El Economista - Agua y Medioambiente
Medio siglo del Parque Nacional de Doñana
14 de agosto de 1969. Esa es la fecha en la que el Consejo de Ministros creó el Parque Nacional de Doñana. Fue el resultado del trabajo de varios años por parte de un grupo de activistas que pusieron en marcha una de las primeras campañas internacionales en defensa de la naturaleza con el objetivo de salvar Doñana, el refugio más importante de Europa para las aves migratorias. La iniciativa vino amparada por el biólogo José Antonio Valverde y una de las principales ONG ecologistas actuales WWF que, de la mano de Luc Hoffman, vicepresidente de la organización en ese momento, se pusieron a la tarea de proteger el área natural en 1963. Para ello, la ONG compró 6.794 hectáreas en el corazón del parque. Terrenos que pasarían a formar parte de la primera reserva biológica integral de España, la Reserva Biológica de Doñana, cedida en 1965 al CSIC con fines de investigación y conservación. Más tarde, WWF adquirió otras 3.200 hectáreas en las marismas, que siguen siendo propiedad de la organización hoy en día y que gestiona conjuntamente con el CSIC. La compra de los terrenos fue clave para la creación del Parque Nacional de Doñana en el Consejo de Ministros del 14 de agosto de 1969 presidido por Franco, que delimitó y protegió las 35.000 hectáreas que forman parte del Parque Nacional. determinaba una superficie regable de 9.000 hectáreas, de las que 6.100 se encuentran en la cuenca del Guadalquivir. Estas explotaciones correspondían a terrenos agrícolas puestos en riego antes de 2004 que hubieran mantenido su actividad y otros terrenos que contaban con derechos de agua para el riego. Todo suelo que no cumpliera con estos requisitos quedaba fuera del plan y sin posibilidad de tramitación para su concesión.
El suelo regable ubicado en el municipio de Lucena es de 707 hectáreas. La pasada primavera, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir detectó, a través de su sistema de teledetección, el riego de 1.064 hectáreas de invernadero. De ellas, prácticamente la mitad, 487 hectáreas, se encuentran fuera de suelo agrícola regable, según el citado plan de la Junta de Andalucía.