El Economista - Agua y Medioambiente
Qlik y Olo se unen para prevenir ciberataques
Las dos compañías han dearrollado una solución tecnológica basada en la combinación de ‘big data’ y el Internet de las cosas para proteger las infraestructuras de agua
Han desarrollado una solución tecnológica basada en ‘big data’ y el Internet de las cosas
Las infraestructuras de agua son instalaciones críticas y por ello, las empresas de seguridad están poniendo el foco en el sector para ofrecer nuevas soluciones. Una de las últimas en llegar al mercado viene de la mano de las Qlik, especializada en analítica de datos, y Oylo, compañía de ciberseguridad industrial y automatización. Juntas han desarrollado una solución tecnológica para asegurar la ciberseguridad y calidad en el ciclo integral del agua.
La novedad de esta solución tecnológica radica en la combinación de big data y el Internet de las cosas para obtener y procesar datos sensibles relativos a infraestructuras o procesos críticos. La diferencia de esta solución, frente a otras que existen en el mercado “son las sondas” que despliegan en las instalaciones, según explica Eduardo di Monte, CEO de Oylo. El despliegue de las tecnologías del Internet de las cosas, como los sensores de este proceso, implica un aumento de la información disponible para las empresas, por lo que garantizar la ciberseguridad en la gestin de datos de infraestructuras críticas es un desafío cada vez más completo. De hecho, según explica Di Monte, “la automatización de las infraestructuras se realizó hace 15 años como mínimo, y en esa época no había las amenazas que hay ahora”.
Según los datos del Ministerio del Interior, en los primeros meses de 2018, se duplicaron el número de ciberataques a este tipo de infraestructuras con respecto al conjunto del año anterior. Los ataques externos a estas infraestructuras son especialmente sensibles, ya que se dirigen a sectores esenciales como el del agua. Además, los gestores de datos de estas instalaciones hacen frente a un reto adicional, como es el de colaborar y compartir grandes volúmenes de información de manera segura.
Análisis en tiempo real
La solución que han desarrollado Qlik y Oylo combina distintos datos sensibles, que requieren una gobernanza sofisticada, para detectar de manera visual y en tiempo real cualquier patrón no habitual en la red de suministro de agua. “Podemos detectar amenazas de forma precoz y prevenirlas a tiempo. La rapidez y detección es fundamental en ciberataques”, asegura Eduardo di Monte.
En primer lugar, se integra bajo un modelo de big data toda la información procedente de múltiples fuentes, entre ellas, los sensores ubicados en las instalaciones. Todos estos datos se procesan e interrelacionan a través de la plataforma Qlik Sense y su motor asociativo, que genera relaciones entre los datos obtenidos y los que se incorporan del big data.
Posteriormente, gracias a las prestaciones de analítica visual de la herramienta, se crean indicadores de ciberseguridad y cuadros de mando específicos que ofrecen visualizaciones interactivas personalizadas. Estos indicadores atienden las distintas necesidades analíticas de cada categoría de usuario, desde personal técnico hasta la alta dirección. Gracias a estos cuadros de mando interactivos, los profesionales pueden identificar visualmente y de forma rápida e intuitiva cualquier incidencia o anomalía en el tratamiento de los datos e, incluso, la procedencia geográfica de los ciberataques mediante mapas actualizados en tiempo real.
“Lo que estamos haciendo es encender la luz para que las empresas puedan ver qué está pasando en sus instalaciones”, explica el consejero delegado de Oylo. “Los datos que están disponibles en Internet están al alcance de todos, nuestro valor diferencial es el despliegue de sondas para ver qué está ocurriendo dentro de sus instalaciones”, y además, lo pueden hacer desde cualquier dispositivo, ya que los cuadros de mando que se generan son responsivos, por lo pueden ser consultados desde cualquier lugar a través de dispositivos móviles. Esta característica constituye una ventaja para los técnicos que operan sobre el terreno, explican desde la empresa. Además, se pueden compartir fácilmente con otros grupos de trabajo y en diferentes momentos, ya que se actualizan con información en tiempo real.
El resultado es una mayor agilidad en la toma de decisiones clave, garantizando el control de la información en todo momento. “La sencillez es una de sus principales aportaciones. Gracias a su responsividad y sus posibilidades colaborativas, se garantiza el control de toda la información y la calidad en la prestación de servicios”, explica Eduardo di Monte, CEO de Oylo.
Rafael Quintana, regional sales manager de Qlik, señala que “la era del Internet de las Cosas abre muchas oportunidades, pues disponemos de más datos que nunca. El reto es, sin embargo, poder transformar estos datos en información. Convertir una ‘inundación’ en ‘agua potable’. Poder compartir y gestionar la información de manera segura es una prioridad, especialmente en la gestión de un bien tan sensible y básico como el agua”.
Su solución combina información obtenida a través de sensores y ‘big data’
Grandes perspectivas
La solución desarrollada por Qlik y Oylo puede aplicarse a “cualquier sector en el que existan procesos industriales”, remarca Di Monte, pero las empresas han comenzado su comercialización en el sector del agua “porque tenemos mucha experiencia en este sector”, indica.
Así, dentro de todas las etapas del ciclo integral del agua, el CEO de Oylo señala que el transporte y la distribución como los procesos más sensibles a los ciberataques, porque “son las áreas que están más automatizadas”. Y lo están desde hace muchos años, por lo que “son sistemas que no se cambian fácilmente”.
Además de que las empresas del sector del agua se están dando cuenta de la necesidad de protección de sus instalaciones no solo de los ataques físicos sino de aquellos que pueden venir a través de internet, y las exigencias sobre seguridad de infraestructuras críticas, entre las que se encuentran las de agua, harán que las compañías tengan que ser aún más conscientes de las amenazas que acechan a las instalaciones y redes de suministro, pronostica Di Monte.