El bono español quiere ser el siguiente en negativo
La deuda pública a 10 años de 14 países europeos cotiza en negativo, frente a la de España, que está en el entorno del 0%
Había poco que rascar en renta fija, se decía a comienzos de año, después de décadas en las que el precio de los bonos no ha dejado de subir. Pero las cábalas de los bancos de inversión no fueron del todo acertadas a tenor de las rentabilidades que se encuentran hoy en el mercado, y que son consecuencia de la subida del precio de este activo (claro que nadie preveía, tampoco, que los bancos centrales estarían dispuestos a volver a sacar la artillería al primer síntoma de dolor que mostrara una economía que adolece la guerra comercial). Tanto es así, que los bonos a 10 años de hasta 14 países europeos ofrecen retornos negativos, lo que significa que, cuando venzan, y en contra de toda lógica, el inversor recibirá menos dinero del que prestó. Y España quiere formar parte de ese club.
A otros plazos ya tiene su sitio dentro de él, pero en el de diez años no. El día que más cerca estuvo de conseguir su sillón fue el jueves, que cerró en el 0,035 por ciento, justo después de que en la jornada previa se conociera la contracción del PIB de Alemania en el segundo trimestre del año y encendiese, así, otra alarma sobre la temida recesión, que provocó ventas de bolsa y compras de bonos (ver información superior). Pero lo de que los inversores se lancen a incluir renta fija en cartera y recelen algo más de la renta variable cuando la situación es pone fea no es nuevo y se ve en que la rentabilidad del 10 años español se ha relajado 133 puntos básicos en el año (lo arrancó en el 1,4 por ciento) y 7 puntos en la semana, hasta el 0,08 por ciento. El extra de rentabilidad que aún ofrecía este activo respecto a la deuda de otros países europeos, como en el caso del portugués, es lo que ha dado el último empujón a su precio nada más que ha vuelto la tensión. Aunque el del alemán, también continúa relajándose y cotiza en mínimos históricos del 0,68 por ciento.