El Dia de Cordoba

Una fiesta que pudo ser más completa

● Algo más de medio millar de seguidores blanquiver­des se dieron cita en Riazor en la visita más esperada de esta temporada

- Rafael Cano

Al margen del empate conseguido por el Córdoba CF en Riazor, un punto para seguir sumando y mantener a una distancia considerab­le a un rival directo por el ascenso, el choque de la decimocuar­ta jornada sirvió al conjunto blanquiver­de para ver disfrutar a su afición de lo lindo en un escenario imponente como es el feudo gallego.

Después de varias temporadas vagando por campos mucho más modestos, acompañand­o al Córdoba en escenarios nada lucidos, con malas ubicacione­s y precios abusivos en las entradas, a la afición blanquiver­de por fin le tocó disfrutar de un estadio que, no hace mucho tiempo, disfrutó de unas semifinale­s de Liga de Campeones y que ha visto a su equipo levantar títulos a nivel nacional.

Riazor sigue guardando ese aire de campo histórico del fútbol español, por mucho que el Deportivo esté a años luz de lo que fue en su mejor época. Y es que si algo tiene el club coruñés es una fiel afición que no abandona sus colores ni en los peores años de las últimas décadas. Ante el Córdoba, el feudo blanquiazu­l registró una entrada de 18.191 espectador­es. Una cifra imponente y más propia de otra categoría superior. Pero es que sobre el césped había dos equipos a los que la Primera Federación se les queda muy pequeña. Con algo de suerte, en unos meses ambas aficiones deberían estar celebrando que por fin regresan a un fútbol profesiona­l que les pertenece.

Entre esos algo más de 18.000 espectador­es, el Córdoba estuvo acompañado por más de medio millar de aficionado­s blanquiver­des llegados desde distintos puntos del territorio nacional. Los más madrugador­es llevaban ya un par de días disfrutand­o de las bondades de la ciudad coruñesa, pero el grueso llegó el mismo día del partido en los buses fletados desde la capital cordobesa.

La paliza de kilómetros no hizo mella en la afición cordobesis­ta, que se hizo de notar animando a su equipo y a la que incluso se escuchó perfectame­nte corear a Miguel de las Cuevas cuando entró en el partido en tramo final. Una afición blanquiver­de que, por cierto, fue muy bien recibida y tratada por la del Deportivo. En Riazor se vivió un clima de convivenci­a normal entre aficiones, muy lejos de los cuatro tontos de turno que durante la semana se dedicaron a calentar el partido a través de las redes sociales. Afortunada­mente, la vida real es mucho más normal que lo que se respira en algunos foros de internet.

Los blanquiver­des se hicieron de notar en un Riazor que albergó a 18.191 espectador­es

Después de invertir el fin de semana en cruzarse España de Sur a Norte para seguir a su equipo y animarlo, a la afición blanquiver­de no le aguó la fiesta el empate cosechado en Riazor. Eso sí, quien más y quien menos se quedó con la sensación de que, con un poco de suerte, los de Germán Crespo podrían haber asestado un golpe mortal a un rival directo. Esa fue la guinda que no llegó para redondear una noche para el recuerdo, en la que el cordobesis­mo volvió a un feudo sagrado del fútbol español, de esos en los que cada graderío guarda momentos históricos. Ya queda menos para que esos viajes se puedan dar prácticame­nte cada dos semanas...

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LOF La grada de Riazor en la que se congregaro­n buena parte de los seguidores blanquiver­des.

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