Satisfacción... a la espera de infraestructuras Rosa G. Aperador
● Los vecinos se despiden del último camión cisterna que los ha abastecido
Pozoblanco se despidió ayer de las cisternas que han abastecido de agua potable a la población durante el último año. La cisterna situada en la calle Holanda servía agua en su último servicio, cuando muchos vecinos acudieron para rellenar sus garrafas tras el anuncio. Muchos aún se mostraban reacios a beber agua del grifo, “al menos durante un tiempo, tal vez unos meses, porque ya estuvimos bebiendo agua en mal estado antes de que se declarara no potable”, decía Angélica López. También pedía esta vecina que las administraciones no olviden lo que ha pasado el último año y que se habiliten las infraestructuras necesarias para que esto no vuelva a suceder.
Otros vecinos preguntados admitían desconocer que se hubiera declarado ya el agua como potable, y por pura casualidad rellenaban las últimas garrafas. Pero del mismo modo aseguraban que no confiaban al 100%, optando en la mayoría de los casos por esperar un tiempo para que las tuberías estén limpias, pues han sido muchos meses de agua contaminada.
La gestión de las cisternas de agua en Pozoblanco corresponde a la empresa concesionaria de la gestión integral Hidralia, quien ya retiró las tres cisternas que daban servicio en la localidad. Mientras, en el resto de localidades de Los Pedroches y el Alto Guadiato, dependientes de la empresa pública Emproacsa, no habían recibido ninguna información al respecto. El alcalde de Pedroche, Juan Ignacio Romero, aseguraba que “se ha recibido muy bien la noticia por los vecinos, pero imagino que a partir de mañana (por hoy) se nos dará información oficial sobre si siguen las cisternas, aunque ya no tienen sentido al contar con agua potable en nuestros grifos”.
Si en la última cola del agua aún se palpaba la falta de confianza en la calidad del líquido que se está suministrando, en las redes sociales ya se podían ver vídeos de vecinos que se grababan bebiendo el agua ya potable. También se pudieron leer comentarios de muchos vecinos que, tras haberla probado, decían que era buena para beber.
La noticia fue muy bien recibida por todos los habitantes de las comarcas afectadas por este año sin
agua potable, una buena nueva que todos esperan no vuelva a tener que repetirse, por ello se seguirá reclamando la inversión en infraestructuras hidráulicas que permitan garantizar la potabilización tanto de Sierra Boyera como de La Colada, sin olvidar la conexión con el pantano de Puente Nuevo.
En la calle Holanda, Marcial, el conductor de la cisterna reconocía que, aunque para todos los vecinos ha sido un trastorno el tener que acudir a rellenar las garrafas, a él esta situación le ha permitido no tener que salir de ruta con el camión y poder disfrutar de la familia a diario, pero la alegría por volver a tener agua potable es compartida. Quedaba en la calle la carpa de protección para el personal y las cajas de plásticos que servían para apoyar las garrafas que se llenaban de manera simultánea.