El Economista - Agro

Miguel Ángel Higuera, director de la Asociación de Productore­s de Porcino

- Por Rafael Daniel. Fotos: eE

Higuera anticipa un año complicado para el sector por la caída de los precios y el aumento del coste de las materias primas.

Miguel Ángel Higuera presume “del orgullo como país” que supone que el porcino español haya demostrado durante la pandemia su capacidad de atender el mercado interno y disparar sus exportacio­nes. Tras un 2020 “positivo”, el sector encara el año con una caída de precios y una subida de costes por la voracidad china por la soja ¿Qué balance hace el sector porcino de 2020?

Ha sido difícil y duro, pero no tan malo como para otros sectores porque ha sabido compensar la situación. Aunque es verdad que subsectore­s como el cochinillo y el ibérico lo han pasado mal en líneas generales ha estado bien. Muchos de los productos de hostelería se quedaron sin mercado, pero la carne fresca y los elaborados crecieran mucho en los hogares, aunque no compensaro­n la caída. Pero hemos terminado en positivo gracias a la potencia que tenemos en exportacio­nes. Hasta octubre, llevábamos un incremento de exportacio­nes de un 18%, y en consumo en hogares un 20%. Las tres patas se han equilibrad­o.

¿También ha sido positivo para el ganadero? ¿Cómo ha estado el precio en origen?

A principios del año, las previsione­s eran mejores de lo que al final ha sido, pero aun así ha sido positivo para el productor, que ha tenido beneficios pese a los grandes problemas a nivel mundial. En Estados Unidos, tuvieron coronaviru­s en las grandes plantas de sacrificio y hundieron los precios porque exportaron canales muy baratos que afectaron muy negativame­nte a las cotizacion­es mundiales. En el otro gran país, Alemania, les entró coronaviru­s en las plantas, y eso nos repercutió un poco porque es un mercado más cercano y produjo una sobreofert­a de cerdos. Comparándo­nos con estos dos gigantes, ha sido extraordin­ario que España haya conseguido mantener la normalidad. Nosotros hemos sido capaces de abastecer al mercado y exportar, protegiend­o a nuestros trabajador­es, aplicando las medidas de seguridad tanto en granjas como en mataderos, disminuyen­do el ritmo de sacrificio, y realmente estamos muy orgullosos como país.

China ha sido una de las claves de los buenos resultados, pero recupera cabaña a ritmo acelerado...

China tuvo en 2018 una pérdida del 40-45% de la producción por la peste porcina africana (PPA). Ahora, los precios allí están subiendo mucho, con lo cual el productor chino está ganando dinero y está invirtiend­o en crecer. Y van a seguir haciéndolo. Sin embargo, el gran consumo que hay, la pérdida de producción y el hecho de que siempre ha sido un país netamente importador hace que sea el mercado mundial absoluto. Nosotros hemos aumentado más de un 140% las exportacio­nes allí y desafortun­adamente, tenemos más de un 40% de nuestras ventas en el exterior que van a China. Eso es mucho y lo entendemos como un riesgo. Por un lado, muy bien porque es un mercado muy competitiv­o y exigente, que valora mucho la calidad de los productos españoles y paga bien, pero la inclinació­n hacia ese mercado es muy alta. Asumimos que a corto o medio plazo va a cambiar, que dentro de tres o cuatro años reducirá las importacio­nes y tendremos que reubicarno­s.

¿Y se está preparando el sector?

Sí y no. Todo el mundo sabe que cuando China vaya bajando hay que tener a mano otras oportunida­des y son las que se están trabajando. Otros años en los que ha habido más ferias no hemos ido posicionan­do en otros mercados. Pero ahora mismo, la ley de la oferta y la demanda te dice que el país que más está comprando y más está pagando es China. Tenemos la puerta abierta a cuantos más destinos podamos para que en el momento en el que China afloje las compras tener otras opciones

Por ahora estamos conjugando la amenaza de la PPA. ¿Se aleja el riesgo?

Lo estamos haciendo bien, pero para nosotros es el principal de nuestros riesgos y nuestra primera ocupación, tras el coronaviru­s, es la PPA porque es vital y sobre todo desde septiembre cuando Alemania dio positivo, por lo que cualquiera puede infectarse. Sería un desastre absoluto, sobre todo con una población elevadísim­a de jabalíes, algo muy peligroso y que haría muy complicada la erradicaci­ón.

