El sentido de la vida
Albert Camus decía que juzgar si la vida vale o no la pena vivirla es responder a la pregunta fundamental de la filosofía: ¿Qué sentido tiene nuestra existencia?.
Según Viktor Frankl, el sentido de la vida está en hallar un propósito, en asumir una responsabilidad para con nosotros mismos y para el propio ser humano. Frankl vivió en piel propia los horrores del holocausto al ser un prisionero más en Auschwitz y Dachau. Y en 1945 publicó el exitoso libro El hombre en busca de sentido. En el asegura que hay personas que aún en las circunstancias más complejas se mantienen firmes, positivas y motivadas por muy oscura que sea su realidad. Que no hay nada peor que percibir que nuestro sufrimiento no sirve de nada, que el dolor no es más que el eco de la desesperanza. Ahora bien, si somos capaces de encontrar un propósito, el sufrimiento no solo podrá soportarse, sino que se convertirá en todo un desafío. Que lo recomendable es aceptar que no podemos cambiar lo que nos ha ocurrido, pero sí podemos cambiar nuestra actitud hacia dichas circunstancias.
En realidad, todas nuestras necesidades, pasiones y objetivos existenciales están en nuestro interior, y lo que es más interesante aún, irán cambiando con el tiempo a medida que maduremos, que crezcamos como seres humanos.
Venancio Rodríguez Sanz (Correo)
Necesidad de reformar la Constitución Como bien recalca Feijóo, “la Constitución está en peligro”; pero, al contrario de lo que él pretende hacernos creer, lo está por anquilosamiento. Las Constituciones estáticas, que no se adaptan a los tiempos que viven, fallecen. Si no se reforman, la ciudadanía se distancia de ellas. Los países europeos occidentales las actualizan con soltura: Austria más de 100 reformas, Alemania 62, Suecia 34, Bélgica 33, Malta 29… España solo 2 impuestas por Europa: para pagar la deuda y para permitir a ciudadanos de la UE residentes en España ser electores y elegibles en las elecciones locales.
Como para efectuar reformas se necesita el consenso con un partido tan continuista como el PP, nuestra Carta Magna morirá. Ni siquiera el PP es capaz de consensuar para cambiar ‘disminuido’ por ‘discapacitado’. Como para reformas de calado.
La renovación es el baluarte de la Constitución para no morir. No se puede vivir anclado en el pasado.
Miguel Fernández-Palacios Gordon (Correo)