DISTANCIAS QUE SE ACORTAN
LO apuntan todos los sondeos: El PP sería el partido más votado si se celebrasen hoy las elecciones, pero el PSOE va ganando terreno y acorta distancias. No hay nada peor que un periodista que se crea con entidad suficiente como para aconsejar a un dirigente político, incluso al propio presidente del Gobierno, qué es lo que debe hacer. Periodista que critica la soberbia de los que protagonizan sus crónicas pero que se deja llevar por la vanidad de pensar que sabe más y está mejor preparado que cualquier de los que protagonizan sus crónicas. No caeremos en esa irritante actitud, pero hay elementos que advierte cualquier ciudadano de a pie porque saltan a la vista. Por ejemplo, que Sánchez es capaz de cualquier cosa con tal de ganar nuevamente las elecciones. Presentar candidatos con gancho popular aunque no hayan dado palo al agua y su experiencia de gestión sea nula; traicionar los principios de su partido, seguir con su estrategia de mentir para conseguir así el voto de los que todavía creen en la palabra del presidente y prometer ayudas económicas de imposible cumplimiento. Sánchez además se aliará con quien haga falta con tal de mantenerse en Moncloa.
Feijóo ha pecado de pensar que una larga experiencia en política regional significaba que podía moverse hábilmente en la política nacional. No es
Feijóo puede conseguir desalojar a Sánchez de La Moncloa pero tiene que ponerse a ello en serio y sin complejos
así, hay lobos en todas partes, pero los de “Madrid”, los nacionales, son muy feroces y pueden destrozar al que se acerca a ellos tendiendo la mano y con palabras conciliadoras. Para pelear en ese territorio hay que contar con fieras de la misma especie. No se puede competir con personajes de perfil regional, y solo regional o municipal, aunque sean de la máxima confianza. Igual que a una mesa de mus hay que llegar llorado, a la política nacional hay que llegar bregado.
Y en esa política nacional no tiene cabida la obsesión por hablar todos los días y sobre todas las cuestiones, porque cuanto más se sobre expone un político, más posibilidad hay de que cometa errores. Para eso están los equipos, que deben responder a las cuestiones más polémicas, que habitualmente son de tipo sectorial. Lo explicaba muy buen Adolfo Suárez, que reconocía sus lagunas pero decía que había llevado al gobierno a lo mejor de cada casa. Como hizo después Felipe González. No es labor de un dirigente saber de todo, sino contar con un grupo de personas que sepan de todo.
El PP está en condiciones de ganar las elecciones, pero el adversario es descomunal y acorta distancias. Millones de españoles quieren que Sánchez sea desalojado de Moncloa y Feijóo puede conseguirlo. Pero tendría que ponerse a ello en serio y sin complejos.