El Economista - Agua y Medioambiente
Los regantes de Cartagena estudian crear una desaladora en Campoamor
La Comunidad de Regantes baraja construir esta infraestructura para poder conseguir agua de calidad a un precio económico y mitigar la situación de déficit hídrico que periódicamente amenaza a la demarcación. Piden, asimismo, que no se alteren las reglas del trasvase Tajo-Segura
I. López iStock
Los regantes de Campo de Cartagena continúan buscando medidas que ayuden a paliar la situación de déficit hídrico que históricamente castiga a esta demarcación, y que se ha visto recrudecida por la reciente aprobación de las medidas que limitan la actividad agrícola en el entorno del Mar Menor.
Las políticas implementadas para salvaguardar el estado de la laguna y reducir la entrada de nitratos han obligado a los regantes de la zona, que cubre una superficie de regadío de 41.920 hectáreas y en la que desarrollan su actividad agrícola 9.678 miembros, a impulsar proyectos que les ayuden a garantizar el suministro de agua para abastecer sus cultivos.
Entre ellas destaca la construcción de una desaladora que les permita obtener un agua de calidad a un precio relativamente económico. Según los primeros estudios realizados por la organización agrícola, la infraestructura contaría con una producción mínima de 20 hectómetros cúbicos anuales y un máximo de 80, y se ubicaría en la zona alta, cerca de Campoamor.
Se trata de un ambicioso proyecto que ya había sido barajado en anteriores ocasiones para paliar la falta de agua, pero que no había prosperado. Concretamente, hace dos años un grupo de productores y exportadores hortofrutícolas promovió la construcción y explotación de dos desaladoras de 60 hectómetros cúbicos cada una, situadas en el Valle de Escombreras (Cartagena) y cerca de Campoamor.
Aunque el año agrícola que finalizó el pasado 31 de agosto fue el más húmedo contabilizado en la Región de Murcia desde el periodo de 1941-1942 con 561 litros por metro cuadrado -el 180% de la precipitación media prevista-, los regantes llevan años demandando medidas que contribuyan a mitigar los efectos de la sequía que caracteriza a la región.
En concreto, piden que se pongan al máximo rendimiento las plantas desalinizadoras, que actualmente funcionan aproximadamente a la mitad de su capacidad; la elaboración de un decreto de sequía