El Economista - Agua y Medioambiente
Cinco ciudades serán ejemplo de resiliencia hídrica
Amán, Ciudad del Cabo, Ciudad de México, la zona metropolitana y playas de Miami y Hull han sido las elegidas para desarrollar un marco global de respuesta a los impactos en sus sistemas de agua
Amán (Jordania), Ciudad del Cabo (Sudáfrica), Ciudad de México (México), Miami (Estados Unidos) y Hull (Reino Unido) son las cinco ciudades elegidas por la Fundación Rockefeller y la consultora Arup para desarrollar el marco global de resiliencia hídrica, con el que se pretende ayudar a las localidades de cualquier parte del mundo a prepararse y responder mejor a los impactos y tensiones en sus sistemas del agua.
La elección de estas ciudades se ha realizado en función a cuatro criterios: geográficos, climáticos, institucionales y de infraestructuras. “Todas son paradigma de potenciales problemas relacionados con la gestión del agua”, explica Miguel Prieto, director de Infraestructuras de Arup en España, quien asegura que el primer aspecto a tener en cuenta en esta selección era que “las ciudades tuvieran interés” y que mostraran un compromiso a la hora de adoptar un efoque estratégico para la resiliencia. A ello se sumaba que en su conjunto representaran los potenciales problemas del agua que se pueden dar en cualquier parte del mundo y que “hubiese un mix de sistemas de desarrollo de la gestión de infraestructuras de agua”.
Esta iniciativa se enmarca dentro del proyecto 100 Ciudades Resilientes, y de hecho, cuatro de las cinco ciudades participan ya en este proyecto impulsado por la Fundación Rockefeller, que ayuda a ciudades de todo el mundo a ser más resistentes a los desafíos físicos, sociales y económicos.
En este caso, el objetivo es conseguir ayudar a las ciudades a hacer frente a los retos del estrés hídrico para conseguir llegar a ser resilientes. Un adjetivo que, según el director de Infraestructuras de Arup en España, implica que todos los habitantes puedan beber agua potable del grifo, tener el abastecimiento asegurado a largo plazo, contar con una red de saneamiento preparado para el crecimiento demográfico de la ciudad, y que la infraestructura hidráulica tenga un impacto mínimo en el medio ambiente.
En concreto, como parte de esta colaboración, la iniciativa del marco global de resiliencia hídrica explorará las preocupaciones específicas sobre este campo de cada ciudad a través de la investigación de campo y las entrevistas con los grupos de interés que realizará Arup. “Lo primero que hay que hacer es realizar un mapeado de todos los actores que tienen algo que ver con la gestión del agua”, indica Prieto.
El proyecto explorará las preocupaciones hídricas específicas de cada ciudad a través de la investigación de campo y Arup realizará las entrevistas con los grupos de interés. Tanto los datos obtenidos como sus conclusiones serán empleados para establecer indicadores cualitativos y cuantitativos, con
el objetivo de medir la resiliencia hídrica de las ciudades. Como resultado, el marco será un estándar global que permita diagnosticar los desafíos relacionados con el agua para informar sobre futuras planificaciones y decisiones de inversión.
Amman, capital de Jordania y con una población de 4 millones de habitantes, no se encuentra cerca de fuentes de agua y regularmente sufre sequías. La ciudad también experimenta lluvias inusualmente fuertes, lo que provoca inundaciones en las zonas más bajas de la ciudad.
Por su parte, Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, con una población de 3,7 millones, ha experimentado una sequía severa, debido a tres años de baja lluvia. Las autoridades advirtieron que quedan menos de 90 días para que el suministro de agua de la ciudad se seque.
Ciudad de México, la más grande de las participantes, tiene una población de 21,3 millones. Su rápido crecimiento depende en gran medida de los acuíferos subterráneos y corre un grave riesgo de quedarse sin agua en el futuro. La Ciudad de México se encuentra en un terreno que hace muchos años fue un lago, lo que provoca que sea particularmente propensa a las inundaciones.
Por último, Hull, en Yorkshire, Reino Unido, tiene una población de 323.000 habitantes. Con el 90 por ciento de la ciudad por debajo de la línea de pleamar, es particularmente vulnerable al aumento del nivel del mar. Las grandes inundaciones han afectado a numerosas áreas de la ciudad en los últimos años.
“El cambiante clima junto con la expansión de superficies urbanizadas está aumentando la frecuencia de las crisis relacionadas con la resiliencia de las ciudades al agua. Cada vez más, las precipitaciones, inundaciones y sequías impredecibles afectan al ciclo del agua en las urbes. Al analizar la amplia gama de contratiempos y problemas que puedan surgir en los diferentes contextos, ayudaremos a las ciudades a comprender cómo evaluar los riesgos, además de a priorizar tanto las acciones como las inversiones para que sean más resilientes”, señala Mark Fletcher, Global Water Leader de Arup.