El Economista - Agua y Medioambiente
Andalucía destina más de 1.600 millones a regadíos
En las últimas dos décadas ha sustituido casi la mitad de los sistemas de riego en superficie
En las últimas dos décadas, Andalucía ha hecho una fuerte apuesta por el regadío, duplicando la superficie destinada a este tipo de cultivos, hasta alcanzar 1,17 millones de hectáreas de regadío, lo que supone una cuarta parte del total nacional. Alcanzar estas cifras ha sido posible gracias al esfuerzo inversor realizado tanto por la Junta de Andalucía como por las comunidades de regantes de la región, que han invertido 1.657 millones de euros, principalmente en proyectos de ahorro de agua y energía en más de medio millón de hectáreas.
En las últimas dos décadas ha sustituido casi la mitad de los sistemas de riego en superficie. La Junta de Andalucía acaba de aprobar 38 millones en ayudas para seguir el proceso de modernización
De este modo, los proyectos de modernización llevados a cabo durante este siglo han permitido sustituir casi la mitad de todo el riego en superficie por sistemas de aspersión y localizados, más eficientes en el uso de agua. Como consecuencia, los regantes andaluces utilizan ahora un 25 por ciento menos de agua y pueden atender un 36 por ciento más de superficie.
Este proceso ha sido especialmente intenso en las zonas más dinámicas y de mayor potencial exportador de la agricultura andaluza, como los invernaderos de Almería, los cultivos de fresa y cítricos de Huelva y el olivar de Jaén. En total, el regadío supone el 32,3 por ciento de la superficie cultivada de la Comunidad, generando, además el 63 por ciento del empleo agrario -más de 192.000 personas-, aportando el 64 por ciento de la Producción Final Agraria y siendo receptor del 40 por ciento de las ayudas de la Política Agraria Común (PAC).
Últimas ayudas
La Junta de Andalucía es consciente de la importancia que está adquiriendo el regadío para mantener la producción agraria de la región, y por ello, la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo decidió aumentar el importe de la última convocatoria de ayudas a las comunidades de regantes, que pasaron de los 24 millones de euros presupuestados inicialmente a los 38,5 millones de euros, con el objetivo de atender todas las peticiones que cumplían los requisitos.
Estas subvenciones apoyarán unas inversiones totales por valor de 55,4 millones para llevar a cabo proyectos de modernización promovidos por 18 comunidades de regantes, que beneficiarán a más de 9.000 agricultores.
En esta convocatoria, los incentivos se conceden en régimen de concurrencia competitiva y cubren el 60 por ciento del gasto total en obras de modernización de infraestructuras colectivas de riego, mejora energética y ahorro de agua, con una consideración especial para los proyectos promovidos por mujeres y personas en situación de desventaja social. En casos de mayores ahorros de agua y de zonas económicamente desfavorecidas, la cobertura puede llegar hasta el 80 por ciento de las inversiones.
Esta línea de apoyo a las comunidades forma parte de los más de 100 millones de euros previstos hasta 2020 para el regadío andaluz, en el marco del Programa de Desarrollo Rural promovido por la Junta de Andalucía, y se suma a las que ya están puestas en marcha para modernización y creación en zonas declaradas de interés general; autoproducción y autoconsumo eléctrico, y mejora de instalaciones, equipos y maquinaria. Según la Junta, los incentivos, con una financiación europea del 75 por ciento, asegurarán en su conjunto la viabilidad de entre 20.000 y 30.000 hectáreas de cultivos.
Según ha destacado en repetidas ocasiones el consejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía, Rodrigo Sánchez Haro, “necesitamos estas inversiones para consolidar a los regadíos como motor de una agricultura competitiva, generadora de empleo y adaptada al cambio climático y a la escasez de agua”.
De hecho, esta última convocatoria de ayudas a la modernización de regadíos se suma a los 66 millones de euros que el Gobierno andaluz puso el año pasado a disposición de las comunidades de regantes, y que se destinaron principalmente a modernización (36 millones), nuevos regadíos (20 millones), autoproducción y ahorro energético (7,8 millones) y realización de auditorías energéticas (3,8 millones).