El Economista - Agua y Medioambiente
Las compañías apuestan por implantar la economía circular
Hay que abrir el mercado a los productos reciclados, con normas de calidad y seguridad que garanticen su uso y que conviertan la economía circular en una fuente de generación de ingresos y riqueza
Las empresas españolas han asumido que es necesario abandonar el actual modelo económico lineal, basado en producir, consumir y tirar, para avanzar hacia un modelo circular, en el que prime aprovechar al máximo los recursos y las materias primas, reintroduciéndolos en el tejido productivo y reduciendo al mínimo la generación de residuos. Así se reflejó en la jornada titulada Economía Circular y Capital Natural en las Estrategias Corporativas, organizada por elEconomista e inaugurada por el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, quien recalcó durante su intervención que “a las empresas que no se adapten a este nuevo sistema económico no les auguro demasiada vida en el mercado, porque el propio mercado se encargará de seleccionar aquellas que son competitivas de las que no lo son”.
El secretario de Estado, antes de desgranar los avances en el desarrollo de la nueva Estrategia Española de Economía Circular, añadió que estas empresas “se pueden beneficiar de las ventajas competitivas que ofrecen la innovación y la utilización racional de las materias primas, al disminuir el coste de los factores de producción” y que, además, “mejorará su imagen de responsabilidad social corporativa, puesto que integra cuestiones medioambientales en su actividad”.
Estas palabras fueron destacadas en el debate que se produjo posteriormente -que fue moderado por Rubén Esteller, director adjunto de elEconomista-, en el que participaron Anabel Rodríguez, directora ejecutiva de la Fundación para la Economía Circular; Ignacio de Colmenares, consejero delegado de Ence; Josep Bagué, presidente de la Comisión de Economía Circular de la Cámara de Comercio de España; y Silvia Ayerbe, coordinadora del Grupo de Trabajo sobre Economía Circular del Grupo Español de Crecimiento Verde y directora de la Oficina de Estrategia de Ecoembes.
En primer lugar tomó la palabra Rodríguez, quien recordó que la citada Estrategia -a punto de ver la luz pública- no es de obligado cumplimiento y que aún hay que elaborar la normativa que, trasponiendo las Directivas europeas del Paquete de Economía Circular, nos permita cumplir los objetivos del país y de las propias empresas, mediante la implementación de sus estrategias corporativas. A modo de resumen, pidió pasar de las palabras a los hechos: “Hay que dejar de hablar para poner en práctica los principios y las medidas parar alcanzar los objetivos”.
A continuación intervino Colmenares, poniendo hechos encima de la
mesa; concretamente, la inversión que ha anunciado Ence en sostenibilidad en su reciente Plan Estratégico: “Vamos a invertir de 125 a 225 millones en sostenibilidad como muestra de nuestro compromiso”. El ejecutivo desgranó otras actuaciones, como certificar con el sello de FSC las plantaciones forestales que emplea como materia prima, o la estructura circular de su negocio combinado de celulosa y energía, en el que se producen amplias sinergias; incluso, lamentó tener que gastar capital para enfriar sus efluentes al medio natural en vez de aprovechar mejor su calor para, por ejemplo, calefacción urbana.
Le recogió el testigo Bagué, reflexionando sobre el reto global de la sostenibilidad -recordó que consumimos un 60 por ciento más de los recursos que puede renovar el planeta- y apuntó que la Cámara trabaja en tres ejes: la limitación de la generación de residuos, la protección de los recursos naturales y las alianzas público-privadas, que reivindicó como clave para el éxito en el cambio de paradigma: “La Administración debe crear el entorno, las empresas poner los medios y la gente estar concienciada”.
Ayerbe intervino en último lugar en la ronda inicial del debate. También consideró fundamental la colaboración entre la esfera estatal y las empresas -“Hay que cambiar los modelos productivos y de consumo contando con la colaboración público-privada”, remachó-, y especificó que, aunque el Grupo de Crecimiento Verde represente el 50 por ciento de las ventas del Ibex, también incorpora empresas medianas y pequeñas con soluciones innovadoras y que una de sus principales líneas de trabajo es el fomento de la cooperación entre compañías para obtener sinergias y ganar en eficiencia.
Hay que abrir el mercado a los productos reciclados con calidad y seguridad
Cumplir la legislación
En el debate posterior se puso de manifiesto que, aparte de implementar la normativa pendiente, no son necesarios grandes pactos ni iniciativas como la del Acuerdo de París sobre el calentamiento global, en parte porque el concepto de economía circular está implícito en todas ellas de un modo transversal. Eso sí, es importante que se cumpla la Ley; por ejemplo, en el caso de los vertederos, la normativa exige cobrar por la gestión de las instalaciones durante los 30 años posteriores a su clausura, algo que no se hace. Y quedó claro que el vertido no puede ser tan barato si se quiere avanzar en el modelo circular y que debe imponerse un impuesto homogéneo en todo el país.
Otro elemento relevante es abrir el mercado a los productos reciclados, con normas de calidad y seguridad que garanticen su uso y que conviertan la economía circular en una fuente de generación de ingresos y riqueza. Un ejemplo sería el modelo de Ecoembes, que ha movilizado 600 millones y ha generado 40.000 puestos de trabajo.
De la misma manera, se hizo hincapié en la importancia que reside en la educación, con el objetivo claro de que la población tome conciencia de las nuevos hábitos de consumo que exige el modelo circular. Además, ligado a esto, se hizo una crítica acerca del deterioro de la calidad de la formación -los ingenieros de montes saben poco de la maquinaria que deben usar- y de la falta de herramientas docentes para formar a niños y jóvenes en materias de sostenibilidad.
Para concluir, los participantes señalaron la importancia de que se apruebe ya la citada Estrategia -así como el Plan de Energía y Clima- y las normativas asociadas, al objeto de que los agentes del mercado tengan señales claras y se movilicen los recursos con los que avanzar en la implantación del modelo circular.