Buenas prácticas: cuidado y tratamiento del suelo agrícola
El cuidado del suelo agrícola es básico para favorecer la sanidad vegetal de los cultivos. Por eso, es importante tener en cuenta estas buena prácticas
Aunque, a primera vista cuando se habla de agricultura se suele poner el foco en las medidas orientadas al crecimiento y desarrollo de los cultivos en las mejores condiciones, no debemos olvidar que el suelo agrícola ejerce un papel esencial en este sentido.
Cualquier tipo de suelo, y muy especialmente el agrícola, es un ecosistema dinámico que cuenta con unas propiedades diferenciadas a nivel físico, químico y biológico, que es preciso respetar al máximo para garantizar que aporte a los cultivos las condiciones más adecuadas para el desarrollo de una buena cosecha.
Por este motivo, a la hora de establecer qué medidas pueden resultar favorables, desde AEPLA recomendamos prestar una especial atención a los siguientes consejos o buenas prácticas:
-Favorecer la capacidad de drenaje del suelo agrícola, evitando aquellas actuaciones que pueden incrementar su compactación, ya que esto permitirá reducir el riesgo de encharcamientos o pérdidas de nutrientes por escorrentía.
-Tomar medidas para proteger la materia orgánica y nutrientes del suelo, como son la rotación de cultivos, para evitar su sobreexplotación excesiva y permitir la regeneración de aquellos componentes con los que el cultivo elegido realiza una absorción más intensiva.
-Contribuir a mantener un equilibrio adecuado en relación a la biodiversidad y fauna auxiliar, mediante el empleo de cultivos cubierta, ya que esta puede
El suelo es un ecosistema con propiedades físicas, químicas y biológicas diferenciadas
ser fundamental para evitar, o al menos ralentizar, la proliferación de plagas.
-Si la parcela tiene una pendiente acentuada, lo ideal será concentrar el desarrollo de los cultivos en curvas de nivel, para evitar la posible erosión del terreno a causa de su arrastre por el riego o la lluvia.
-También será conveniente establecer protecciones naturales como arbustos o cortinas forestales, para reducir la posible acción del viento y otras condiciones atmosféricas extremas.