Pedro Sánchez ataca a la ganadería en línea con el ‘lobby’ de la carne artificial
Las recientes palabras de Pedro Sánchez en las que culpaba a la ganadería de “contribuir a una catástrofe medioambiental sin precedentes” han causado indignación en el sector ganadero de nuestro país. No es para menos. Oír desaconsejar el consumo de carne al presidente de un país en el que la ganadería tiene un peso tan importante tanto en materia económica como medioambiental o de cohesión territorial no es solo un absoluto desatino sino la constatación del distanciamiento de la realidad del inquilino del Palacio de la Moncloa.
El inaudito posicionamiento del presidente del Gobierno se produce en uno de los momentos más críticos en el sector del vacuno de carne, lo que multiplica la irresponsabilidad de sus palabras. El cierre del canal de la hostelería ha afectado directamente a unos ganaderos que han visto cómo se hundían los precios. A ello se suma el drástico encarecimiento del coste de los cereales, base de la alimentación animal, lo que agrava los habituales problemas de rentabilidad de una actividad que da empleo directo a 150.000 personas y de forma indirecta a un millón.
■ El posicionamiento del presidente del Gobierno se produce en un momento crítico para los ganaderos de vacuno ■
El alineamiento de Pedro Sánchez con los catastrofistas mensajes de colectivos medioambientalistas es un importante salto cualitativo en la campaña contra la ganadería española y hace el caldo gordo al reconocido ‘interés” de algunas compañías tecnológicas por controlar el mercado de la alimentación a través de la carne de laboratorio. No serán estas grandes multinacionales las que permitan sujetar población en el mundo rural o limpien los montes para evitar los incendios forestales, como desde tiempos inmemoriales hacen nuestros ganaderos, empeñados desde hace años en introducir mejoras que reduzcan la huella en el medio ambiente.
El intempestivo discurso del presidente del Gobierno no parece, sin embargo, fruto de un simple desliz, sino un signo más de la que parece una auténtica ofensiva gubernamental contra la ganadería. A la decisión de la ministra de Cambio Climático y Reto Demográfico, Teresa Ribera, de blindar al lobo, se une la reforma que el titular de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha introducido en las ayudas de la Política Agraria Común (PAC). La Asociación de Productores de Vacuno de Carne (Asoprovac) ya ha denunciado ante los tribunales de justicia y la propia Comisión Europea un cambio de las reglas de juego que puede expulsar a una importantísima parte de los ganaderos españoles de un sistema de ayudas vitales para su supervivencia y para el mantenimiento de un modelo de producción que es reconocido en todo el mundo.