Miguel Ríos entrega su legado a García Montero
Por otro lado, se quiere apostar por el español como lengua de ciencia, en la que el inglés ha copado todo el escenario. Serán jornadas de “trabajo en común”, aseguró García Montero, que han sido inauguradas con la presencia de Doña Letizia en un solemne acto celebrado en el Hospital Real, sede del Rectorado de la Universidad de Granada.
Entre los asuntos que se tratarán en estos días en Granada se abordará cómo aplicar la inteligencia artificial en el procesamiento del lenguaje y sistemas conversacionales contra los bulos, cuestión que centrará la conferencia de mañana a partir de las 12:30 a cargo de los profesores de la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Informática y Telecomunicación Zoraida Callejas y Juan Gómez. García Montero expuso que se recurrirá a expertos de la UGR para avanzar en
En el intenso programa del encuentro destaca la inauguración del encuentro, ayer en el Hospital Real de la Universidad de Granada con la presencia de doña Letizia. Otro de los hitos de este cónclave será el homenaje a Miguel Ríos previsto para mañana a partir de las 20:00 en el teatro Isabel la Católica. En este acto se proyectará un documental de diez minutos sobre la figura del cantante granadino con la colaboración de RTVE. Ríos hará entrega de un legado al director del Instituto Cervantes, el poeta granadino Luis García Montero, para su depósito en la Caja de las Letras de la institución, en Madrid. la reflexión de cómo evitar “sesgos supremacistas o falta de respeto a la diversidad” en herramientas de IA que emplean el lenguaje.
Antes de esta conferencia, hoy, los directores de los más de setenta centros del Instituto Cervantes visitarán la casa natal de Federico García Lorca en Fuente Vaqueros, donde serán espectadores de un espectáculo a cargo de Carmelo Gómez.
Es la tercera ocasión en tres décadas de vida que los directores del Cervantes se reúnen en Andalucía. Anteriormente hubo cónclaves como el que ahora hospeda Granada en Málaga y Córdoba. García Montero reiteró su “orgullo” de universitario y granadino, desdijo que existiera malafollá en Granada y dejó en sus intervenciones, ante autoridades y la Reina, su impronta en forma de palabra.