‘Hacker’ y divulgadora del futuro
ra mismo. Lo hacemos las personas, y siempre hay fallos. El objetivo de reportarlos y evolucionar entre todos”.
Entre estos riesgos citó algunos muy parecidos a los del mundo de internet actual, como la identidad. “Ahora las plataformas que hay no obligan a una segunda autentificación, solo piden usuario y contraseña; cualquiera puede hacerse pasar por otro”. También mencionó la privacidad. “Los dispositivos de realidad virtual tienen una capacidad inmensa de recopilación de datos de carácter personal. Los usuarios tenemos que saber qué información recopilan y que uso hacen de ella”. Y aludió, también, a la “moderación de estos mundos”, ya que las grandes tecnológicas pueden proponer códigos de conducta “que pueden ser divergentes con los de determinados países”.
El contexto o el ecosistema que puede desarrollar el metaverso, según afirmo Yaiza Rubio, es lo que se conoce como la web3, que también es una nueva evolución de internet, o más bien del concepto de web.
Rubio explicó que la web nace en 1989 como una forma de acceder a información de todo tipo. Más tarde llegó una segunda fase, la de la interrelación entre los usuarios, la época de las redes sociales y las plataformas como Twitter, Facebook, Amazon, etc. Y en 2003 llegó la web3, que nace en paralelo a la eclosión de las criptomonedas, y con el objetivo de descentralizar el sistema monetario.
La web3 tiene la particularidad de que no nace de una gran tecnológica propietaria de una plataforma, sino del consenso de los usuarios. Se ejecuta a través de códigos unidos por una cadena de bloques (blockchain) y se necesita llegar a un consenso para cambiar las reglas del juego. No se pueden variar las normas o el sistema de pagos forma unilateral, algo que sí pueden hacer Twitter, Facebook, Youtube o Tik Tok.
“En la web 3 –afirma Rubio– por primera vez los usuarios podemos ser propietarios (de la identidad, por ejemplo), hay un sentido de pertenencia”. En ese espacio un avatar no pertenece a Twitter ni a Facebook sino que es del propio usuario. Y, en lo que respecta al metaverso, la web3 permite la interoperabilidad, es decir, poder saltar de una plataforma a otra sin necesidad de cambiar de avatar. “Las plataformas centralizadas (Facebook es un ejemplo: o su versión del metaverso Horizon Worlds) no son interoperables con otras. Los avatares, las transacciones económicas, no sirven para otras, lo que hace que haya ciertas limitaciones. Las descentralizadas, al construirse sobre una cadena de bloques, sí pueden tener interoperabilidad. Y puedes llevar tu identidad, tu dinero, tus certificados a otros mundos”.
Claro que hay riesgos en este
Yaiza Rubio (León, 1987) tiene, con su edad, un currículum que impresiona. Es licenciada en Ciencias de la Información y cuenta con un máster en Análisis de Inteligencia, otro en Logística y Economía de la Defensa y otro en Derecho Tecnológico y de las TIC. En 2013 comenzó a trabajar como analista de inteligencia para Telefónica Digital. Ahora lidera el proyecto de metaverso de ElevenPaths, la unidad de ciberseguridad de la multinacional. Ha sido la primera mujer hacker española en realizar ponencias para eventos como DEF CON y Black Hat Briefings. También es cooperante de honor del Incibe y tiene la Cruz del Mérito con Distintito Blanco de la Guardia Civil.
desarrollo de la web3. Yaiza Rubio citó dos. Por un lado, hay problemas de seguridad. “Al ser propietario de su identidad se delega mucha responsabilidad en el usuario que a lo mejor no quiere tener”, afirmó. “Y si es así hay posibilidades de que la líe parda, y pueda perder su identidad y mucho dinero, hay mucha gente que ha perdido mucho. Está pasando ahora mismo”.
Otro riesgo –o más bien reto– es medioambiental. Como se ha dicho arriba, la cadena de bloques se forma mediante algoritmos de consenso, y para ello hace falta mucho consumo de energía por parte de grandes computadoras. Lo que se conoce como minería de datos. “Ya en las nuevas cadenas de bloques no se ha dado un consumo de energía tan intenso, pero aún no están muy desplegadas por el mundo”.
Las posibilidades y retos (o riesgos) son muchos, pero la realidad es que, ahora mismo, el metaverso es algo incipiente. “Se dice que va a tener un impacto similar al de internet, pero yo no sé lo que va a pasar dentro de 30 años. No tengo la respuesta a eso”, aseguró Yaiza Rubio.
A día de hoy, “estamos en una fase muy inicial”. Las plataformas aún no tienen muchos usuarios y, además no es tan fácil para una empresa estar ahí. “Nosotros (Telefónica) hemos construido mundos virtuales en las plataformas de Facebook y Microsoft, pero para eso hacen falta diseñadores, ingenieros, no es como comprar una licencia de Microsoft”.
Hay elementos, además, que no están resueltos, como la forma de pagar. “Cuando estás en el mundo virtual das la orden de pago pero para hacerlo de forma efectiva tienes que quitarte las gafas, pagar y luego seguir con el dispositivo. Son fricciones que hay que resolver”, aseguró.
Yaiza Rubio abogó, pese a que todo está empezando, por educar a los niños en el uso de las redes sociales actuales y de las que vienen a través del metaverso. “Es un reto muy importante enseñar a los niños a protegerse. Hay poco conocimiento del tema y los profesores no están formados para explicar la manera de actuar en internet”.
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