El Economista - Agua y Medioambiente
Caza y captura a los grandes depredadores energéticos
Consejero delegado de Danosa
En un contexto donde el parque español envejece a un ritmo constante del 4 por ciento anual. Esto es, que las viviendas con más de 18 años aumentan en estos últimos años al 4 por ciento cada año, no es de extrañar que todo un referente europeo para el sector de los materiales de construcción como es Construtec, que se celebró a finales del año pasado en Ifema, haya hecho especial hincapié en la eficiencia energética y la construcción sostenible, con la puesta de largo de soluciones orientadas a concienciar a todos los profesionales de la necesidad de alcanzar un modelo de construcción más eficiente.
Es real y las cifras así lo avalan. La mitad de las viviendas españolas tienen más de 40 años de antigüedad y son auténticas depredadoras de energía. No se ajustan a los nuevos estándares de edificación y propician auténticos derroches en el consumo que podrían evitarse con las rehabilitaciones pertinentes que, todo sea dicho de paso, permiten revalorizar los inmuebles y los edificios hasta en un 25 por ciento.
Precisamente porque hasta un 99 por ciento de las viviendas españolas sufre pérdidas de calor innecesarias a causa de la ineficiencia energética, solo un adecuado aislamiento de cubiertas y fachadas de un bloque de viviendas podría reducir su consumo energético entre el 50 por ciento y el 65 por ciento, un porcentaje importante a la hora de abaratar la factura de la luz, considerando que por cada grado que se mueve el termostato ésta se encarece un 7 por ciento.
Además, un aislamiento térmico adecuado puede reducir en hasta más de un 20 por ciento las emisiones del consumo de energía de hogares y edificios que, no olvidemos, son los causantes de un tercio de todas las emisiones contaminantes de nuestro país, según la última actualización de la estrategia española para la rehabilitación energética de edificios.
Es por esto que, aunque en un primer momento este tipo de reformas para mejorar la eficiencia energética de los hogares pueda parecer costoso, apostar por esta vía merece la pena. Por cada euro invertido en aislamiento térmico se produce un retorno medio de siete euros, lo que supone una amortización de la inversión en los cinco años siguientes a llevarla a cabo. Todo ello en un contexto de escalada del precio de la energía, mientras que el coste de los materiales y la instalación dedicados al aislamiento ha decrecido considerablemente en los últimos años.
La mitad de las viviendas españolas tienen más de 40 años de antigüedad y son auténticas depredadoras de energía. No se ajustan a los estándares de edificación y propician auténticos derroches en el consumo