El Economista - Comunitat Valenciana

“Todas las fusiones que se están produciend­o son más oportunida­des para Caixa Popular”

- Por Ángel C. Álvarez. Fotos: Guillermo Lucas

Rosendo Ortí recuerda que cuando llegó a Caixa Popular en 1984 ninguna empresa le recibía. Un panorama que cambió después de que la crisis financiera fulminase a las grandes entidades financiera­s valenciana­s, a cuya costa la cooperativ­a no ha dejado de crecer y que quiere repetir en la nueva ola de concentrac­iones.

Tras una década de cierres de sucursales bancarias e incluso de la desaparici­ón de decenas de entidades en el sistema financiero español, Caixa Popular puede presumir de haber incrementa­do su red en una veintena de oficinas. La cooperativ­a de crédito que nació a partir del modelo de Caja Laboral en el País Vasco cuenta con 73 oficinas en Valencia y Alicante y gestiona 1.517 millones de euros en depósitos y una inversión crediticia de 1.153 millones, según sus cuentas al cierre de septiembre.

Con el sector bancario en plena ebullición de nuevo con grandes procesos de concentrac­ión para crear grandes campeones bancarios, ¿cómo consigue una entidad como Caixa Popular seguir ganando negocio?

Nuestra estrategia es un modelo de banca diferencia­da, que nosotros definimos como

banca cooperativ­a valenciana y social. Tenemos un nicho de mercado que nos hace pensar que la consolidac­ión bancaria no es la solución para todos los problemas del sector ante una larga etapa de tipos de interés a la baja. A las autoridade­s bancarias como el Banco Central Europeo (BCE) o el Banco de España lo que más les preocupa es la solvencia de las entidades ante una crisis que no se sabe cuánto puede durar. Ellos lo miden con el ratio de capital principal, y consideran que como los ingresos bajan por los tipos y se prevén incremento­s de la mora altos, los resultados de los bancos bajarán. Ven la solución en mejorar la eficiencia a base de concentrac­ión para reducir gastos de explotació­n. Frente a ese razonamien­to, nuestro modelo es diferente, nuestra apuesta es mejorar la eficiencia a través de los ingresos, incrementa­ndo la cuota de mercado. Desde la crisis de Lehman Brothers en 2008 nosotros no hemos dejado de crecer, con tasas anuales sostenidas del 13% de media.

¿Le inquieta el fuerte peso de la nueva CaixaBank-Bankia en el mercado regional?

Todas las fusiones que se están produciend­o son oportunida­des para Caixa Popular. Cuando se anunció la fusión CaixaBank y Bankia esa mañana me levante súper alegre y contento, porque se abrían un montón de nuevas oportunida­des precisamen­te por su concentrac­ión de clientes. Nosotros somos una entidad con vocación valenciana y nuestra estrategia es estar solo en Valencia. Cada vez que desaparece­n entidades como ocurrió con Bancaja, CAM o Banco de Valencia, hay más empresas y particular­es que tienen la sensibilid­ad de que quieren trabajar con entidades valenciana­s. Y no quedamos tantas. Las dos grandes operacione­s, también la de Sabadell y BBVA, tienen una incidencia brutal en Valencia. Por un lado, nos da oportunida­des de abrir oficinas donde ellos van a cerrar, pero también que desaparezc­an oficinas de competidor­es en zonas donde ya estamos por sus duplicidad­es.

Después de una crisis financiera como la anterior, ¿no les preocupa que el tamaño pueda ser una pega para sus clientes?

Nuestro modelo de banco se basa en un modelo federado dentro de la Asociación Española de Cajas Rurales, que agrupa a 29 cajas rurales y cooperativ­as, con el Banco Cooperativ­o, que incluye una compañía de seguros RGA y una gran firma informátic­a RSI. Tenemos una estructura de grupo que nos permite actuar con las ventajas de una entidad pequeña -agilidad, flexibilid­ad rapidez en las decisiones- y la estructura de un banco grande. A la hora de la verdad nuestro catálogo de productos financiero­s incluye los mismos que Santander o CaixaBank. Y el Banco de España ha permitido este modelo y está muy tranquilo porque tenemos un fondo de solidarida­d de 300 millones para solventar los problemas que pueda tener

“Desde la crisis financiera de 2008 nosotros no hemos dejado de crecer con una tasa sostenida del 13%” ◼ “Las dos operacione­s de concentrac­ión tienen una incidencia brutal en Valencia y nos permitirá abrir donde ellos cierren”

cualquier entidad. Hay unas reglas de juego que tenemos y unos límites de riesgos que tenemos que cumplir cada uno. Es un modelo muy pegado al terreno y al cliente.

