“La situación de anormalidad climática tiene a la agricultura de rodillas”
Hace más de un mes que no cae una gota de agua en Córdoba, donde los embalses están por debajo del 20% de su capacidad y la sequía alerta ya sobre un verano que puede hacerse eterno. La situación es delicadísima para el campo, con múltiples cosechas perdidas y otras abocadas a un año pésimo.
“Hay una anormalidad climática que tiene a la agricultura de rodillas”, alerta Ignacio Fernández de Mesa, presidente de Asaja Córdoba, que añade que “la situación es dramática, con consecuencias que son difíciles de predecir si en la primavera no llueve, porque ya habría que esperar al otoño a ver qué pasa”. Pero el escenario ahora es poco alentador.
Así, con la “mala” situación actual de los embalses “y con la consideración que ha hecho la Confederación, la dotación es lógica, aunque no puedo evaluar si es mucha o poca”, añade Fernández de Mesa, que en todo caso cree que “no es suficiente”, porque estas cantidades apenas sirven “para salvar la vida de un cultivo permanente”, como el olivar, los almendros o los cítricos. Aún así, la crítica va dirigida a que “hay que ajustar bastante más” estas decisiones, pues “no puede haber una restricción tan grande por cuestiones ecológicas”.
También desde COAG Córdoba evalúan la decisión tomada en la Comisión de Desembalse. “Estamos igual que hace un mes”, señala la secretaria general en la provincia, Carmen Quintero, que siendo consciente de la sequía que impide elevar las dotaciones, recuerda que “los que sembramos hortícolas de invierno vamos a tener que arar la tierra porque la cosecha está perdida, y los que siembran en verano, no van a poder hacerlo”.