El Economista - Agua y Medioambiente
Huella hídrica y certificación
El agua es uno de los recursos más importantes que tenemos en la Tierra. Tal es su importancia que, sin ella, no existiría rastro de vida. Además, este recurso es a la vez uno de los más escasos. Del total de agua en el planeta, apenas un 2% está disponible para el uso humano. El agua que gastamos no es solamente la que utilizamos para ducharnos, cocinar alimentos o lavar nuestro coche, pues todo aquello que consumimos (bienes, productos y servicios) requiere agua para su producción. Uno de los ejemplos más claros es la agricultura, a la cual se destina el 90% del agua disponible para el uso humano.
El concepto de Huella Hídrica aparece en el año 2002 de la mano del profesor Arjen Hoekstra con la finalidad de cuantificar el volumen total de agua dulce utilizada para producir bienes o servicios o que es consumida por un individuo o comunidad. Con el fin de facilitar su comprensión, esta se divide en:
Huella Hídrica Azul: es el volumen de agua dulce extraída de un cuerpo de agua superficial o subterránea y que es evaporada en el proceso productivo o incorporada en un producto.
Huella Hídrica Verde: el uso de agua verde se encuentra por lo general asociado a la agricultura o a la silvicultura ya que hace referencia al volumen del agua de lluvia acumulada en el suelo.
Huella Hídrica Gris: se define como el volumen total de agua necesario para diluir la concentración de contaminantes vertidos y cumplan los límites máximos establecidos.
La Huella Hídrica tiene necesariamente dos dimensiones, una temporal y otra espacial y por tanto, debe ser calculada con los datos recogidos en un periodo de tiempo determinado y en un lugar geográfico concreto. Las unidades en las que opera este indicador depende del contexto en el que se aplique, así pues la Huella Hídrica de un producto agrícola puede medirse en metro cúbicos de agua consumida por kilogramo de producto mientras que la Huella Hídrica de un individuo puede expresarse como volumen de agua consumida por unidad de tiempo.
La aparición de este nuevo indicador ambiental dio lugar en 2008 a la creación de la Water Footprint Network, una cooperación entre instituciones globales cuyo objetivo es establecer una única línea de trabajo para difundir el conocimiento sobre Huella Hídrica.
Por otra parte, la Organización Internacional de
El concepto de Huella Hídrica aparece en 2002 por parte del profesor Arjen Hoekstra con el fin de cuantificar el volumen total de agua dulce utilizada para producir bienes y servicios o que es consumidor por un individuo o comunidad
Normalización (ISO) publicó en 2014 la Norma ISO 14046 que especifica los principios, requisitos y directrices relacionados con la Huella Hídrica de productos, procesos y organizaciones basándose en el análisis del ciclo de vida (ACV).
La ISO 14046 se establece como una herramienta de evaluación de la huella de agua de un producto, proceso u organización, sin embargo, debido a su complejidad técnica y difícil aplicación práctica resulta casi imposible llevar a cabo la evaluación completa.
No debemos confundir el término verificación y certificación. Mediante la verificación comprobamos a través de una inspección que todos los elementos del sistema cumplen con los requisitos exigidos. Es el caso de la ISO 14046, mediante la que que verificamos si una organización, proceso o producto cumple con sus requisitos. La certificación hace referencia a la acción por la que un Organismo de Evaluación de la Conformidad pone de manifiesto que un producto, proceso, servicio u organización es conforme respecto a una norma.
La certificación en Huella Hídrica tiene como finalidad demostrar al mercado que los productos, procesos o servicios prestados por una empresa u organización cumplen con la normativa vigente referente al uso del agua y hace patente su compromiso con el uso responsable y eficiente de la misma. Actualmente, la única empresa de certificación en Huella Hídrica es Aquafides.
Aquafides certifica la Huella Hídrica e imparte cursos de formación a todos aquellos profesionales y empresas que quieran conocer los conceptos de Huella Hídrica, los tipos, el cálculo, la normativa de aplicación, su certificación y la importancia de ésta a nivel productivo.
Certificar la Huella Hídrica de una organización implica ser conscientes del agua que ésta consume y el impacto ambiental que genera. A nivel ambiental, proporciona una mejora en la gestión de recursos y residuos, una disminución del riesgo de accidentes medioambientales y un mayor control del impacto medioambiental. Desde el plano económico, permite a las organizaciones certificadas su entrada a nuevos mercados internacionales, la reducción de costes y optimización de operaciones y la identificación de puntos críticos.
Uno de los elemento que debemos tener en cuenta a la hora de hablar de gestión de impactos es la Responsabilidad Social Corporativa de las empresas. El 90% de ellas incluyen la palabra agua, sin embargo, muy pocas hacen patente su uso eficiente. Conocer los consumos hídricos de los sistemas productivos es fundamental. Es inaceptable que las organizaciones ignoren sus responsabilidades ambientales y desestimen la gestión de un recurso tan escaso como el agua.
La Huella Hídrica ha ido ganando relevancia en la sociedad, la ley andaluza 8/2018 de 8 de octubre incluye la creación de un Registro público de la Huella Hídrica de productos, servicios y organizaciones como herramienta de evaluación de los recursos hídricos de productos, servicios u organizaciones.
Conocer, comprender y actuar es la base para establecer un sistema de gestión que respete el uso eficiente de los recursos hídricos. Aunque actualmente la certificación en Huella Hídrica se constituye como un elemento diferenciador dentro del mercado, todo apunta a que en un futuro será un indicador imprescindible.
Aunque actualmente la certificación de la Huella Hídrica se constituye como un elemento diferenciador dentro del mercado, todo apunta a que en un futuro será un indicador imprescindible