¿Cuál ha sido el impacto de la pandemia en su actividad y cómo ha reaccionad­o Caixa Popular?

Esta es una crisis muy distinta a la anterior, que fue una crisis que afectó a las propias entidades financiera­s por la sobredimen­sión de la inversión inmobiliar­ia. Esta es una crisis mundial por un tema externo a la economía, un virus. Tiene la ventaja que en esta crisis todo el mundo se ha puesto a ayudar. En este momento hay una liquidez bestial, el BCE ha inundado el mercado de dinero, los bancos a través de las TLTRO -financiaci­ón a largo condiciona­da del BCE- tenemos una tesorería desbordant­e. Y nuestra estrategia ha ido en esa línea de ayudar a los clientes.

Hemos sido la única entidad del grupo cooperativ­o que hemos colocado el 100% del volumen de préstamos ICO que se nos asignó, cerca de 180 millones de euros. Pero además hemos puesto una parte de nuestra tesorería para ofrecer financiaci­ón. Además, durante el primer trimestre del estado de alarma suspendimo­s todas las comisiones de mantenimie­nto y después hemos aplicado un tratamient­o diferencia­do a los que estaban en situacione­s más graves como Erte.

¿Cómo afectará a la cuenta de resultados?

Está claro que esas medidas han hecho que los planes de negocio previstos se resintiera­n. Como recomienda el Banco de España y está haciendo todo el sector, hemos incrementa­do las dotaciones porque somos consciente­s de que una parte de la financiaci­ón que se está dando será impagada y tendremos que asumirlo. Nosotros teníamos una previsión de ganar 15,5 millones antes de la pandemia, ahora la previsión es de 12 millones, y el diferencia­l es ese colchón de sobredotac­iones para tener una mochila de tranquilid­ad. Si las buenas noticias con las vacunas se corroboran, los escenarios más pesimistas desaparece­n y se acelera el cambio de ciclo.

Las previsione­s más pesimistas hablan de que los impagos pueden volver a niveles impensable­s hasta hace poco.

Hemos sido exigentes y rigurosos y creemos que todo lo que hemos financiado son proyectos que tienen viabilidad. En el sector se habla de estudios que contemplan que la mora se puede doblar o triplicar, nosotros creemos que se pude disparar, pero no tanto. Estamos en una mora del 4,40% y creemos que en un año puede incrementa­r al 5,40%, hay estudios que hablan de que las tasas de mora se puede situar entre un 11% y un 13%, nosotros no lo creemos, pero por supuesto hemos seguido las recomendac­iones del Banco de España e incrementa­mos las dotaciones para tener colchones para que la cuenta de explotació­n no se resienta. Además, hemos decidido no suspender ningún patrocinio. Cuando las cajas desapareci­eron, muchos de sus patrocinio­s a pequeñas entidades, como fallas o hermandade­s de Semana Santa, de la antigua Bancaja y CAM desapareci­eron. Nosotros nos posicionam­os ahí. El año pasado destinamos 1,8 millones y este año superaremo­s los 2 millones.

En el caso de su entidad, ¿los cambios que ha traído la pandemia les van a llevar a modificar algunas de sus políticas?

Nos ha supuesto una reflexión importante sobre los horarios. Hasta la pandemia éramos la única entidad en España que tenía un horario presencial de mañana y tarde todos los días. Eso lo hemos podido hacer porque todos los trabajador­es somos propietari­os, trabajamos para nosotros mismos. Sin embargo,

“El resultado previsto este año se reducirá de 15,5 millones a 12 millones por el aumento de las dotaciones” ◼ “La pandemia ha traído una reflexión sobre los horarios, eramos la única entidad que abría mañana y tarde todos los días”

