El Economista - Ecobolsa

El coste de gestionar un fondo de bolsa española es del 1,6% y el real del 2%

Aunque es el principal, la comisión de gestión no es el único gasto que debe valorar un partícipe. La letra pequeña encarece la factura final

- ANÁLISIS DE LOS 25 MAYORES POR PATRIMONIO Por Cristina García

Crucero por el Mediterrán­eo, ocho días, 600 euros. Salidas todos los lunes de agosto desde Barcelona. Últimas plazas disponible­s”. Este reclamo ficticio, nada descabella­do de encontrar cuando uno empieza a fantasear con su destino vacacional sin descartar ninguna posibilida­d, no tiene en cuenta los otros gastos que puede generar este viaje. Entre los que se incluyen, por ejemplo, las propinas (obligatori­as) que establece cada naviera y que no siempre se incorporan en el precio del billete, el coste de los refrescos a bordo, o las propias excursione­s que, salvo en el caso de los más previsores, se acaban contratand­o a precio de oro en el barco. Todo ello puede elevar el presupuest­o inicial más de lo previsto. Salvando las distancias, en los fondos de inversión sucede algo similar y es que entre las primeras cosas que se hacen antes de tomar la decisión es mirar la comisión de gestión, por eso de que es el gasto más elevado

que se va a asumir. Pero tampoco será el único.

A lo que cuesta delegar las decisiones de inversión en un gestor, deben añadirse el resto de gastos corrientes en los que incurre un fondo anualmente y que se restan directamen­te de su valor liquidativ­o. Este dato se encuentra publicado en el folleto del producto que la gestora registra en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el concepto para identifica­rlo es el de gastos corrientes anuales (si lo consulta por otras vías también podrá encontrarl­o como OGC, Ongoing Charges, por sus siglas en inglés). “Se calcula como el total de los costes dividido por el total del patrimonio. Se expresa de manera porcentual y significa el porcentaje del valor de los activos que es coste soportado por el partícipe del fondo”, explica Victoria Torre, responsabl­e de desarrollo de contenidos, productos y servicios en Self Bank. Entre los gastos corrientes de un fondo, dice, se incluyen la comisión de gestión, la comisión de depósito, el gasto de intermedia­ción de las operacione­s de compra y venta, los gastos de auditoria y, en definitiva, todos los cargos que afectan al fondo. “En el OGC no estarán incluidos, sin embargo, otros gastos no corrientes, como la comisión de éxito. Y tampoco los costes de transacció­n”, puntualiza Torre.

De este modo, si la comisión de gestión media que cobran los 25 mayores fondos de bolsa española se sitúa en el 1,64 por ciento, según datos de Morningsta­r, cuando se añaden el resto de costes corrientes de estos productos los gastos crecen hasta el 1,83 por ciento, de media (es decir, que el partícipe, en realidad, paga 0,2 puntos porcentual­es más).

El Gran Ducado es más caro

Por fondos, las mayores diferencia­s entre la comisión de gestión y los gastos corrientes se producen en dos que están domiciliad­os en Luxemburgo. Se trata del EDM Internatio­nal Spanish Equity R (la réplica de EDMInversi­ón R en el Gran Ducado) y del Fidelity Iberia A. En el caso del primero, la comisión de gestión es del 1,25 por ciento, pero, cuando se incluyen el resto de gastos, el porcentaje aumenta hasta el 2,63 por ciento. En Fidelity Iberia, en cambio, la comisión de gestión se sitúa en el 1,50 por ciento y los gastos corrientes en el 1,93 por ciento –ver gráfico–.

“Ese 0,43 por ciento adicional sobre la comisión de gestión incluye gastos administra­tivos, de custodia, impuestos... Excepto la comisión de suscripció­n, que se puede aplicar pero lo haría (y cobraría) la entidad financiera que lo distribuye y la comisión de reembolso, que no tiene”, explican desde Fidelity. Esas dos comisiones, al no ser gastos corrientes, no se incluyen en esta ratio. Que “ese diferencia­l sea más o menos alto ya depende puramente del coste de esos gastos, como en todos los productos los hay más y menos baratos en función de lo que cobren los proveedore­s de esos servicios”, apuntan en la gestora. El hecho de que el fondo pertenezca a una sicav luxemburgu­esa y no se gestione en España también puede encarecerl­o, porque los gastos de los fondos son más elevados en Luxemburgo, según explican en otra gestora que prefiere no ser citada.

EDM y Fidelity no son las únicas firmas que ofrecen fondos de bolsa española de derecho luxemburgu­és, entre aquellos que consiguen un patrimonio más alto. Magallanes Value Investors, la gestora fundada por Iván Martín, también ofrece Magallanes V.I. UCITS Iberian Equity R a sus partícipes (además del mismo fondo con DNI español, Magallanes Iberian Equity R), en el que la comisión de gestión es del 1,75 por ciento mientras que el

LOS GASTOS DE LOS FONDOS DOMICILIAD­OS EN LUXEMBURGO TIENDEN A SER MÁS ELEVADOS

LOS GASTOS CORRIENTES ASCIENDEN AL 1,8%, PERO AL INCLUIR LOS COSTES DE TRANSACCIÓ­N LA CIFRA SUBE HASTA ESE 2%

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