El Economista - Agua y Medioambiente
Inteligencia artifical para predecir el uso de agua
La Universidad de Córdoba desarrolla un modelo para calcular las necesidades de agua en regadío
El sector del agua también se puede beneficiar de las ventajas de la inteligencia artificial. Una de las últimas aplicaciones que pronto podría hacer su entrada en el mercado es un modelo capaz de predecir las necesidades de agua de cada regante, con el objetivo de conseguir un ahorro en el consumo de este recurso. Este nuevo modelo ha sido desarrollado por un grupo de investigación de la Universidad de Córdoba y su novedad reside en la aplicación de técnicas de inteligencia artificial como la lógica difusa, un sistema usado para explicar el comportamiento en la toma de decisiones
Un grupo de la Universidad de Córdoba desarrolla un modelo que permite calcular las necesidades de agua de cada regante, con el fin de conseguir ahorros en el uso de este recurso
que, en este caso, mezcla variables más fáciles de medir como las agroclimáticas o el tamaño de la parcela de riego con otras variables más complicadas como las prácticas tradicionales de la zona o las vacaciones durante la estación de riego.
El desarrollo de esta herramienta busca dar soluciones a un escenario en el que la agricultura representa el 70 por ciento del consumo de agua a nivel global y la demanda de los recursos hídricos por parte del sector aumentará en las próximas décadas, según las previsiones de todos los organismos internacionales. Además, se espera que las necesidades de agua de otros sectores como la industria también crezcan, lo que sumado al hecho de que el cambio climático influye en la progresiva escasez de agua, las medidas de ahorro de agua son el reto a lograr.
El modelo FIS -sistema de lógica difusa- traduce las variables de entrada, como temperatura o humedad, entre otras, al lenguaje en el que trabajan sus reglas. Aplicando algoritmos genéticos se establecen las curvas óptimas de estos parámetros de entrada y, mediante redes neuronales, se establece la relación entre los mismos. Como resultado, se extrae la lámina de riego aplicado en la que se establecerá cuántos milímetros van a ser usados por cada regante.
La creación de esta herramienta se traduce en un cambio en la gestión tradicional de las comunidades de regantes, basada en el conocimiento y la información, frente a la intuición o la experiencia de años anteriores, que es la práctica común de la mayor parte de las comunidades de regantes.
Para determinar cómo el manejo diferente de cada uno de los cultivos puede influir en la exactitud del modelo, el equipo liderado por Rafael González ha utilizado los datos de las instalaciones de telecontrol de la comunidad de regantes del Canal del Zújar para los cultivos de maíz, arroz y tomate. De esta forma, la aplicabilidad de los sistemas de telecontrol y telemetría queda patente.
Mientras que hasta ahora los datos generados por estos sistemas se utilizaban básicamente para facturar los caudales consumidos por cada usuario de la red, con esta nueva herramienta se utilizan todas las mediciones generadas para obtener las predicciones.
Según destaca González, este modelo “revaloriza los sistemas de medidas instalados en las comunidades de regantes, satisfaciendo tanto al personal técnico y de gerencia de las comunidades como a las empresas que innoven en el campo de la telemedida”, todo ello, “sin olvidar la labor de de conservación del agua a nivel global”.