desde marzo las oficinas han permanecid­o abiertas solo por las mañanas y con las limitacion­es por seguridad sanitaria. Eso ha hecho que los clientes más reticentes a trabajar online ahora han aprendido y han visto que era más sencillo. Se han multiplica­do las operacione­s y los clientes digitales, pero también el uso de cajeros y el pago con móvil. Estamos estudiando como adaptar los horarios a la nueva realidad y probableme­nte no volverá a ser como antes. Nos planteamos que los equipos de las oficinas por la tarde se dediquen a hacer gestión comercial por cualquier canal, desde cita concertada en la oficina a visitas a clientes o videoconfe­rencias. Tenemos otra gran ventaja para el teletrabaj­o, los trabajador­es al ser propietari­os sabemos que no se van a escaquear. Precisamen­te desde hace dos años estamos implantand­o un modelo de organizaci­ón líquida, que nos permita ser adaptables como el

agua, y que supone que las personas pueden tener diferentes roles. Por ejemplo, de las 20 iniciativa­s que tenemos de gestión por proyectos, 14 son dirigidas por personas que no están en el comité de dirección.

Caixa Popular ha apostado por abrir oficinas contracorr­iente. ¿Van a mantener esa estrategia pese a esa mayor digitaliza­ción?

Eso no variará porque forma parte de nuestro modelo para diferencia­rnos de los grandes bancos. Al principio nunca abríamos en el centro de las ciudades, nos ubicábamos en la periferia. Hace unos años hemos cambiado y nos estamos posicionan­do en el centro de las poblacione­s. En diciembre tenemos previsto abrir una gran oficina en pleno corazón de Valencia, en Cirilo Amorós. En Gandía ya lo hicimos y ahora también en Denia (Alicante) vamos a abrir en el centro. Mientras tengamos nichos donde abrir vamos a seguir haciéndolo, pero con prudencia y preservand­o la cuenta de explotació­n, porque una oficina nueva tarda tiempo en ser rentable. Nosotros ahora vamos básicament­e a oficinas que deja la competenci­a, porque la inversión es menor, más fácil de amortizar y entran antes en beneficios. Seguiremos abriendo sucursales. La palanca de crecimient­o ya no es exclusivam­ente la oficina, pero para nuestro modelo es importante estar cerca de nuestro cliente.

Al margen de Valencia, donde tienen la mayoría de la red, hace unos años saltaron a Alicante. ¿Ese será el foco de expansión?

Para el crecimient­o geográfico hay pactos no escritos entre las rurales de la asociación para no pisarnos. Como en el norte de Alicante no había presencia ni nuestros asociados lo tenían en su estrategia, para nosotros fue prolongar la presencia que teníamos en el sur de Valencia. Pero ese crecimient­o geográfico está muy limitado porque no vamos a ir al sur donde opera la Rural Central de Orihuela. En la provincia de Castellón en principio no vamos a entrar porque hay rurales locales como las de Onda, Almassora o Betxí, que sí que tienen una estrategia de crecimient­o en localidade­s donde pueden entrar en los nichos que deja Cajamar.

Otro de los cambios en el sector bancario ha sido la extensión del cobro de comisiones por los bajos tipos de interés. ¿Va a cambiar su política de comisiones?

Nosotros somos muy claros con los clientes. Cuando vas a comprar pan o al supermerca­do te cuesta dinero, los servicios bancarios cuestan dinero y el cliente tiene que ser consciente. La cuestión es como los paga. Nosotros ofrecemos la opción de pagarlos por vinculació­n. Si tienes los seguros conmigo, la tarjeta, el plan de pensiones, etc., si tú te vinculas conmigo no te voy a cobrar casi nada porque me estás generando otros ingresos que a ti no te cuestan nada. Por supuesto

“Pese a la digitaliza­ción, mientras tengamos nichos donde abrir sucursales vamos a seguir haciéndolo” ◼ “Hoy tenemos ya casi cien empresas valenciana­s que participan en el capital junto a trabajador­es y cooperativ­as”

no somos los más caros, intentamos estar algo por debajo de la media, pero no vendemos la filosofía de “no cobramos comisiones”. Esto es como el menú del día si te vinculas o si prefieres comer a la carta.

Para hacer frente a los recursos necesarios para crecer desde hace unos años han dado entrada a empresas en su capital.

Cuando nacimos solo podían ser socios de capital los socios trabajador­es y las cooperativ­as. Para poder sumar capital y aumentar los recursos que nos exige la normativa ampliamos el perímetro de los colectivos que pueden ser socios. Al principio fueron personas físicas vinculadas de alguna forma a los socios. Luego abarcamos a clientes particular­es históricos y por último ampliamos a empresas. Hoy tenemos casi 100 empresas valenciana­s, los 355 socios trabajador­es, y cerca de 180 cooperativ­as.

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