El Economista - Agua y Medioambiente
El Júcar, contaminado con 34 plaguicidas
Ecologistas en Acción ha analizado las sustancias plaguicidas en los ríos españoles. El 70% de los pesticidas detectados están actualmente prohibidos por su toxicidad
Es la cuenca con más sustancias, pero todos los ríos españoles contienen pesticidas
Todas las cuencas hidrográficas españolas están contaminadas con plaguicidas, pero en el caso del Júcar, destaca por el número de sustancias que están presentes en las aguas de esta demarcación, un total de 34 de las 52 analizadas. De hecho, la cuenca del Júcar es la más contaminada de España, según el informe Ríos hormonados, elaborado por Ecologistas en Acción y que se basa en datos oficiales de los Programas de Vigilancia de la Calidad de las
Los insecticidas son los plaguicidas más comunes en las aguas de los ríos españoles
Aguas de 10 Confederaciones Hidrográficas, que en cumplimiento de su obligación legal han proporcionado sus datos de muestreo a esta ONG.
Además de esta conclusión, del informe se extrae que hay presencia de plaguicidas en todas las cuencas españolas, y en total, en el año 2016 se detectaron un total de 47 sustancias de las 104 analizadas. Y lo que es más llamatimo, más de la mitad, 26 de los 47 plaguicidas detectados son, o “se sospecha que son”, disruptores endocrinos, es decir, sustancias que
interfieren con el sistema hormonal. Es más, el 70 por ciento de las sustancias detectadas, como el lindano, el DDT, la atrazina o el endosulfán, fueron prohibidos hace años.
Entre los plaguicidas más habituales se encuentran los insectidas (45 por ciento del total) y los herbicidas (40 por ciento). “Muchos de los plaguicidas detectados han sido prohibidos por causar cáncer, provocar malformaciones o por afectar a la reproducción de animales silvestres y seres humanos. Además, los sospechosos de ser disruptores endocrinos se deberían prohibir por causar malformaciones, enfermedades del sistema inmune, neurológico y del sistema hormonal”, apunta el informe.
Análisis de las cuencas
Las cuencas hidrográficas más contaminadas, según el informe de Ecologistas en Acción, son aquellas en las que se desarrolla una agricultura más intensiva. Así, el Júcar es con diferencia la cuenca más contaminada. En 2016 se detectaron 34 de los 57 plaguicidas analizados, 22 de ellos prohibidos y 21 posibles disruptores endocrinos. Varias sustancias, como el DDT, el clorpirifos o el endosulfán, se detectaron muy frecuentemente, algunas en concentraciones muy por encima del límite permitido.
Le sigue, en nivel de contaminación, la cuenca del Ebro, en la que se detectaron 21 de las 37 sustancias analizas, 16 de las cuales son posibles disruptores endocrinos. No está autorizado el uso de 18 plaguicidas detectados.
Por su parte, en la cuenca del País Vasco se encontraron 17 de las 55 sustancias analizadas de las que 14 pueden ser disruptores endocrinos y 15 no están autorizadas.
En el Tajo se detectaron 15 de las 17 sustancias analizadas, de las cuales 13 son posibles disruptores endocrinos y 12 están prohibidas. Mientras que en el Miño-Sil se encontraron 13 de los 58 plaguicidas analizados, de los que 11 pueden ser disruptores endocrinos y cinco tienen prohibido su uso.
La cuenca del Duero, por su parte, contiene 12 plaguicidas detectados de los 34 analizados, de los que 10 son o se sospecha que son disruptores endocrinos y ocho están prohibidos, como el herbicida isoproturón, la sustancia detectada en mayor frecuencia y concentración.
Además, en el Segura se detectaron nueve de las 57 sustancias analizadas, seis pueden ser disruptores endocrinos y seis no están autorizados.
En el Guadiana se encontraron siete de las 27 sustancias analizadas, el
78.818 Son las toneladas de sustancias plaguicidas que se usaron en España en el año 2014
uso de seis no está autorizado y otras seis se sabe o se sospecha que son disruptores endocrinos, como el herbicida terbutilazina, detectado muy frecuentemente y en concentraciones muy elevadas.
Por último, en la cuenca de Galicia solo se detectaron tres sustancias plaguicidas, y en el Cantábrico dos.
En cuanto a los plaguicidas más comunes, el clorpirifos, un insecticida neurotóxico, se ha detectado en ocho de las diez cuencas analizadas, lo que revela su uso extenso y prolongado, mientras que se ha demostrado el uso extensivo del glifosato. España, con un consumo de 78.818 toneladas de plaguicidas en 2014, es el país europeo que más sustancias utiliza. Este uso masivo resulta en la creciente presencia de residuos de plaguicidas en los alimentos y en el medio ambiente.