza por “limitar las agendas”, destaca Ojeda. “Que no recojan más de 30 o 35 pacientes sería lo razonable para no encontrarnos con un profesional sobrecargado y cansado en consulta”, destaca. Para ello, es clave “desvincular la atención urgente de la programada”, defiende Ojeda. “No puede ser que una consulta se arranque con una agenda con 30 pacientes y se acaben viendo más de 70”, apostilla y critica la estrategia de la Consejería de la llamada demora cero. “Es el autoengaño. El paciente no espera para ser visto, pero es a costa de un profesional quemado y que sólo va a contar con dos minutos para verlo. Eso no es una solución”.
En esta línea, Ojeda apuesta por la aplicación de la continuidad asistencial, pero “con garantías”. “Es algo que llevábamos años reclamando y se consiguió, que el médico que voluntariamente quiera pueda extender su jornada a la tarde para poder ver a todos sus pacientes, pero como no hay dinero no se está haciendo en la práctica porque requiere de un mecanismo automático y no con las trabas que tiene ahora mismo”, lamenta.
En el Colegio de Médicos de Sevilla, reconoce su presidente, “se está trabajando mucho” en este tema. Alfonso Carmona atiende a este medio tras mantener numerosas reuniones con su equipo. Es resultado es una “tormenta de ideas” a la que han llegado los médicos sevillanos y que el órgano colegial considera “la bases para iniciar el cambio”.
Carmona echa en falta una mayor comunicación entre médicos y administración sanitaria. “Lo primero que hay que hacer es reunirse. Que un grupo de médicos seleccionados entre los que están en el día a día en la batalla se sienten periódicamente con la Consejería y expongan de forma fehaciente y con transparencia las mejoras que necesita la Atención Primaria”, explica. Otros puntos, coincidiendo con Ojeda, son la desburocratización y la limitación de las agendas. “Para lo primero hay personal administrativo de sobra que podría encargarse de esos trámites que al médico le sobran. Tenemos que priorizar su labor asistencial”, des
Sindicatos y profesionales coinciden en la causa principal de la crisis: la falta de financiación
taca. Para reducir la sobrecarga, la apuesta del Colegio de Médicos es establecer “filtros”.
Otras medidas por las que abogan los médicos pasan por incentivar económicamente las zonas de difícil cobertura, ahora sólo premiadas con mayor puntuación en bolsa; definir estratégicamente los grupos de máximos pacientes, teniendo en cuenta las características de la población a la que da servicio, más o menos envejecida y, por ende, con mayores o menores necesidades asistenciales; rediseñar el modelo de la carrera profesional, que el médico de familia tenga igualdad de condiciones formativas o de investigación que el especialista en un hospital; pensar en la posibilidad de una jornada única continuada en los centros de salud, reorganizando los horarios de apertura de los centros, favoreciendo la conciliación familiar del personal; establecer procesos ágiles de laboralización y estabilización de los profesionales con dinámicas ágiles de traslados; la homogeneización de todas las áreas de salud, que un profesional no se vea limitado por prestar asistencia en un ambulatorio alejado de las grandes núcleos urbanos; y, “lo más importante”, destaca Carmona, buscar médicos.
“La Atención Primaria se puso en marcha a principios de los años 80 y eso quiere decir que un altísimo porcentaje de los facultativos están al borde de la jubilación, porque ya han superado su etapa laboral. Hay que buscar médicos y la carrera de Medicina dura lo que dura, así que ya vamos tarde. Tenemos que apostar más por la homologación de los títulos extranjeros. Pueden ayudarnos a paliar esa falta de profesionales a la que nos enfrentamos”, defiende.
Sin salir del gremio, el denominador común del problema se repite en la otra pata fundamental del sistema sanitario: la enfermería. La falta de inversión y la falta de reposición de profesionales también ha llevado a este colectivo al límite. La clave para salir del agujero, según el presidente del Colegio de Enfermería de Sevilla, Víctor Bohórquez, es “cambiar el modelo asistencial”.
En ello, “la enfermería tiene mucho que decir”, defiende Bohórquez, que reivindica mayores competencias para el colectivo, pero con respaldo jurídico. “Que podamos trabajar sin incumplimientos a nivel jurídico”, insiste. Hace alusión a la consulta de acogida, la gran apuesta del equipo de la consejera Catalina García. “La estábamos pidiendo y ya está ahí, pero hay muchos aspectos para los que seguimos dependiendo de una supervisión por no estar claras nuestras competencias. La Consejería sigue sin implementar las especialidades de la enfermería en Atención Primaria. Tenemos profesionales con competencias, conocimientos y un bagaje que podría paliar la falta, por ejemplo, de pediatras, que pueda asistir y pasar consulta y hacer las derivaciones que considere, pero no se le da ese marco de competencias para que pueda ejercer esa especialidad”, argumenta. Como consecuencia, lamenta, “seguimos formando especialistas que se nos van desde la propia formación a otras comunidades”.
En el actual escenario de escasez de profesionales, las comunidades ven cómo la fuga de enfermeras ha derivado en una feroz competencia a tres niveles: con el sector hospitalario; entre las propias regiones españolas, que luchan por atraer a profesionales de otras comunidades autónomas con mejores condiciones laborales; y con otros países europeos, cuyos salarios duplican e incluso triplican a los españoles, además de que la carga de trabajo es mucho menor.