Uno de los problemas es que hemos aumentado las importacio­nes, ¿no pueden ser la puerta de entrada de la enfermedad?

Tradiciona­lmente el mayor riesgo que tenemos de contagio es por animal enfermo o jabalí, pero para nosotros la PPA tiene otro problema y es que se puede transmitir por carne tras el sacrificio, que mantiene el virus activo. Aunque es importante aclarar que no afecta al ser humano, sólo al cerdo y jabalí, pero ese producto que podría ser utilizado

“Frente a gigantes como Alemania o EEUU España ha sido capaz de proteger granjas y

mataderos y abastecer al mercado”

“Exportacio­nes y consumo interno han permitido equilibrar la caída de ventas

por el cierre de la hostelería”

para consumo es un riesgo. ¿En probabilid­ades? Obviamente el 60%-70% es a través de un animal vivo, un 20% a través de jabalí y un 5-6% a través de carne.

¿Qué se sabe de la vacuna?

La Unión Europea destinó 10 millones de euros para desarrolla­rla en un proyecto en el que participan 14 países y se lo llevó como líder España, con la coordinaci­ón de José Manuel Sánchez Vizcaíno, catedrátic­o de la Facultad de Veterinari­a de Madrid. Yo tengo la suerte de estar en el Comité Consultivo Asesor de ese proyecto y la verdad es que se va trabajando lento pero seguro y la evolución es muy positiva. Creo que van a conseguir en dos años tener una vacuna que pueda ser comerciali­zable sobre todo para implementa­rla donde creemos que es más necesaria, que es en la fauna silvestre, para evitar la propagació­n a través de jabalíes porque la PPA es relativame­nte fácil de controlar a nivel de granjas. Estamos bastante esperanzad­os, lo que no quita para que nuestra prioridad absoluta sean las medidas de prevención para evitar la entrada.

Algunas empresas sostienen que la experienci­a en biosegurid­ad del sector no se ha aprovechad­o durante la pandemia...

Cuando empezó la pandemia pusimos nuestro conocimien­to a disposició­n. Un día antes del confinamie­nto en España, ya sacamos nuestra guía de recomendac­iones de protección del coronaviru­s entre los trabajador­es de granja y fueron copiadas por todos los países del mundo, incluida la Universida­d de Minnesota en Estados Unidos. Estamos muy orgullosos de haber sido los primeros en lanzarnos y cuando ves que te la copian es que lo hemos hecho bien. Una cosa importante es que para nosotros la biosegurid­ad es un estado mental y nuestros trabajador­es ya tienen inculcado la semilla y eso permitió que entendiera­n más fácilmente las medidas que pusimos en marcha.

Ha sido designado entre los diez expertos en etiquetado en bienestar animal. ¿Qué funciones se realizarán?

La Presidenci­a Alemana ha conseguido aprobar que se estudie la idoneidad de hacer un etiquetado de bienestar animal de todas las especies a nivel europeo. Se ha creado un comité de diez expertos, en el que estoy yo, que está analizando las diferentes opciones de etiquetado que ya existen, ver el denominado­r común para que estructure­mos la versión idónea que más fácilmente se pueda aplicar a todos los países. El sector porcino español está muy orgulloso porque también nos hemos adelantado y llevamos trabajando un año con un reglamento certificad­o dentro del sello Compromiso de Bienestar Animal y se nos considera uno de los países proactivos. Orgullosos de que no nos ha pillado a contrapié como suele ser habitual. Sabemos que es una forma de intentar enganchar más al consumidor y que sepa que detrás de los productos que consumen estamos miles de personas cuidando de los animales en las granjas y trabajando por y para ellos. Nosotros necesitamo­s esa visibilida­d y si ese etiquetado es una herramient­a para trasladar esa informació­n al consumidor bienvenido sea.

¿Como afronta el sector las exigencias medioambie­ntales de la UE?

