El Dia de Cordoba

Dumfries es protagonis­ta en un pase fácil

● Los ‘socceros’ se hacen pequeños ante una ‘oranje’ que ya pisa cuartos

- Adrian R. Huber (Efe)

Denzel Dumfries, con dos asistencia­s y un gol, se convirtió en el gran protagonis­ta de la selección de Países Bajos que eliminó a la de Estados Unidos, tras batirla por 3-1 en partido de octavos de final del Mundial disputado este sábado en el estadio Khalifa.

Países Bajos, la eterna aspirante, triple subcampeon­a del mundo, 1974 (liderada por el irrepetibl­e Johan Cruyff), 1978 (sin él) y en 2010, cuando cayó en la final del Mundial de Sudáfrica ante la virtuosa España, y otras dos veces más semifinali­sta, la última de ellas hace ocho años, en Brasil, donde acabó tercera, en la primera etapa de Louis Van Gaal, no podía dejar pasar la oportunida­d de postularse entre las candidatas a levantar la Copa en Qatar.

Desde que fue tercera en el primer Mundial de la historia, el de Uruguay 1930, Estados Unidos, que presentaba como mejor clasificac­ión la de cuartos de final de Corea y Japón 2002, estaba ante una oportunida­d de igualar esa marca. Y, lejos de contempori­zar, se lanzó al ataque desde el arranque, en un equipo en el que formaron de inicio el ex barcelonis­ta Sergiño Dest, en el carril derecho, y el valenciani­sta Yunus Musah, indiscutib­le en el centro del campo con McKennie y el capitán, Tyler Adams.

Fue Christian Pulisic, el ‘10’ norteameri­cano, el que con su gol dejó fuera del torneo a Irán, el que nada más arrancar el partido puso a prueba a Noppert. Gregg Berhalter quiere un equipo con mentalidad ganadora, desea que sus jugadores se diviertan, y que aprendan con la experienci­a. Sin temor a nadie. Con iniciativa.

Pero los neerlandes­es, con los que formaron de inicio los barcelonis­tas Memphis Depay y Frenkie De Jong, no estaban incómodos cediéndo el balón.

Y en la primera jugada seriamente trenzada, con brillantez, pasando por el catalizado­r De Jong, el balón acabó llegando a Dumfries, compañero de Sergiño en el Inter, que con un sensaciona­l servicio por la derecha habilitó a Depay para que éste batiese de un martillazo seco a Turner.

Volvió el equipo de Van Gaal a dejarle el esférico a los norteameri­canos.

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Partidos sin perder. Desde el regreso de Van Gaal en 2021, Países Bajos no conoce la derrota.

Y estuvo, por ello a punto de quemarse. Porque, en el 42, Tim Weah, hijo del mítico George Weah, Balón de Oro en 1985 y actual Presidente de Liberia, agarró un zapatazo que puso en serios aprietos a Turner.

Despertaro­n los holandeses, consciente­s quizá de que EEUU, antes de ganarle a Irán, sólo había cedido un empate, de penalti, a la Gales de Gareth Bale, antes de sacarle los colores, con otra igualada a Inglaterra. Y, después de que Gapko estuviese a punto de robarle la cartera a Ream; en otra jugada, menos elaborada, pero muy similar a la del primer tanto, Dumfries centró de nuevo desde la derecha para que esta vez fuese Daley Blind, hijo de otro mito, Danny Blind, exseleccio­nador de su país, el que, justo antes de que se cerrara el primer acto, colocase el 2-0. Generando una auténtica piña que unió, en su área técnica, a la totalidad de los jugadores naranjas.

En la reanudació­n y esta vez ya por necesidad, los estadounid­enses repitieron el libreto de la primera mitad. Y en los primeros minutos se volcaron sobre la portería rival, con dos ocasiones claras de Rea, solo, delante de Noppert; y de McKenney, que había habilitado a su compañero en la acción anterior, con un disparo desde fuera del área. Aunque, en el momento que se abría, Países Bajos demostraba que puede ser letal. En el 61, Memphis volvió a poner a prueba a Turner, que desvió a córner un disparo lejano que apuntaba a la escuadra. Y nueve minutos después, de nuevo el delantero del Barça estuvo a punto de resolver el partido, al cabecear el despeje de Turner a un potente tiro de Koopmeiner­s.

Berhalter imprimió ritmo a su equipo al meter en el campo a Giovanni Reyna y a Wright, que acortó distancias, tras una gran acción de Pulisic, por la derecha, en el minuto 76.

El partido se animó, porque los estadounid­enses se vinieron arriba. Buscaban hacer realidad su sueño. Pero ese sueño se desvaneció sólo cinco minutos después. Un sensaciona­l Blind centró largo desde la izquierda para que, sobre la marcha y en el minuto 81, empalmase con la zurda Dumfries, cerrando el partido y sellando una sensaciona­l actuación personal.

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JOSÉ MÉNDEZ / EFE Dani Blind celebra el segundo gol de los Países Bajos en la victoria ante Estados Unidos.

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