El ángel de la guarda de niños enfermos
● Tierra de Hombres atiende a menores con dolencias procedentes de distintos países de África
Niños enfermos, casi todos menores de 14 años, procedentes de países como Benín, Togo, Guinea-conakry, o Mauritania, encuentran en la Fundación Tierra de Hombres a su ángel de la guarda para poder superar sus dolencias, la mayoría de ellas cardiopatías.
Viaje hacia la vida es el programa de Tierra de Hombres a través del cual niños enfermos viajan a España, donde permanecen hasta que se recuperan completamente de sus dolencias, que casi siempre conllevan una intervención quirúrgica. Los menores, algunos en casos excepcionales vienen hasta con 16 años, presentan dolencias, además de cardíacas que son las más frecuentes, otras como maxilofaciales, traumatología, urología, colorectal y quemados.
Todo esto es posible, según explica la delegada en Andalucía de Tierra de Hombres, Eloísa Cano, gracias a la colaboración entre la fundación y hospitales, tanto de la sanidad pública como privada, que ponen al servicio de los niños enfermos sus instalaciones, sus equipos médicos y el personal sanitario para llevar a cabo estas intervenciones. Sin embargo, el pilar fundamental de Viaje hacia la vida son las familias que de forma “completamente altruista” ofrecen su casa y “lo que es más importante, su tiempo” a disposición de estos niños. Los menores viven con estas familias de acogida desde su llegada hasta que están completamente recuperados y vuelven a su países de origen, todos ellos en África. Son menores que “están muy graves, pero vienen con altas expectativas de curación y una vez que están restablecidos se marchan a sus países con su familia biológica”, explica.
El periodo de permanencia suele durar entre tres y cuatro meses y concluye “cuando pueden volver sin medicación”. Esto es fundamental porque hay medicamentos que no existen en esos países “o tiene un precio alto y las familias no lo pueden asumir”, destaca Cano.por ello, a veces la estancia se prolonga más tiempo hasta que están “totalmente recuperados”, entonces vuelven a su hogar y “se acabó”.
Las familias, según precisa, “tienen muy claro” cuando entran en el voluntariado que son tres pasos, “el niño viene, el niño se cura, el niño se marcha”. Durante el período que están en España no mantienen contacto con su familia, porque “la experiencia demuestra que cuando el niño tiene contacto con su familia, acaba por no integrarse y se hace muy difícil la estancia aquí”, sobre todo los que son un poco más mayores.
La Fundación ha pasado por un período de reestructuración interna en la que han venido pocos niños a ser tratados, “pero eso está cambiando y están al llegar bastantes”, indica la responsable de esta fundación. Por este motivo hacen un llamamiento para que familias cordobesas puedan acoger a niños que van a llegar a Córdoba los próximos meses porque “ahora mismo hay más niños que padres de acogida”.
La situación de las familias cambia “y entonces ya no tienen disponibilidad, o cambian de lugar de residencia o tienen hijos pequeños y entonces tenemos que buscar otros hogares que los acojan”. Y esa es la situación con la que se encuentran ahora en la capital cordobesa, que al contar con un centro como el Hospital Universitario Reina Sofía son “muchos los pequeños que viene aquí para las intervenciones quirúrgicas”.
Tierra de Hombres es una fundación sin ánimo de lucro que opera en España desde 1994 y que se dedica, básicamente, a defender los derechos de la infancia más desfavorecida y lleva a cabo labores humanitarias en zonas de conflicto, como por ejemplo en Gaza y en Ucrania. Para Cano, ninguna persona está preparada para vivir una guerra, “pero un niño aún menos” porque “el niño que vive una guerra y logra sobrevivir, se queda apartado del mundo”.
Apuntado que la fundación está en las crisis humanitarias, y también en Gaza porque pertenecen al movimiento internacional de Cruz Roja y eso les permite estar en conflictos de ayuda inmediata, en concreto en la Franja para intentar introducir camiones de ayuda humanitaria. También están presentes en Ucrania donde se centran, fundamentalmente en dar ayuda psicosocial.