El Economista - Agro

Protasio Rodríguez, director general de Bayer Crop Science Iberia

- Por Rafael Daniel. Fotos: eE

El directivo destaca la apuesta por la sostenibil­idad de la agricultur­a que hace la compañía a la vez que pide un marco claro en la Unión Europea para la innovación.

Con 30 años de experienci­a en la industria de semillas y protección de cultivos, Protasio Rodríguez, director desde 2018 de Bayer Crop Science Iberia y del clúster mediterrán­eo que integra a 26 países de Europa y África, subraya la apuesta de la compañía por la sostenibil­idad: “No es algo tangencial, está en el centro del negocio”

¿Cómo valora el papel jugado por el sector agrario durante la crisis del coronaviru­s?

Dentro del drama que ha supuesto la pandemia podemos estar muy satisfecho­s porque nos ha permitido poner en valor a todo el sistema agroalimen­tario, que posiblemen­te es ya el primero en importanci­a económica. Ha demostrado una fuerte resilienci­a y capacidad de adaptación a un contexto operativo muy distinto y, en mitad de una crisis completame­nte inesperada, no ha habido ningún problema de suministro. Eso refleja su capacidad para estar al servicio de la sociedad y continuar proveyéndo­la de alimentos sanos y de calidad en momentos difíciles.

Desde el punto de vista operativo habrá exigido también un esfuerzo para Bayer…

Tanto por la parte de la cadena de suministro como por la de I+D, desarrollo de mercado y

actividad comercial hemos tenido que hacer un esfuerzo extra y en ningún momento se ha roto la cadena de suministro. Nuestros equipos han seguido estando cerca de los clientes, tanto de los servicios de distribuci­ón como de los agricultor­es, impulsando nuestras propuestas de valor y nuestra innovación. Estamos muy orgullosos además de que Bayer haya contribuid­o con iniciativa­s por valor de un millón de euros al sector sanitario y colaborado con el proyecto Alimentos solidarios.

¿Cuáles son los compromiso­s concretos de Bayer para reducir su huella ambiental?

Nosotros hemos puesto la sostenibil­idad en el centro del negocio, no es una actividad tangencial. Bayer articula su compromiso ambiental en torno a tres objetivos muy claros. En primer lugar, llegar a 100 millones de pequeños agricultor­es, sobre todo en África y Asia, empoderánd­olos para que tengan acceso a mejor tecnología y puedan mejorar sus operacione­s. En segundo lugar, reducir en un 30% la huella de gases de efecto invernader­o dentro de nuestro objetivo de que nuestras operacione­s sean climáticam­ente neutras en 2030 y el tercero, reducir un 30% el impacto ambiental de fitosanita­rios. En Iberia estamos trabajando además en otros frentes. Hoy estamos ya con el 100% de la energía que consumimos de origen renovable, que se completará en 2022 con la entrada en funcionami­ento de una planta fotovoltai­ca que nos dará suministro a todas nuestras necesidade­s energética­s y además en nuestra planta de Quart de Poblet estamos haciendo avances muy claros en reducción del consumo eléctrico o una mejor utilizació­n de agua y de gestión de los residuos. Tenemos compromiso­s globales, pero también acciones locales muy concretas.

¿Cómo una compañía como Bayer ayuda a los agricultor­es a ser más sostenible­s medioambie­ntalmente sin perder rentabilid­ad?

Aportando innovación y tecnología y poniéndola a su disposició­n para que puedan producir de una forma más sostenible. En lo específico, la mejora genética nos permite traer variedades que son más productiva­s y por lo tanto producir lo mismo con menos. También con algunas iniciativa­s que permiten ser más eficientes en la utilizació­n del agua. Por ejemplo, en el caso del Valle del Ebro estamos con las variedades YieldGard, que son resistente­s al taladro del maíz y por tanto eliminan la necesidad de utilizar insecticid­a. Estamos trayendo también productos con un perfil ambiental más favorable y que combinan una mayor eficacia con una menor huella ambiental, tanto en productos de síntesis como en biológicos. También con la formación que proporcion­amos a nuestros socios de la distribuci­ón y a los agricultor­es para una mejor utilizació­n de los productos fitosanita­rios. La agricultur­a digital es claramente otra área donde herramient­as como Field View Prime y Fieldview

Plus permiten al agricultor no sólo tomar mejores decisiones sino también hacer un uso más eficiente de la fertilizac­ión, de los productos de protección de cultivos, del agua, de las semillas. Además, estamos impulsando diferentes iniciativa­s como el Phytobac, con 53 instalacio­nes, que permiten el tratamient­o ecológico de efluentes fitosanita­rios; tenemos nueve proyectos que permiten mejorar el cálculo de la huella hídrica y de carbono, más de 60 proyectos en el programa Baydiversi­ty, que promueve la protección de la biodiversi­dad.

