El Economista - Ecobolsa

El dólar ya suma al inversor europeo

Su alza, a máximos del año, impide perder por divisa en activos en EEUU

- Por Víctor Blanco Moro

El cruce del euro con la moneda estadounid­ense ha vuelto a cotizar en verde en el año, incluso tocando el viernes, en un momento de la jornada, nuevos mínimos del ejercicio en los 1,191 dólares. Esto mejora la rentabilid­ad de quien invierte en suelo americano. Tras el repunte del dólar se esconde una mayor fortaleza de la economía del país norteameri­cano, en comparació­n con Europa.

Tener bien vigilado al dólar estadounid­ense es una de las claves para el inversor europeo que invierte en Wall Street, ya que el efecto de la divisa puede suponer un plus de rentabilid­ad para su cartera americana, o un castigo que dilapide las ganancias que se hayan podido conseguir en la renta variable al otro lado del Atlántico. El año pasado fue un buen ejemplo de este último caso: el dólar perdió un 14,1 por ciento frente al euro en el ejercicio, por lo que, si bien el Dow Jones subió un 25 por ciento en el año, la rentabilid­ad final, teniendo en cuenta el impacto de la divisa, quedó en un 9,7 por ciento para el inversor europeo. En el arranque de 2018 esta tendencia continuó: desde el inicio hasta el 1 de febrero el euro dólar subió un 4,21 por ciento, restando rentabilid­ad a las inversione­s en el país americano –ver gráfico–. Sin embargo, ese día se vieron los máximos del ejercicio, en los 1,25 dólares, y desde ese punto hasta los 1,194 dólares actuales el billete verde ha perdido un 4,5 por ciento. Ahora, el dólar sube ligerament­e, en torno al 0,65 por ciento en 2018, algo que está ayudando a reducir las pérdidas que produce la bolsa estadounid­ense en el ejercicio (el Dow Jones caía un 2 por ciento anual a media sesión de Wall Street del viernes, y el S&P

EL DÓLAR HA LOGRADO RECUPERARS­E DE LAS CAÍDAS ANUALES Y SUBE YA EL 0,65% EN LO QUE VA DE AÑO FRENTE AL EURO

MIENTRAS LA FED VE SIGNOS POSITIVOS EN SU ECONOMÍA, EL BCE TRATA DE ENTENDER POR QUÉ EUROPA NO ARRANCA

500 un 0,6 por ciento), aunque el impacto positivo de la moneda es todavía poco significat­ivo. Eso sí, hay que destacar que el viernes, a media sesión de bolsa estadounid­ense, el cruce del euro dólar llegó a marcar nuevos mínimos del año, en los 1,191 dólares, provocando las primeras ganancias del euro para los inversores en suelo americano. Ahora hay analistas que consideran que la divisa estadounid­ense todavía tiene potencial de revaloriza­ción; desde SaxoBank destacan que “el rally del dólar parece que va a continuar, a medida que los inversores cubren sus posiciones cortas y reducen su exposición a inversione­s de riesgo”. Según la firma, “el cruce del euro con el dólar tiene potencial para volver a los 1,16 / 1,15 dólares”. Según el banco danés “el euro podría encontrar apoyos en los próximos meses a medida que se rebaje la preocupaci­ón que ha generado la fragilidad de los indicadore­s económicos”.

EEUU y Europa, momentos diferentes

La debilidad que está experiment­ando el euro durante las últimas semanas (desde los máximos de abril, el día 16 en los 1,238 dólares pierde un 3,5 por ciento) se sustenta en la situación macro que presentan ahora las dos regiones. En Estados Unidos el crecimient­o previsto por parte de la Reserva Federal (Fed) es mayor para los próximos años, del 2,7 por ciento para 2018, y 2,4 y 2 por ciento para los dos siguientes ejercicios; mientras, para la eurozona el Banco Central Europeo (BCE) pronostica un crecimient­o del 2,40 por ciento en 2018 y del 1,9 y 1,7 por ciento para los dos próximos años –ver gráfico–.

Las dos entidades que establecen la política monetaria de cada región lidian ahora con situacione­s muy distintas: mientras en Estados Unidos los últimos datos de inflación están en consonanci­a con el objetivo de la Fed, y así lo reconoció la entidad en la reunión del pasado miércoles, en Europa la situación es distinta: en el último encuentro del BCE, Mario Draghi, su presidente, reconoció que los miem- bros del consejo de gobierno están todavía debatiendo si el frenazo que se ha visto en distintos indicadore­s macro –los mismos a los que se refieren desde SaxoBank– de la eurozona durante el primer trimestre –varios PMIS fueron peores de lo previsto, como el de servicios, además de que los resultados de varias encuestas a empresario­s y consumidor­es fueron también peores de lo estimado– es el inicio de una tendencia, o algo puntual por circunstan­cias que no podrían no ir a más.

Sea como sea, la realidad es que en la eurozona la inflación todavía no muestra gran fortaleza: el último dato conocido, el adelantado del mes de abril que se publicó el viernes, mostró un crecimient­o del IPC subyacente –el que excluye los elementos más volátiles de la cesta, como los precios de la energía y los de algunos alimentos– del 0,7 por ciento, por debajo del 0,9 por ciento esperado, y del 1 por ciento que alcanzó el mes anterior.

Desde Monex, hacen hincapié en las dificultad­es que está teniendo Mario Draghi para conseguir llegar al objetivo de inflación: “El final del programa de compras de deuda empieza a parecer mucho a la bruja Morgana, que se aleja cada vez que uno se aproxima a ella. Ahora, la mayor parte de halcones –partidario­s de una política agresiva– han aceptado que el programa se mantendrá más tiempo”.

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