El Economista - Agua y Medioambiente
Las empresas, una pieza clave en el cumplimiento de los ODS
Consejero delegado de Ecoembes
El 25 de septiembre se cumplieron cuatro años de vida de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) aprobados por la ONU. Unos objetivos que establecen una nueva agenda global y fijan el marco a través del cual los países pueden resolver los retos más inmediatos a los que nos enfrentamos. Desde el hambre y la pobreza hasta el acceso al agua o la energía, pasando por el cambio climático, estos objetivos identifican problemas que requieren soluciones transversales, globales y colaborativas. Y lo hacen con el respaldo de la ONU y una fecha que cumplir en el horizonte: 2030.
De cara a visibilizar su magnitud, sirva de ejemplo el ODS 17, que está enfocado a las alianzas mundiales entre los agentes involucrados en la adopción de la Agenda 2030. Y, para ello, comprende medidas que se centran especialmente en la obligación de los Gobiernos para articular mecanismos que incentiven, fiscalicen y aseguren -política y jurídicamentelas inversiones del sector privado, especialmente en aquellos proyectos a largo plazo, como industria innovadora, energía sostenible o telecomunicaciones.
La propia ONU calcula que la financiación total de los 15 años de vida de los ODS debería estar entre un billón y casi tres billones de euros y que, salvo un pequeño aporte público que hará de acelerador, la gran mayoría de las inversiones provendrán del sector privado.
En este contexto, las empresas no solo están llamadas a participar en el proceso, sino que difícilmente podrán definir su estrategia y desarrollar sus modelos de negocio si no tienen en cuenta los ODS.
Sin menospreciar el reto que supone para el sector empresarial acoplarse a esta Agenda, debemos centrarnos en que, asimismo, existen poderosas razones que suscitan su implicación si realmente queremos que en 2030 el planeta sea un lugar más justo, habitable y sostenible. Una de las más destacables es que la consecución de los ODS creará el escenario idóneo para que el sector privado pueda desarrollar su actividad, eliminando las trabas al crecimiento frecuentes en sociedades injustas y desiguales; y, a la vez, fomentará la creación de alianzas públicoprivadas, lo que conlleva tanto movilización de recursos económicos como intercambio de conocimientos, tecnología y recursos humanos. Sin dejar de lado que los ODS están ligados
La ONU calcula que la financiación de los 15 años de vida de los ODS debería estar entre el billón y los tres billones de euros y que, salvo un pequeño aporte público que hará de acelerador, la gran mayoría de las inversiones vendrá del sector privado