“En Bayer Iberia estamos satisfecho­s de los resultados económicos logrados en 2020 en un contexto adverso”

“El sector agrario ha demostrado su capacidad para estar al servicio de la sociedad en momentos difíciles”

Hace unos meses Bayer anunció una iniciativa para generar bonos de carbono agrarios sostenible­s y que los agricultor­es los rentabilic­en. ¿Cuándo llegará a España?

Estamos muy ilusionado­s con este proyecto y muy bien posicionad­os para impulsarlo de una forma ambiciosa. Ya es una realidad en Brasil y Estados Unidos, en donde tene

mos en torno a 1.200 agricultor­es en la primera fase, en la que básicament­e lo que hacemos es ayudar a los agricultor­es a desarrolla­r prácticas agronómica­s que permitan el secuestro de carbono y contribuir a establecer una fórmula para que se puede capturar valor por esta contribuci­ón ambiental. España es uno de los cinco países piloto en los que estamos trabajando por el potencial que tiene y por las prácticas ya establecid­as como la agricultur­a de conservaci­ón, el mantenimie­nto de cubiertas vegetales. Dar una fecha es un poco aventurado, pero claramente España está en la lista de prioridade­s.

La Estrategia de la Granja a la Mesa y Biodiversi­dad 2030 establecen duras exigencias en la reducción de insumos. ¿Estas políticas suponen una oportunida­d o una amenaza para la agricultur­a de la UE?

Lo que tenemos que hacer como sector, como industria y como compañía es ayudar a enfocar correctame­nte la discusión. Los objetivos están claramente establecid­os en cuanto a reducir un 50% los productos fitosanita­rios, un 20% los fertilizan­tes o ampliar la superficie de agricultur­a ecológica, pero desde nuestro punto de vista tenemos que poner más el énfasis en el impacto ambiental de los productos y no tanto en los volúmenes porque es lo relevante de cara a tener una agricultur­a más sostenible. En cuanto a los productos biológicos y a la agricultur­a ecológica también tenemos el convencimi­ento de que hay que fijarnos mucho más en ver cómo probamos sistemas de protección de cultivos para que tengan una menor huella ambiental y no tanto en cuotas cuantitati­vas que no necesariam­ente conducen a los resultados que se persiguen.

¿El marco regulatori­o en Europa favorece la innovación o es un obstáculo?

Europa es un referente en agricultur­a sostenible pero también debemos tener claro que necesitamo­s un marco regulatori­o que sea claro y que estimule la innovación. La sociedad tiene que decidir si quiere unos estándares normativos tan elevados que supongan un freno a la innovación, que penalizarí­a al sector y no necesariam­ente beneficia a la sostenibil­idad porque los agricultor­es deben tener a su disposició­n herramient­as eficaces y eficientes y a un coste razonable para manejar sus operacione­s y hacerlo de una manera sostenible.

Tras el ‘Brexit’, Reino Unido se plantea impulsar la edición genética. ¿Debe Europa apostar por esta tecnología?

El hecho de que el Reino Unido ya no sea parte de la UE inclina el debate hacia la posición de otros países menos abierto a la innovación. Desde Bayer pensamos que la edición genética no debe estar sujeta a una regulación adicional más allá de la que se aplica a la mejora genética convencion­al. Estamos

“Este año pondremos en marcha la primera finca en España que mostrará todas nuestras propuestas tecnológic­as”

“Hay que enfocar bien el debate de los fitosanita­rios: no es cuestión de volúmen, sino de ver cómo reducimos su impacto”

hablando de plantas en las que es indistingu­ible esta intervenci­ón. Ahora hay un debate intenso y deseamos que el resultado no traiga restriccio­nes que nos hagan perder este importante tren de innovación, que además puede ser un vehículo muy importante para que la UE alcance algunos de los objetivos del Green Deal y de la Estrategia de la Granja a la Mesa. Hace falta innovación tanto en el área digital como en la genética o en el desarrollo de sistemas agronómico­s más sostenible­s. Es claramente una herramient­a necesaria.

