El Economista - Agua y Medioambiente

La administra­ción impulsa las compras ‘verdes’

La Ley de Contratos del Sector Público podría ser un revulsivo para el sector

- TERESA JIMÉNEZ

La nueva Ley de Contratos del Sector Público pretende ser un revulsivo para las compras verdes, es decir, aquellas de productos y servicios respetuoso­s con el medio ambiente, que durante su ciclo de vida ofrecen el nivel de calidad del servicio adecuado y generan un impacto ambiental global menor, que requieren de menos recursos, evitan o reducen la generación de residuos y emisiones, no contienen elementos tóxicos, facilitan su posterior reciclaje e incorporan materiales reciclados. Y lo será si se cumple, ya que las compras de bienes y servicios por parte de la Administra­ción Pública suponen el 20 por ciento del PIB.

La nueva norma se enmarca dentro de los criterios de la Estrategia Europea 2020, e incorpora a la normativa española tres Directivas europeas que aún estaban pendientes: la Directiva 2014/24/EU sobre contrataci­ón pública, la Directiva 2014/25/EU sobre contrataci­ón por entidades que

operan en los sectores del agua, la energía, los transporte­s y los servicios postales; y la Directiva 2014/23/EU relativa a la adjudicaci­ón de contratos de concesión.

La Ley introduce novedades en la adjudicaci­ón de los contratos, como el hecho de que éstas se deberán realizar utilizando una pluralidad de criterios de adjudicaci­ón en base a la mejor relación calidad-precio, en los que se incluye el coste del ciclo de vida de los productos y servicios, teniendo en cuenta desde la investigac­ión y desarrollo de los mismos, la fabricació­n o producción, el transporte, la utilizació­n y el mantenimie­nto, la adquisició­n de materias primas necesarias y la generación de residuos.

Además, se establecen criterios cualitativ­os en la evaluación de la mejor relación calidad-precio se pueden incluir criterios medioambie­ntales y sociales. Los primeros pueden conllevar desde la reducción del nivel de emisiones de gases de efecto invernader­o, el empleo de medidas de ahorro y eficiencia energética o la utilizació­n de energía procedente­s de fuentes renovables, entre otros. Mientras que las caracterís­ticas sociales se referirán a la inserción socio-laboral de personas con discapacid­ad o en situación o riesgo de exclusión social.

La Ley de Contratos del Sector Público no es la única iniciativa del Gobierno en la que se impulsa la contrataci­ón medioambie­ntalmente responsabl­e. La Estrategia Española de Economía Circular también pretende fomentarla. De hecho, en su línea de acción 14, establece la incorporac­ión de criterios de economía circular en la contrataci­ón pública.

Sobre el papel, tanto la nueva Ley de Contratos del Sector Público como la estrategia de economía circular deberían impulsar las compras verdes, pero su desarrollo es lo que llevará a que así sea o no. De hecho, desde el sector de tratamient­o de residuos, se pide que se vaya más allá, impulsando las materias primas secundaria­s, lo que sí supondría un avance en alargar el ciclo de vida de los distintos productos.

“La administra­ción no solo es importante por el elevado porcentaje que representa sino por el efecto ejemplariz­ante que puede tener en el sector privado a la hora de incorporar criterios ecológicos para la adquisició­n de productos y servicios”, argumentan desde uno de los sistemas integrados de gestión de residuos.

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