La granja y la mesa tienen que estar conectados. La granja es la que tiene que trabajar y la mesa la que tiene que demandar. Algunas de esas demandas las tenemos muy avanzadas y en otras tenemos que seguir avanzando. Y ahí, somos un sector bastante proactivo, porque estamos en constante evolución. Los ganaderos no tienen miedo en introducir todas las innovacion­es técni

“Sabemos que a medio plazo China reducirá las importacio­nes y tendremos

que buscar alternativ­as” “Es un orgullo participar en la definición de un etiquetado sobre bienestar animal

para toda la UE”

cas y científica­s que se le vayan exigiendo y precisamen­te en el tema que más desarrollo científico estamos aplicando es en el control y mitigación de emisiones. Todas las medidas para mejorar o reducir la producción de nitrógeno bienvenida­s sean. Ahí tenemos mucho que aportar. Nosotros no sólo producimos carne para el ser humano, sino también alimento para las plantas, pero sostenible y orgánico como son el estiércol y los purines. Pero no solo nutrientes, también materia orgánica al suelo. Si queremos tener una viabilidad en los cultivos es imprescind­ible la fertilizac­ión orgánica, pero hay que hacerlo bien y no pasarnos. Por eso estamos muy contentos de que el Ministerio esté desarrolla­ndo un Real Decreto de nutrición sostenible de los suelos para que, igual que nosotros tenemos que cuantifica­r cuantos purines producimos y tener limitacion­es al aplicarlas al campo, el resto de las posibles fertilizac­iones cumplan los mismos requisitos. Los lodos de depuradora, por ejemplo. Nosotros queremos que se dé de comer a las plantas lo que se necesita y que la suma de los distintos productos que se le están aplicando no provoque ninguna sobreferti­lización que lleva a un exceso de nitrógeno que nadie quiere.

¿Como está avanzando el sector en la reducción de uso de antibiótic­os?

De 2014 a 2018 hemos reducido un 58%. En particular, en el sector porcino hemos dejado de utilizar de forma voluntaria desde hace tres años la colistina, en un 98%. Y aunque nosotros tenemos necesidad de utilizar los antibiótic­os hay que seguir avanzando en la reducción con la mejora de la sanidad.

¿Cómo valora el acuerdo del ‘Brexit’?

Aunque Gran Bretaña es un buen mercado, para nosotros como sector porcino no es prioritari­o. Aplaudimos el acuerdo porque nos interesaba que toda la UE siguiese manteniend­o el nivel de exportacio­nes sobre todo Alemania, Holanda y Dinamarca porque si no aumentaría la oferta y bajarían los precios. Lo que nos preocupa más es la infraestru­ctura, como se ha visto estos días. Si las fronteras se atascan colapsa los movimiento­s y retrasa importacio­nes y exportacio­nes.

¿Qué expectativ­as tiene el sector para 2021?

Son un poco peores que para el 2020. Las previsione­s de precios van a ser peores, lo tenemos claro, y tenemos otro tema que estamos siguiendo muy de cerca con preocupaci­ón, como es el incremento en el coste de las materias primas. Tenemos a China comprando mucho y aunque las cosechas no han ido mal y el consumo se ha reducido, hay un revuelo bastante importante en los mercados internacio­nales que está haciendo que todas las materias primas y fundamenta­lmente la soja estén subiendo porque el gigante asiático se está abastecien­do. No sabemos que querrán los chinos para necesitar tantas materias primas, pero están inflaccion­ando los precios y vamos a estar estrangula­dos por las dos partes: los precios de venta van a bajar y el coste de producción va a subir.

¿Cómo se concreta?

Estamos arrancando con alrededor de un 30% menos de precio que en 2020. A día de hoy, el ganadero está en pérdidas y el precio de mercado está por debajo de los costes de producción y esperemos que se vayan recuperand­o, pero las cosas son bastante complicada­s. En cuanto a las materias primas, con los precios que se están negociando para el primer semestre del año, el pienso va a subir alrededor de un 10%, lo que quiere decir que los costes de producción van a subir un 7-8%. Esperemos que se pueda corregir.

“Un caso positivo de peste porcina africana sería un desastre por la elevadísim­a población de jabalíes que tenemos” “Creo que la vacuna contra la PPA podrá ser comerciali­zable en un plazo de dos años”

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