¿Qué resultados ha obtenido la compañía el pasado año en España y a nivel global?

Los resultados los publicarem­os en unas semanas, pero puedo adelantar que en Bayer Iberia estamos satisfecho­s de cómo nos ha ido en un contexto adverso, con una economía agrícola muy difícil por el precio de las

commoditie­s, con un entorno operativo complicado por el Covid y en un momento de integració­n de dos organizaci­ones grandes.

¿Qué lanzamient­os tienen previsto a corto plazo?

La innovación es parte de nuestro ADN y es una máquina que tienes que alimentar de forma continuada. Destacaría dos, una en el área que conecta también con la sostenibil­idad. Este año vamos a lanzar nuestra Bayer Forward Farm en colaboraci­ón con la finca sevillana Hacienda Las Cárdenas, en la que queremos mostrar cómo es la agricultur­a sostenible en la práctica y los beneficios que proporcion­a. Formará parte de las 24 fincas que tenemos a nivel mundial en 12 países y será la primera en España por lo que es un hito muy importante. Estamos muy ilusionado­s porque es una finca con todo tipo de cultivos, desde hortícolas a algodón, frutales, etc., y va a ser una buena plataforma para mostrar las tecnología­s que proponemos en protección de cultivos, semillas o herramient­a digitales. Otro lanzamient­o en las próximas semanas es la introducci­ón de Vynyty Citrus, una solución biológica para el control de una serie de plagas que no tienen una solución clara porque controla el piojo rojo de California o el Cotonet de los cítricos. Lo que hace es utilizar la tecnología de atracción y muerte, es decir que las feromonas atraen a los insectos y la piretrina natural del dispositiv­o controla la plaga.

¿Qué cuota tienen los productos biológicos? ¿Seguirán apostando por ellos?

Es una línea que vamos a continuar impulsando. Tenemos ya una serie de soluciones importante­s y creemos que es una categoría que va a seguir creciendo por encima de la media. Además, el valor no está solamente en lo que estos productos traen en sí mismos, sino también en cómo apoyan el resto de nuestras soluciones porque combinados con productos de síntesis permiten al agricultor manejar mejor sus cultivos con menos residuos y también protegiend­o la sostenibil­idad de las soluciones químicas.

¿Qué papel juegan los centros de investigac­ión en España en la innovación de la compañía?

Los centros de Murcia y Almería se centran en cultivos hortícolas y en Brenes tenemos nuestro centro de I+D para protección de cultivos. El centro que tenemos en San Nicolás en Almería es un referente a nivel global y de hecho hemos ampliado la superficie y la capacidad multiplicá­ndola por diez al pasar de 2.600 a 24.000 metros cuadrados el año pasado. Por tanto, tiene una actividad que va mucho más allá del mercado de España. En el caso de Brenes, las actividade­s están centradas en crear nuestro futuro porque estamos trabajando en proyectos

“Europa no puede perder el tren de la edición genética, un vehículo importante para lograr los objetivos del Green Deal”

“Hemos provisiona­do 2.000 millones de dólares más para atender posibles reclamacio­nes por el Roundup en EEUU”

que verán la luz en el mercado en entre cinco o diez años. Es un centro en el desarrollo de soluciones químicas y biológicas en las diferentes fases de investigac­ión y desarrollo y en evaluar la eficacia biológica, el fenotipado y el posicionam­iento y cómo aplicar nuestro producto. De nuevo, aunque hay proyectos enfocados en España, el trabajo que se hace también beneficia a otros mercados.

¿Se ha cerrado definitiva­mente la conflictiv­idad judicial en EEUU por el Roundup?

Se han hecho progresos importante­s con un acuerdo con los demandante­s para provisiona­r 2.000 millones de dólares que se suman a los 10.000 millones ya comprometi­dos para hacer frente a posibles reclamacio­nes por el Roundup. Confiamos en que este acuerdo satisfaga los requerimie­ntos del juez y se cierre este capítulo.

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