El Economista - Agua y Medioambiente
Los animales ponen de acuerdo a los políticos
El Congreso de los Diputados ha aprobado por unanimidad la tramitación de una proposición de ley para cambiar el régimen jurídico de los animales de compañías
El Congreso aprueba por unanimidad el cambio del régimen jurídico de las mascotas
El Pleno del Congreso de los Diputados aprobó en diciembre, por unanimidad, la tramitación de la ley propuesta por el Partido Popular con la que se modificará el Código Civil, la Ley Hipotecaria y la Ley de Enjuiciamiento Civil para eliminar de todas las cosificación de los animales, y que estos sean considerados sujetos de derecho. Este asunto coleaba desde el mes de febrero, cuando el Congreso apoyó, también por unanimidad, la proposición no de ley presentada por Ciudadanos que instaba al Gobierno a promover las reformas legales necesarias para crear una categoría especial en el Código Penal como “seres vivos dotados de sensibilidad”. La normativa que ha iniciado su tramitación parlamentaria afecta a todos los animales en general, que tendrá consideración de “seres sensibles”, pero afectará a las mascotas en particular en algunos aspectos. Así, la proposición de Ley busca modificar varios artículos del Código Civil relativos al convenio regulador en los divorcios, separaciones o nulidad matrimonial, con el fin de añadir nuevos puntos que regulen el destino de las mascotas en el que, según el texto, debe primar el interés de los miembros de la familia y del bienestar del animal, “pueden preverse el reparto de los tiempos de disfrute si fuere necesario”. Es decir, la mascota ya no se irá con su “propietario”, sino con quien mejor cuide de ella. Además, la Ley pretende evitar que los animales de compañía puedan ser embargados a sus dueños ante impagos de renta, quiere prevenir situaciones como que entren en el pacto de extensión de la hipoteca y propone incluir como bienes inmuebles los viveros, palomares, criaderos o colmenas, entre otros hábitats animales, siempre y cuando el propietario los haya colocado o los conserve con el objeto de mantenerlos unidos a la finca y formando parte de ella de un modo permanente. El objetivo de esta Ley es “recoger la realidad social”, según apuntan desde el PP, y lo cierto es que esa realidad muestra cómo las mascotas son un negocio creciente en España. En el año 2015, último año del que hay datos del censo de mascotas del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, existían en España casi 8 millones de
mascotas censadas, de los cuales el 94 por ciento eran perros -esta cifra podría duplicarse debido a las mascotas no censadas-. Y desde el año 2012, su evolución ha sido creciente. Por ejemplo, el número de perros ha aumentado un 10,3 por ciento, si bien el de gatos disminuyó un 9 por ciento.
Sin embargo, lo que sí ha aumentado en los últimos años es el tamaño del mercado de la alimentación y salud animal en España, y todo a pesar de la crisis económica. Según los datos de Veterindustria, en 2015 el sector facturó 1.299 millones de euros, cifra que aumentó hasta los 1.350 millones un año después, lo que supone un crecimiento del 9,3 por ciento.
A estas cifras hay que sumarles otros gastos ocasionados por las mascotas, que podrían suponer ser igual o mayor, con lo que el mercado de los animales de compañía alcanzaría los 2.500 millones de euros al año. Según el Estudio Anual sobre Mascotas en España, realizado por la empresa Tiendanimal, el gasto medio de un dueño en su mascota es de 1.198 euros al año, y la alimentación sólo supone el 41 por ciento del total en el caso más extremo, que es el de los gatos -en perros es del 27 por ciento-; mientras que el gasto en veterinarios es del 20 por ciento, según Affinity. Los servicios para las mascotas son de lo más variopinto: accesorios, peluquería, guardería, e inclusos servicios funerarios, que incluyen desde la incineración a ataúdes de distintos tamaño. No es de extrañar que las mascotas haya llamado la atención de las grandes cadenas de distribución, como el Corte Inglés, que en 2015 comenzó a abrir grandes espacios diferenciados destinados a los animales de compañía en sus centros comerciales.