“La cata es un lugar de encuentro donde todos nos reunimos”
Presidente C. R. D. O. Montilla-Moriles El vinagre, como otro producto de excelencia que se produce en el marco de la Denominación de Origen, también estará presente en la XXXVIII Cata del Vino
CUÁLES son las expectativas que tienen de cara a esta nueva edición de la Cata? –Sin duda, que siga gozando del reconocimiento y valoración unánimes por todos sus visitantes, españoles y extranjeros. Ahora bien, queremos potenciar el evento como lo que debe ser: una actividad de promoción. Hemos de recordar que va dirigida a instituciones, empresarios, sector empresarial relacionado con la restauración y hostelería, estudiantes universitarios y de ciclos formativos relacionados con el sector vitivinícola, junto al público general. Esperemos que sea un éxito, lo cual ya se está plasmando en la venta de entradas a través de internet. También cuenta con otros objetivos específicos. Primero, posicionar la D.O.P. Montilla-Moriles como marca referente de la provincia, tanto en Córdoba como en el resto de España. Segundo, potenciar que la marca sea percibida como generadora de experiencias únicas. Tercero, desarrollar una formación integral y continua en vinos y vinagres de la D.O.P. Cuarto, seguir con la colaboración iniciada hace ya algunos años con Hostecor, acercando nuestros vinos a la mesa y como ingrediente de los platos (la cata cuenta con seis restaurantes). Y, finalmente, aportar valor y riqueza a las bodegas y cooperativas.
–A la hora de establecer el nuevo emplazamiento, ¿qué se ha tenido en cuenta?
–Tal y como es bien conocido, el solar anexo a la Diputación se encuentra, en la actualidad, inmerso en actuaciones previas a la futura edificación de sendas construcciones, con catas arqueológicas que impiden que el evento haya podido celebrarse allí con la normalidad requerida. Después de valorar las alternativas existentes y con el consenso de las instituciones colaboradoras, Ayuntamiento de Córdoba, Diputación, Junta de Andalucía, así como bodegas, cooperativas y restaurantes, y tras la negociación emprendida con los responsables de la Plaza de Toros, el Consejo Regulador se ha inclinado por celebrar en ella la Cata. Este espacio cumple con los requisitos mínimos exigibles a un evento de estas características. Es bien conocido que ha venido acogiendo actuaciones musicales y, por supuesto, espectáculos taurinos que concentran miles de personas en su interior, con las máximas garantías de comodidad y seguridad.
–¿Qué otras novedades se presentan en esta edición?
–Esta nueva edición de la Cata vuelve a enlazar algunas de nuestras señas de identidad: la cultura, con el homenaje a Ginés Liébana y un especial recuerdo a Picasso con motivo del 50 aniversario de su fallecimiento; los toros; la gastronomía, y los productos de Montilla-Moriles. Ahora bien, sin olvidar que es, ante todo, un lugar de encuentro donde todos nos reunimos en presencia del vino. Y es que, cordobeses y foráneos, nos convertimos en sus mejores embajadores y prescriptores. Quiero destacar el cartel y la copa con las alas de Liébana, así como distintos eventos que se celebran tanto dentro como fuera del recinto, como el concurso de estands, el Capítulo de la Cofradía del Vino de Montilla, la actividad formativa para alumnos de la Etsiam (patrocinado por Cajasur), la presentación de la primera Feria Profesional del Vinagre, la sesión de coctelería Daki para la Asociación de Relaciones Públicas y Protocolo de Córdoba, la entrega de los Premios Mildiu Pedro Cabezuelo y las catas dirigidas de productos de nueve de nuestras bodegas y cooperativas.
–¿Cómo calificaría la evolución en el consumo de los vinos generosos?
–En cuanto a tipologías de vino, los productos que mejor se están comportando en el mercado son los vinos de tinaja, muy demandados por el público más joven, concienciado en el lema de beber con moderación. También se denota un aumento en la demanda de los vinos generosos viejos, que permite incrementar su precio.
–Los nuevos cambios aprobados por la Junta de Andalucía sobre los vinos andaluces, ¿qué beneficios suponen en el caso de Montilla-Moriles?
–Sin duda, muy positivos. De un lado, en su momento modificamos nuestro pliego de condiciones, que ha permitido rebajar el grado alcohólico de nuestros finos de 15 a 14,5 grados de alcohol, para acercarlos a las preferencias de los consumidores. Y en la actualidad estamos negociando con las Administraciones Públicas las cuatro denominaciones de origen andaluzas de vinos para dejarlo en 14 grados. De otro, también van a homogenizarse las tipologías de los vinos (fino, oloroso, amontillado, Pedro Ximénez...) para no confundir al consumidor.
–A nivel del consumidor, ¿en qué se traduce?
–Acercarse aún más a los vinos generosos que forman parte del ADN de todos los andaluces. Y es que las bodegas y cooperativas son conscientes de que, junto a nuestras joyas enológicas tradicionales (fino, oloroso y amontillado), hay que brindar al mercado productos que sean de su agrado, tales como el mencionado vino de tinaja o el Pedro Ximénez de cosecha.
–¿Cree que eso favorecerá el consumo?
–Eso esperamos y la tendencia en el nivel de comercialización así lo indica, pues, al cierre del ejercicio 2022, la D.O.P. ha comercializado una cifra superior frente al año anterior, lo cual es un dato positivo. Y es que mucho ha cambiado en la percepción de nuestros vinos y vinagres, pues ya no son los grandes desconocidos, no solo entre los entendidos, sino, también, entre los consumidores, tanto de España como allende nuestras fronteras.