El Economista - Agua y Medioambiente
Sin agua, no hay vida
El agua es un bien imprescindible para la vida, algo que seguramente no tenemos en cuenta en nuestro día a día cuando cada vez que abrimos el grifo sale toda la que necesitamos. Sin duda, las cuestiones meteorológicas y climáticas afectan de una manera importantísima a la cantidad de agua de la que disponemos, y ahí poco podemos hacer de manera individual, pero donde sí que tenemos mucho que aportar es en nuestro propio consumo.
Por eso, y dada la situación del embalse del Arquillo, del que se abastece la ciudad de Teruel en condiciones normales, ya el pasado mes de julio iniciamos una campaña de concienciación recomendando a la ciudadanía un uso responsable del agua con medidas como mantener el grifo cerrado mientras nos enjabonamos o nos cepillamos los dientes, ducharse en vez de bañarse, no usar el inodoro como si fuera una papelera y utilizar métodos para descargar menos agua al tirar de la cadena, limpiar el coche sólo cuando sea necesario y con métodos que usen poca cantidad de agua, o regar el jardín en las horas de menos sol para evitar la evaporación, entre otros.
Pasado el verano, y viendo que la cantidad de agua embalsada en el pantano seguía disminuyendo debido a la falta de lluvias, se decidió continuar con estas medidas y en octubre se puso en marcha la fase de prealerta del Plan de Emergencia con el que cuenta la ciudad, y que hasta el momento no se había tenido que utilizar, con acciones que dependen del consistorio.
Así, se dispuso cerrar todas las fuentes de la ciudad, excepto la de la Plaza del Torico por su carácter emblemático, si bien se redujo el flujo de agua en cada uno de sus caños. Con esta medida se pretendía ahorrar agua, pero sobre todo concienciar a los ciudadanos de la escasez de agua y de la necesidad de que todos hagamos un uso responsable de este bien tan preciado. También se redujo al mínimo el riego de jardines y zonas verdes públicos, y se eliminó el baldeo de las calles, salvo en casos muy puntuales de necesidad para evitar situaciones insalubres.
El resultado de estas medidas fue muy positivo, y en un mes se redujo un 5 por ciento el consumo de agua en la ciudad, por lo que fuimos felicitados por la Confederación Hidrográfica del Júcar. Todos los meses se reúne el Comité de Seguimiento de la Sequía en el Ayuntamiento con el fin de evaluar la situación y, en su caso, tomar nuevas medidas.
Una segunda fase en el Plan de Emergencia por sequía,
La meteorología y el clima afectan de manera importantísima a la cantidad de agua de la que disponemos, y ahí poco podemos hacer de manera individual, pero donde sí tenemos mucho que aportar es en nuestro propio consumo
que aún no se ha activado, incluye, por ejemplo, la prohibición de llenar las piscinas particulares, por lo que cada vez más se recomienda a la ciudadanía que use los productos necesarios para mantener el agua de un año para otro, medida que por otra parte ya está muy extendida en nuestra ciudad.
Otro aspecto a tener en cuenta en la situación en la que nos encontramos es la cantidad de agua necesaria en el embalse del Arquillo para garantizar la supervivencia de las especies faunísticas que viven en él y su entorno, por eso cada vez se coge más agua de los pozos de San Blas y menos del embalse, que continúa bajo mínimos. Un agua, la de los pozos, que, por otra parte, tiene una calidad excelente según los estudios realizados por los técnicos encargados de la gestión del agua en Teruel.
Aunque el consumo de agua de boca en la ciudad está asegurado gracias a esos pozos de San Blas, que se construyeron en los años noventa del pasado siglo cuando hubo otro episodio importante de sequía, y vamos a explorar la posibilidad de realizar nuevos sondeos en la zona de Escandón para contar con más acuíferos disponibles, pensamos que debemos incidir en ese mensaje de que el agua es un bien a preservar, y que su uso responsable debe estar presente en todo momento, no sólo en situaciones de sequía como ésta.
Creo que es deber de todos preservar el agua, y el medio ambiente en general, por nuestro bien y el de nuestros descendientes. Como alcaldesa de Teruel intento transmitir a mis conciudadanos la importancia de cuidar el medio ambiente.
Lamentablemente, después de un otoño especialmente seco, este invierno tampoco ha comenzado en nuestra zona con la cantidad de lluvia y nieve que sí ha llegado de manera importante a otros lugares de nuestro país, así que seguimos pendientes del cielo y mientras tanto continuamos trabajando en las dos líneas expresadas anteriormente: por una parte seguir concienciando a la ciudadanía para que haga un uso racional del agua y, por otra, como obligación que es de todo Ayuntamiento, garantizar el suministro de agua para los vecinos, realizando estudios y prospecciones para buscar fuentes alternativas del líquido elemento.
En este sentido, podemos felicitarnos de que afortunadamente nuestra ciudad se encuentra rodeada de importantes acuíferos y pensamos que, a corto y medio plazo, no debería haber problemas de abastecimiento. Para ello se realizarán las inversiones necesarias en el momento oportuno, aunque las inversiones necesarias son muy cuantiosas.
Pero la sequía no es un problema sólo de la ciudad de Teruel. Creo que hay que tener en cuenta este asunto en un plano general. El agua es fuente de vida en el campo, para garantizar los cultivos, para que beban los animales, para que sobrevivan nuestros bosques…; sería interminable esta lista ya que podemos decir que prácticamente todo nuestro entorno depende del agua.
Por eso considero que, a nivel global, se deben tomar medidas para ahorrar agua por parte de las Administraciones, las empresas y los particulares, y se debe ahondar en las campañas de concienciación para que todos, haya sequía o no, hagamos siempre un uso racional de uno de nuestros bienes más preciados.
Se deben tomar medidas para ahorrar agua y se debe ahondar en las campañas de concienciación para que todos, haya sequía o no, hagamos siempre un uso racional de uno de nuestros bienes más preciados