En esta línea, el enfermero es partidario de establecer una especie de “pacto de no agresión” desde el propio Consejo Interterritorial del Ministerio de Sanidad para paliar una fuga de profesionales sin freno. “Sigo firmando todos los meses traslados a otros colegios de otras comunidades con mejores condiciones”, advierte Bohórquez.
También desde el principal sindicato
Rafael Ojeda
Pte. Sind. Médico en Sevilla Es clave desvincular la atención urgente de la programada; una agenda de 35 pacientes, no puede acabar con 70”
Diego Vargas Gerente del SAS
Creemos no sólo en lograr la equiparación salarial; estamos trabajando en mejorar condiciones laborales y en la estabilidad”
de enfermería, Satse, su secretaria provincial en Sevilla, Reyes Zabala, pide paso a las enfermeras. “Está demostrado que en aquellos centros donde gestionamos, funcionan mejor y los resultados son mejores, pero el SAS nos discrimina desde la base al no reconocernos el grupo A que nos corresponde porque también somos grado universitario”, lamenta.
La llave de todas esas puertas la tiene la Administración, en este caso, como entidad representante del sistema sanitario, el Servicio Andaluz de Salud (SAS). Su gerente, Diego Vargas, reconoce en declaraciones a este periódico el mayor problema en el frente denunciado por sindicatos, organizaciones, profesionales y pacientes: la falta de recursos humanos. Hay tres factores en esta línea: los que se van, los que no llegan y los que se van a jubilar sin recambio.
“Es uno de los mayores problemas a los que nos enfrentamos en Atención Primaria. Es un problema común en toda España, pero que se sufre especialmente en las zonas de difícil cobertura y en el ámbito rural”, reconoce. “Por este motivo, hemos venido implantando las medidas recogidas en el decreto-ley 22/2020, de 1 de septiembre, con las que se busca incentivar a los profesionales para hacer más atractivos esos puestos”, añade.
Dentro de estas medidas, destaca una baremación con mayor puntuación el tiempo trabajado en centros ubicados en zonas de difícil cobertura con efectos en bolsas y en las ofertas de empleo público; favorecerles la oferta de interinidades; desarrollar e implementar sistemas y programas de telemedicina en los puestos de carácter asistencial que lo permitan; o establecer sistemas que favorezcan la rotación voluntaria de los profesionales, entre otras.
“La idea es avanzar en una reforma integral para modernizar y agilizar el modelo, ya que la situación actual de la pandemia ha trasladado la presión asistencial de los hospitales a los centros de salud y es ahí donde tenemos que centrar todos nuestros esfuerzos”, defiende.
El primer paso pasa por aumentar la inversión como reivindican los colectivos que ponen voz a los sanitarios. “Los presupuestos recientemente presentados ponen de manifiesto que la Atención Primaria es un objetivo prioritario para el Gobierno andaluz. Concretamente se va a destinar un 30% del presupuesto a la Atención Primaria, en total 4.500 millones, lo que permitirá el desarrollo de la nueva Estrategia para continuar mejorando la accesibilidad de los ciudadanos a los centros y servicios de Atención Primaria y para poner en marcha proyectos que amplíen la capacidad de resolución de los problemas de salud”, ahonda.
Vargas destaca otras dos líneas de trabajo que miran al futuro. “Estamos trabajando para evitar que la falta de profesionales se agrave aún más con las jubilaciones que está a la vuelta de la esquina”, explica. La estrategia marcada es, por un lado, la solicitud de una convocatoria extraordinaria inmediata de 1.000 plazas MIR durante cuatro años; y, por otro, contar con más unidades docentes, a lo que responden las nuevas facultades de Medicina puestas en marcha.
Una ambiciosa apuesta, pero que no sería la solución, según sindicatos y colegios de profesionales, porque no evitaría la fuga de médicos y enfermeras en busca de mejores condiciones. De ahí que Vargas defienda, igualmente, el trabajo del SAS para retener a ese talento. Según el gerente, las condiciones laborales “han mejorado notablemente” en los últimos cuatro años. “Ya no existen los contratos precarios y la apuesta por la estabilización de nuestros profesionales es clara. Defiende que la plantilla ha crecido en toda Andalucía cerca de 30.000 profesionales desde 2018 y se está en proceso de estabilizar a más de 67.000 profesionales gracias a las últimas ofertas de empleo público convocadas y a las contrataciones de larga duración realizadas desde 2019.
“Creemos no sólo en lograr la equiparación salarial, sino que hacemos una firme apuesta por la mejora de las condiciones laborales de nuestros profesionales y conla estabilidad como uno de los factores clave de estas mejoras”, afirma. “Era de justicia atender estas reivindicaciones históricas y seguimos avanzando en el objetivo del Gobierno de Andalucía para añadir a esa convergencia con la media nacional en materia retributiva”, añade.
A nivel asistencial, dentro de las prioridades del plan del SAS en materia de Atención Primaria, Vargas tiene claro que hay que llegar a “garantizar la atención en menos de 48 horas”. En esta línea, destaca dos de las apuestas de este Gobierno: la consulta de acogida y la continuidad asistencial en los centros de salud, con la que, asegura, “el SAS ha dado respuesta a otra demanda histórica del colectivo médico y enfermero”.