Un delirio salvaje
El Paseo publica por primera vez en español la apasionada correspondencia entre la narradora Sibilla Aleramo, pionera del feminismo, y el poeta maldito Dino Campana
Como sentenciara famosamente Pessoa, por boca de su heterónimo Álvaro de Campos, todas las cartas de amor son ridículas, pero más ridículos resultan –venía a decir en el mismo poema– aquellos que no las han escrito nunca. Superada la sensación de incomodidad que supone siempre acceder a una correspondencia privada, tanto más cuando su materia son los sentimientos, el lector que se acerque a este famoso epistolario, inédito hasta ahora en español, encontrará el rastro de una pasión, ardiente y arrebatada como todas, que tuvo como protagonistas a dos personajes excepcionales, la narradora piamontesa Sibilla Aleramo, recuperada hoy como pionera del feminismo, y el poeta florentino Dino Campana, maudit por excelencia de las letras italianas del Novecientos. De la mano de El Paseo, Un viaje llamado amor nos llega en la versión de Manuel Moya, traductor por cierto también de Pessoa, que según explica al final de la introducción ha seguido en lo fundamental la edición de Bruna Conti (Feltrinelli, 2000, 2015) que dio título al film homónimo de Michele Placido (2002). Más allá de las cartas y de lo que revelan de su atormentada relación, el libro tiene la virtud de llamar la atención sobre dos autores singulares que por distintas razones se han convertido en leyendas.
Cuando se conocieron, en el verano de 1916, después de que Aleramo, fascinada por la lectura de los Canti Orfici de Campana, se decidiera a escribirle, iniciando un epistolario que llega hasta enero de 1918, ambos arrastraban un pasado tumultuoso. La primera, cuyo nombre real era Marta Felicina Faccio, familiarmente Rina, se había visto obligada a casarse, de acuerdo con los bárbaros usos de entonces, con el hombre que la había violado, y después de diez años de desgraciada convivencia había abandonado a su marido para llevar una vida libre. Ya sin ataduras,